Vacaciones solidarias que cambian la vida: “La mitad de lo que gano lo mando a Tanzania”

Una pareja de zaragozanos ha dado un vuelco a su vida después un viaje a África y ha puesto en marcha un proyecto artístico cuyos beneficios se destinan a fines solidarios en Tanzania.

Alfonso Sanjuan y Laura Armada, pintando la fachada de un orfanato en Tanzania.
Alfonso Sanjuan y Laura Armada, pintando la fachada de un orfanato en Tanzania.
L.A.

Ir de vacaciones a África puede resultar fascinante. Toda una aventura en la que ver animales exóticos, paisajes de ensueño y mil lugares que fotografiar. Sin embargo, el continente africano puede aportar muchas más cosas a quien esté dispuesto a viajar allí en unas vacaciones diferentes. 

Es lo que hicieron Laura Armada y Alfonso Sanjuan, una pareja de zaragozanos de 34 y 36 años respectivamente, que partieron este verano a Tanzania en busca de algo más que descansar o disfrutar de una aventura. A través de la agencia ‘No veas qué viajes’, al frente de la que está Isak Viu, un barcelonés con raíces aragonesas -su padre es de Graus-, se embarcaron en un viaje solidario, comprometido e inmersivo al corazón de Tanzania para descubrir diferentes proyectos locales, conocer a sus protagonistas y colaborar con ellos.

“Desde que creé este proyecto, en 2018, he acompañado a más de 120 viajeros de todas las partes de España a descubrir una nueva Tanzania fuera de los típicos circos turísticos convencionales”, dice Viu. De esta forma, “muestro una nueva forma de viajar más consciente que les permita conocer las auténticas realidades del país a través de una inmersión cultural profunda, responsable y colaborativa”, explica el organizador.

Conocer proyectos solidarios

Laura Armada, que ha trabajado como auxiliar de enfermería, ya tenía experiencia como voluntaria y en 2020 estuvo en Guatemala durante 20 días colaborando en un orfanato con bebés desnutridos. “Me enamoré de ese viaje y conocí otra manera de vivir”, afirma Armada. “Esa experiencia fue muy positiva para ella”, apunta su marido, Alfonso Sanjuan, director del centro de formación en inteligencia emocional y liderazgo, 'Alto Impacto'. 

Vacaciones solidarias y... ¿seguras?
Vacaciones solidarias y... ¿seguras?
FUNDACIÓN VIDES

“Al volver de Guatemala, Laura me dijo que teníamos que hacer otro viaje similar los dos juntos, así que este verano nos animamos. Teníamos muchas ganas de poder apoyar, echar una mano, aportar nuestro tiempo, nuestra energía y acercarnos a esos lugares olvidados”, señala Sanjuan. “Decidimos ir a Tanzania en un viaje inmersivo en el que poder convivir con la población, ver cómo viven y ayudar en la medida de lo posible”, continua su mujer.

"Decidimos hacer un viaje inmersivo en el que convivir con la población y ayudar en la medida de lo posible".
Laura Armada, con un niño, durante su viaje solidario a Tanzania.
Laura Armada, con un niño, durante su viaje solidario a Tanzania.
L.A.

El viaje no lo hicieron solos, sino que ambos formaban parte de un grupo de 11 personas con las mismas inquietudes que ellos y durante las dos semanas que duró conocieron varias comunidades del país, como Mto Wa Mbu y Moshi. Allí visitaron diferentes proyectos sociales, conocieron a sus protagonistas y colaboraron con ellos en algunas de sus actividades. “No son las típicas vacaciones de aventura en África sino que nos implicamos realmente en todos los proyectos que descubrimos", insiste Armada. 

"Pintamos por completo el exterior del edificio de un orfanato, porque estaba muy deteriorado, visitamos una residencia de ancianos en la que cada uno colaboró según sus posibilidades. Yo estuve haciéndoles curas porque no había médico ni hospitales en la zona”, enumera Armada. También visitaron un centro de día de niños con discapacidad, un taller de mujeres viudas o una escuela deportiva de niños y adolescentes que provenían de familias en situación de extrema pobreza. 

Es una manera de viajar de forma diferente, de pensar en la gente que vive allí, visibilizar su modo de vida y conocer a quienes colaboran todos los días en sacar adelante estas iniciativas”, continua. “En todos esos lugares nos implicábamos, colaborábamos y compartíamos con esas personas experiencias”, asevera Armada. 

Con las historias que hemos visto y conocido no puedes hacerte el tonto y el ciego. Si podemos darles una parte de nuestra energía ¿Cómo no hacerlo?”, se pregunta Sanjuán, que confiesa que tras esta experiencia “me fui satisfecho de haber podido regalar mi tiempo y mi apoyo pero con preguntas sin respuesta sobre las que seguimos reflexionando”, asegura.

"Me fui satisfecho pero con preguntas sin respuesta sobre las que seguimos reflexionando".

Cuadros que financian cirugías

Y es que este viaje les ha trastocado. Les ha removido por dentro y al volver han seguido dándole vueltas a la cabeza sobre cómo seguir apoyando a estas comunidades. “No queremos que se quede solo en esos 15 días que compartimos con ellos y olvidarnos, así que Laura ha puesto en marcha un proyecto artístico solidario y yo también estoy contribuyendo en mi trabajo para enviar dinero a algunas de las iniciativas sociales que visitamos”, constata Alfonso.

“Me gusta mucho pintar y he participado siempre en mercadillos donde he vendido mis creaciones, pero a partir de este viaje, he creado Makioli Arte, un proyecto artístico solidario con el que pinto retratos y la mitad de los beneficios que obtengo los envío a los proyectos que hemos visitado”, indica Laura. “Son retratos en cristal con pintura acrílica que están inspirados en el colorido de Tanzania. Lo que más me piden son mascotas, que son el retrato estrella, pero hago todo tipo de dibujos”, señala. 

Makioli Art es un proyecto artístico solidario en el que la mitad de los beneficios de las obras se destinan a iniciativas sociales en Tanzania.
Makioli Art es un proyecto artístico solidario en el que la mitad de los beneficios de las obras se destinan a iniciativas sociales en Tanzania.
L.A.

“Cada uno cuesta 20 euros y desde que comencé, hace un par de meses, ya he conseguido enviar 300 euros con los que he ayudado a costear la operación digestiva y la estancia hospitalaria de uno de los ancianos que vivían en la residencia que visitamos”, confirma esta viajera solidaria.

Su marido también ha ideado la forma de mandar dinero a Tanzania. En su puesto como director de un centro de formación, “pensé que una buena posibilidad sería la de reservar parte de la matrícula de los alumnos para donarla a un proyecto en Tanzania, en concreto a ‘Aja children center’ el centro de día de niños discapacitados que conocimos, que no tiene ni siquiera agua corriente”, indica Sanjuan. 

Así pues, desde septiembre, una parte de sus ingresos va para este proyecto de canalización. “Estoy seguro de que en diciembre ya tendremos el dinero necesario para las obras y para dotar de agua corriente a los niños que acuden cada día a ese espacio”, asegura el empresario. “En enero comenzaremos de nuevo para poder enviar dinero a otro proyecto diferente y el próximo verano volveremos a hacer un viaje de este tipo, pero en esa ocasión viajaremos a Guatemala para echar una mano”, confirma.

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