Vivienda

El número de familias que viven en pisos de menos de 45 m2 aumenta un 132% en Aragón

La baja natalidad y el alto precio de la vivienda elevan el interés por este tipo de inmuebles. Los hogares hacinados también se multiplican, en especial entre los extranjeros.

La mayoría de las solicitudes se acumulan en la capital aragonesa.
En Zaragoza se detectan algunas zonas de hacinamiento en barrios como el Casco, Delicias u Oliver.
José Miguel Marco

Los nuevos hábitos de vida y el encarecimiento del mercado inmobiliario han disparado el interés por las viviendas de pequeño tamaño. En Aragón ya son 31.703 las familias que viven en un piso de menos de 45 metros cuadrados, un 132% más que las 13.639 que había hace diez años, según el último censo del INE, actualizado el pasado mes. La mayoría de los hogares son unipersonales, formados por jóvenes o jubilados, y responde a fenómenos como la baja natalidad o la pérdida de poder adquisitivo. Y aunque la Comunidad no sufre un exceso de los llamados minipisos, muy extendidos en Madrid, Barcelona y lugares turísticos, en Zaragoza sí que se detectan algunas zonas de hacinamiento en barrios como el Casco, Delicias u Oliver.

Las familias que viven en pisos pequeños siguen siendo minoría, apenas un 5,8% del total en Aragón, pero crecen a buen ritmo: hace una década representaban el 2,5%. Es la consecuencia de una evolución alcista de los precios de la vivienda y de unos hogares formados por cada vez menos miembros. Sin embargo, según los expertos las nuevas promociones inmobiliarias rara vez ofrecen ya estas superficies tan reducidas. Así que, ¿dónde se encuentran?

"En zonas como el Casco Histórico de Zaragoza hay pisos de esas características, pero sobre todo hay grandes que se fraccionan para conseguir dos o tres viviendas", explica Fernando Baena, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón. Confirma que "cada vez hay más demanda de viviendas pequeñas", sobre todo por parte de "gente que joven que ya no quiere compartir piso y busca un estudio o una casa con un solo dormitorio". Cree que el fenómeno de las "infraviviendas" no está afectando demasiado en Aragón, y apuesta por impulsar la conversión de locales comerciales, una vía que ya permite el Ayuntamiento de Zaragoza.

No obstante, desde que la capital habilitó hace tres años mediante ordenanza esta fórmula, que permite reducir la tensión del mercado inmobiliario y dar salida a los muchos locales vacíos, tan solo se han concedido 47 licencias para construir 83 pisos a pie de acera. En parte, por los exigentes requisitos que marca la normativa, pero también por el encarecimiento del precio de las reformas.

Infravivienda

La estadística del INE refleja que 29.117 familias aragonesas viven en un piso de entre 30 y 45 metros cuadrados. De ellas, la mayoría son hogares unipersonales, 13.178, pero en 2.298 viviendas de estas características se alojan cuatro personas, y en 1.432, cinco o más.

La situación, no obstante, empieza a ser más preocupante cuando se analizan los pisos de menos de 30 metros. Hay 2.586 familias aragonesas alojadas en este tipo de viviendas, 177 de ellas con 5 o más miembros en su interior.

Los datos de la Cátedra Territorio, Sociedad y Visualización Geográfica de la Universidad de Zaragoza reflejan, en consonancia con la opinión de los expertos, que la capital aragonesa no sufre graves problemas de hacinamiento, aunque sí algunos datos preocupantes en zonas puntuales.

La superficie media por persona alojada se sitúa en la ciudad en 37,4 metros cuadrados. Los barrios periféricos, como la Venta del Olivar (79,6 m2) o Torrecilla de Valmadrid (76,8 m2) son, por la tipología de sus construcciones, las que más espacio ofrecen a sus residentes. En los distritos urbanos, destacan por arriba Casablanca y Centro, con más de 46 m2 por persona, mientras que en la parte baja de la clasificación figuran La Fuentes (31 m2) o Torrero-La Paz, Oliver y El Rabal (34 m2).

Sergio Valdivielso, investigador de la citada Cátedra especializado en el análisis de la vulnerabilidad social con herramientas cartográficas, dice que hay importantes diferencias en función del perfil de la familia. Por ejemplo, mientras la superficie media por persona en Zaragoza es de 37,4 metros cuadrados, si se trata de un hogar de origen extranjero se reduce hasta los 22,9 metros. Además, influye mucho si en la vivienda hay o no menores. Su presencia reduce notablemente el espacio disponible.

No obstante, Valdivielso huye de enfoques estigmatizantes, recuerda que las familias extranjeras son hogares, normalmente, con mayor natalidad y menores recursos, y reclama un enfoque más integral, que aborde otro tipo de análisis más allá de la superficie de la vivienda y que incite a las administraciones a actuar. "Hay que estudiar factores como los equipamientos, el transporte o los espacios públicos de la zona. Si una vivienda tiene un salón pequeño, hay que intentar que cerca haya un centro cívico o una plaza", reclama.

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