Las muertes atribuibles al calor en Aragón se reducen a 147, menos de la mitad que en 2022

Dada la tendencia de superación de los valores promedio, se prevé ampliar el periodo de vigilancia el próximo año.

La cuarta ola de calor no da tregua en Zaragoza
La cuarta ola de calor no da tregua en Zaragoza
Francisco Jiménez

Aragón registró, entre el 1 de junio al 15 de septiembre de este año, 147 fallecimientos atribuibles al calor, según los datos recogidos en el panel de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad. Son casi la mitad que en 2022, cuando hubo 313, pero aún así, las cifras preocupan porque las temperaturas siguen siendo muy elevadas. De hecho, dada la tendencia de superación de los valores promedio, se prevé ampliar el periodo de vigilancia el próximo año.

En 2023, en nueve de las 16 semanas de vigilancia en Aragón, la mortalidad estuvo por encima del umbral de significación, es decir, del 95% de la mortalidad esperada. Según estos datos, al comparar las temperaturas máximas observadas con los umbrales de temperatura máxima de disparo de mortalidad, se ha superado el umbral de temperatura máxima en Huesca durante 31 días. En Zaragoza fueron 12 y en Teruel, 23. La mayoría de las jornadas en las que se superó el umbral se concentraron en las semanas del 10 al 23 de julio en Huesca y Teruel y del 14 al 27 de agosto en las tres provincias.

Las temperaturas de este año han superado los valores promedios de las series históricas, aunque lo han hecho en menor medida que en 2022. "Los períodos de elevación de las temperaturas por encima de lo esperado se traducen, con un ligero retraso temporal, en un aumento de la mortalidad", apunta el informe.

En general, las muertes atribuidas al calor ocurrieron en mayores de 65 años y de ellas, el 77,5% en personas de más de 85 años. El objetivo del Plan de Acción para la Prevención de los Efectos de las Temperaturas Extremas sobre la Salud, existente desde 2004, es prevenir los efectos del calor en las personas vulnerables ya que, si bien toda la población puede sufrir trastornos de salud ante las elevadas temperaturas, hay grupos que deben estar especialmente protegidos, según explicó la directora general de Salud Pública, Nuria Gayán. 

Entre ellos se encuentran los mayores de 65 años; los menores de 5 años y, sobre todo, los bebés; quienes llevan a cabo una actividad que requiere mucho esfuerzo físico; aquellos que sufren enfermedades previas, especialmente de corazón, hipertensión, problemas intestinales u obesidad; personas en riesgo de exclusión social o cuyas viviendas no están adaptadas para hacer frente al calor.

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