Cuando los osos bailaban y tocaban la trompeta en las calles de Zaragoza

El Circo Mundial promocionaba sus ‘shows’ hace unos cuantos años con desayunos de elefantes y osos amaestrados haciendo gracietas (y cortes de mangas) en el centro de la ciudad.

El oso que en 2009 demostró sus habilidades a las puertas de El Corte Inglés.
El oso que en 2009 demostró sus habilidades a las puertas de El Corte Inglés.
Moncín/Heraldo

Los responsables de un zoológico de Hangzou (China) tuvieron que salir este martes a la palestra para explicar que sus osos malayos eran animales reales y no personas disfrazadas. Tras unos vídeos que se hicieron virales en las redes la duda era razonable pues los plantígrados se ponían de pie y demostraban destrezas bastante parecidas a los humanos. Quienes ya peinan canas recordarán cómo hace unos años en las calles de Zaragoza se podía ver a algún oso tocando la trompeta o bailando el ‘hula hoop’, pues tales eran los reclamos que utilizaba el Gran Circo Mundial cuando venía a las fiestas del Pilar para promocionar sus espectáculos.

Corría el año 2009, cuando los circos con animales salvajes aún no habían sido vetados en la ciudad, y Tima y Pavel Vyakin decidieron salir de compras por Zaragoza. Hasta El Corte Inglés de Sagasta que se acercaron y allí, ante la mirada atónita de decenas de viandantes, el oso se puso a tocar la trompeta, según las indicaciones que le iba dando su domador. No es que Tima fuera muy diestro ni interpretara el ‘Nocturno’ de Boccherini, pero, claro, ver un oso de 3 metros y 200 kilos ponerse de pie y tomar entre las manos un instrumento ya era bastante sorprendente. 

El oso Tima afinando el instrumentos antes de su recital.
El oso Tima afinando el instrumentos antes de su recital.
Moncín/Heraldo

Fue así como el Circo Mundial trató de promocionar su estancia en el recinto de Valdespartera aquel año. Hoy, 14 años después, sería impensable tal escena y, más aún, lo que sucedió en cuanto un grupo de ecologistas y animalistas llegó hasta la plaza de los Cañones para protestar por tal denigrante acto de maltrato animal. Tima, adiestrado como estaba, se les puso a hacer cortes de mangas para disgusto de quienes defendían su dignidad que, obviamente, se quedaron sin argumentos.

Las protestas de los animalistas contra el maltrato del circo.
Las protestas de los animalistas contra el maltrato del circo.
Heraldo

En el caso zaragozano no era osos malayos -una de las especies más pequeñas- sino osos pardos traídos desde Rusia. Y si hablamos en plural es porque al año siguiente, en 2010, el Circo Estatal de Moscú repitió la fórmula, esta vez, con un oso llamado Yogui, que ya no paseó por El Corte Inglés (Tima llegó a subir las escaleras mecánicas del centro comercial), pero sí hacía girar un aro alrededor de su cintura en la carpa de Valdespartera. El animal, según contaban, era capaz de entender hasta 180 palabras (u órdenes) y lo más importante es que no perdiera la concentración con los ‘flashes’, los gritos de los niños o los silbatos de los animalistas que denunciaban la cruenta explotación animal.

Tima saludando antes de hacer unas compras en el centro comercial.
Tima saludando antes de hacer unas compras en el centro comercial.
Moncín/Heraldo

Quienes asistieron a los espectáculos de aquel circo descubrirían después que el corte de mangas, que tan natural parecía en plena calle, era algo ensayado y que formaba parte del ‘show’. En la carpa del circo, el oso se lo hacía a su entrenador cuando este se fingía despistado para arrancar las risas del respetable. Después, el oso era pillado ‘in fraganti’, se arrepentía y pedía perdón.

El oso Yogui moviendo el 'hula hoop' en Valdespartera.
El oso Yogui moviendo el 'hula hoop' en Valdespartera.
Casas/Heraldo

Todos estos gestos y comportamientos pseudo-civilizados también hicieron preguntarse en su día a muchos zaragozanos si aquellos osos no eran en realidad personas muy bien disfrazadas, pero no, se trataba de animales reales que -eso sí- salvajes no habían sido nunca, pues desde pequeños se habían criado en el circo siempre al cuidado de los mismos domadores. Los dos osos citados, tanto Tima como Yogui, repitieron estos paseos por muchas ciudades españolas que visitaron aquellos años e, incluso, uno de ellos llegó a protagonizar una controvertida campaña de abonados del Real Valladolid Club de Fútbol tocando la trompeta sobre el césped del José Zorrilla.

Lo cierto es que las tácticas de promoción de los circos que han pasado por Zaragoza han sido de lo más curiosas, surrealistas y -permítase- berlanguianas. De hecho, antes de los espectáculos con osos el Circo Mundial trajo a un animal que se decía único en el mundo: “una mezcla extraordinaria entre tigre y león”, se leía en los carteles colgados en las farolas. Es curioso que aquel híbrido un año se llamó el “grelión” y, al siguiente, la gran novedad del espectáculo era el “ligre”. Encuentren las siete diferencias...

El desayuno que los tres elefantes devoraron sin pestañear.
El desayuno que los tres elefantes devoraron sin pestañear.
Arcos/Heraldo

Otro año la atracción fueron tres enormes elefantes degustando un pantagruélico desayuno a las puertas del Hotel Meliá, en plena avenida de César Augusto. Susy, Jenny y Buly, que así se llamaban los paquidermos, bajaron un tráiler del circo y tenían preparados en unas mesas hasta 500 kilos de frutas y verduras. La chavalería disfrutó viendo cómo los elefantes masticaban (poco) sandías casi enteras y apuraban el ‘buffet libre’ de plátanos, peras, manzanas, acelgas y coles en menos de diez minutos. Este desayuno se repetiría unas semanas después junto a la playa de la Concha de San Sebastián, donde los niños también quedaron ojipláticos y pudieron comprobar lo peludos que son y lo regular que huelen los elefantes.

El hombre bala, en pleno vuelo, en la plaza del Pilar.
El hombre bala, en pleno vuelo, en la plaza del Pilar.
José Miguel Marco

Aunque fue una ordenanza de 2018 la que instó a vetar los circos con animales en la ciudad (luego corregida por el TSJA que recordó que prevalece la normativa autonómica), ya hacía varios años que en Zaragoza se buscaban otro tipo de espectáculos en los que no estuvieran implicados animales silvestres. De hecho, se fomentaron los ‘shows’ más artísticos y acrobáticos como el del Circo Italiano que en 2015 también se publicitó en la plaza del Pilar con una acción divertida y menos comprometida. 

En aquellas fiestas un gran cañón plateado (aunque poco temible) se plantó en la plaza del Pilar y se disparó a un auténtico hombre bala (con casco y rodilleras) “en homenaje a la Virgen del Pilar”, se dijo. Ante una enorme expectación y decenas de majorettes, de la boca del cañón salió disparado, entre abundante humo blanco, un joven con un casco similar al de la Hormiga Atómica y un cachirulo al cuello. Este fue uno de los números de ‘Bellissimo’, que más tarde repetirían en Valdespartera.

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