Todos los Santos no es para jóvenes: “No es que no quieran honrar a los muertos, pero lo hacen de otra manera”

Los expertos constatan un cambio en el modo que tienen las generaciones más jóvenes de despedirse de sus difuntos que apenas conocen cementerios como el de Torrero, en Zaragoza.

Jardín de cenizas del cementerio de Torrero de Zaragoza.
Jardín de cenizas del cementerio de Torrero de Zaragoza.
Maite Santonja

Los cementerios de toda España están estos días a rebosar. También el de Torrero, en Zaragoza, y el de todos los municipios aragoneses. Se cuentan por miles las personas que suben cada año para depositar flores en las tumbas de sus seres queridos fallecidos como marca la tradición de Todos los Santos.

Sin embargo, si uno levanta un poco la vista y mira a su alrededor en el camposanto, las personas que están junto a él tienen, en su mayoría, una edad avanzada. No se ven apenas adultos menores de 40 años. Tampoco jóvenes ni niños suben a acompañar a sus mayores como se hacía tradicionalmente, cuando la visita al cementerio era un acto familiar y social, además de religioso y de recuerdo de los difuntos.

Y es que el modo de honrar a las personas que ya no están con nosotros se ha modificado y los expertos constatan un cambio de tendencia en este sentido. “Los usuarios del cementerio de Torrero son, en su mayoría, personas mayores y los adultos más jóvenes, a partir de la generación de los 90, ya no suben el día de difuntos, algunos ni siquiera conocen el cementerio”, confirma Paloma Sampedro, jefa de la sección técnica del Cementerio de Torrero. 

Gastos de la funeraria, ataúd, flores, nicho... El dispendio de un entierro no es baladí. Te contamos cuánto cuesta y en qué se se emplea el dinero con los datos de un estudio elaborado por la OCU.

“Estamos constatando un cambio en el modo de despedirse de los difuntos y vemos que en los velatorios, la gente acaba reuniéndose en los pasillos. Ya no se lleva tanto velar el ataúd como el juntarse con los familiares fuera de la sala”, explica Sampedro. “Pensamos que si hubiera que ampliar las salas de tanatorio, en vez de construir nuevos velatorios, haríamos otros espacios de despedida. Es algo que tenemos en mente ante la tendencia de cambio que estamos constatando. Sería una manera de renovar el concepto de la despedida”, indica la jefa de la sección técnica del cementerio.

"Si hubiera que ampliar, en vez de construir nuevos velatorios haríamos otros espacios de despedida".

Una sociedad más secularizada

Sin embargo, “con estos cambios no es que las generaciones más jóvenes no quieran honrar a sus familiares fallecidos, sino que lo hacen de otra manera”, dice Juan David Gómez, Sociólogo y profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza. “Los mantienen en su memoria, los recuerdan a través de fotografías y vídeos caseros y se hacen presentes en su día a día de modo distinto. Estamos haciendo una mutación de rituales en lo que se refiere al mantenimiento de la memoria viva”, constata Gómez.

Para este experto, esto es algo que no se circunscribe solamente a la festividad de Todos los Santos sino que “se está produciendo un proceso de secularización de la sociedad que abarca un contexto más amplio en el que se incluyen todas las festividades y rituales católicos como son los bautizos, comuniones, bodas y, por su puesto, funerales”, enumera el sociólogo. 

“Estamos asistiendo a un momento de pérdida del arraigo de las creencias religiosas que históricamente se han tenido en la sociedad española”, continua. “En muchos casos, la creencia sí que se mantiene, pero las prácticas disminuyen y se produce una disociación entre unas y otras. Esto explicaría el comportamiento de gran parte de adultos jóvenes que no suben al cementerio en estas fechas”, añade Gómez.

“Esta secularización viene acompañada de otros elementos como la vinculación con la naturaleza. Existe un arraigo y una conexión con los espacios naturales que representan para mucha gente lugares más abiertos, más libres y a los que se da una simbología de renacimiento continuo en contraposición al cementerio, al que ven como un lugar lúgubre, oscuro y que representa el fin”, afirma este experto. “Esto hace que algunas personas opten por depositar las cenizas de sus seres queridos en parajes naturales o espacios al aire libre”, señala Gómez.

"Ven la naturaleza como un espacio de renacimiento y optan por depositar las cenizas en parajes naturales".

A pesar de este cambio de espacios “sigue habiendo un ritual. La despedida no se hace en estos casos en un espacio sagrado sino que lo que se busca es una fusión de los restos del familiar fallecido con la naturaleza con el objetivo de que esa persona siga viviendo de alguna manera”, apunta el sociólogo.

Las incineraciones, en ascenso

El aumento de las incineraciones que se vienen registrando cada año, en detrimento de las inhumaciones, también responde a los misma tendencia de secularización de los ritos en torno a la muerte. Al cuestionarse una serie de paradigmas religiosos en torno a la muerte como puede ser la resurrección, la vida eterna o la existencia del paraíso, algunas personas deciden modificar el tratamiento que quieren que se someta a su cuerpo una vez fallezcan. Juan David Gómez lo resume en pocas palabras: “si cambia el mito, cambia el rito”, apunta.

A esto se suma que “hay mucha gente que quiere liberar a las generaciones futuras de la carga de mantener los nichos, de su obligación económica y también del mantenimiento físico. Es una manera más pragmática de ver la muerte”, asevera Gómez.

En este sentido, en el cementerio de Torrero, a falta de dos meses para terminar el año, este 2023 se han registrado 1.577 solicitudes de inhumación y 3.069 solicitudes de incineración, según Urbanismo a través del servicio de Información y Atención al Ciudadano que se encarga del camposanto. 

Fuentes del cementerio indican además que “hay una media de 10,3 incineraciones diarias en Torrero y que este año se han celebrado 3.240 velatorios y 3.254 ceremonias en el complejo, según indica la empresa concesionaria de las instalaciones del tanatorio municipal, Serfutosa.

Cada familia organiza la despedida de sus seres queridos de una manera diferente. Unos lo velan en Torrero y se lo llevan a enterrar al pueblo. Otros los velan en otro lado pero los incineran en Torrero. Algunos solo hacen ceremonia. O hay familias que se quedan las cenizas y no las meten en columbarios ni panteones. Hay múltiples posibilidades”, indican desde el Ayuntamiento de Zaragoza. “Lo que está claro es que cada vez hay más incineraciones y es una tendencia que irá en aumento”, concluye Paloma Sampedro.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión