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El último avión Hércules de la Base de Zaragoza ya luce en el Museo del Aire y el Espacio

El coronel Félix Manjón Martín, jefe del museo, destaca que el interior de la aeronave va a poder ser visitada por la gran historia que atesora en 50 años. 

Un avión Hercules de la Base de Zaragoza ya está expuesto en en el Museo del Aire y del Espacio esta semana.
Un avión Hercules de la Base de Zaragoza ya está expuesto en en el Museo del Aire y del Espacio esta semana.
Enrique Cidoncha

El último avión Hércules de la Base Aérea de Zaragoza que quedaban del Ala 31, tras ser sustituidos definitivamente por los modernos Airbus A400M en  2020, ya brilla desde esta semana en el Museo del Aire y del Espacio situado en la Base de Cuatro Vientos (Madrid), como un símbolo para el Estado español después de haber participado durante casi 50 años en decenas de misiones humanitarias y en el transporte de militares españoles a lugares en conflicto.

El Hércules es como el barco Juan Sebastian Elcano porque se convierte en el mejor embajador por el aire y da la mejor imagen de España por todo el mundo”, define el coronel Félix Manjón Martín, jefe del Museo del Aire y el Espacio, muy contento de poder exponerlo a los casi 70.000 visitantes que llegan a recibir cada año. “Queremos que se pueda visitar por dentro, donde se ven la configuración con las camillas, los paracaidistas, el palé para llevar ayuda humanitaria y la vip con asientos”.

El coronel Féliz Manjón Martín, jefe del director del Museo del Aire y el Espacio, ante el Hércules C-130.
El coronel Féliz Manjón Martín, jefe del director del Museo del Aire y el Espacio, ante el Hércules C-130.
Enrique Cidoncha

Esta aeronave T.10-03 Dumbo, término como se les conocía entre los militares que los pilotaban, fue la tercera que entró a la Base de Zaragoza en 1973 en el primer lote que compraron a Estados Unidos. Sobrevivió después de llevar medio siglo operando, ya que el primero se perdió en un accidente en Canarias en mayo de 1980 y el segundo fue dado de baja después de un incidente en la capital aragonesa que le dañó la cabina de vuelo y no se consideró rentable su reparación.

Han estado en catástrofes y terremotos (como Haití, Turquía, México, Indonesia, Estados Unidos, Filipinas…), en accidentes o transportando militares españoles a lugares en conflicto (como las guerras del Golfo, Bosnia, Ruanda, Iraq, Afganistán o Mali). Ha realizado grandes operaciones humanitarias y también de combate, ya que llevaba sistemas de autodefensa como las bengalas, que permitieron al avión poder volar en cualquier tipo de conflicto”, señala el coronel Manjón, quien trabajó en Búsqueda y Salvamento, y conoce bien la experiencia vivida en Bosnia, cuando España tuvo que bombardear a los serbios en 1994 para frenar la guerra. “Fue un avión rápido y muy versátil para trasladar a lugares donde no podían acudir otro tipo de aviones”.

Una colisión contra un F-18 

El avión que representa a varias generaciones de los militares del Ala 31, que pilotaron doce aeronaves similares, se vio implicado en una colisión en el aire con un cazabombardero F-18 en Zaragoza el 5 de noviembre de 1988, pero “afortunadamente, no se produjeron daños personales y los dos aviones pudieron aterrizar”, señalan fuentes del Ejército del Aire. Las consecuencias fueron que el T.10-03 “había perdido 6.25 metros de su plano (ala) izquierda” y se reparó.

Además, el Ejército del Aire envió este avión a Estados Unidos para la modernización que hicieron en California, en Estados Unidos, donde realizaron los trabajos sobre este primer prototipo y, una vez aceptada, “ésta se incorporó a todos los Hércules de España”.

Un oficial destaca en un twitter del Ejército del Aire y el Espacio emitido el pasado lunes: “Por fin está expuesto, hacía tiempo que se le esperaba en el Museo del Aire y del Espacio. Era la gran pieza que se  esperaba. Grande por su tamaño y por su trascendencia en la aviación militar. Os hablamos del Lockheed C-130 Hércules, el todopoderoso avión de carga que durante años ha sido una pieza fundamental de nuestras alas de transporte. El T.10.03 Dumbo 23 ya se puede visitar. Su historia es apasionante”.

Aunque la exposición del avión ha empezado esta semana, fuentes militares recuerdan que su traslado desde la Base de Zaragoza a la Cuatro Vientos se produjo después de que fuera utilizado en la última misión el 23 de noviembre de 2020, con un vuelo desde Aganistán y Oriente Medio.

Y además su despedida de los vuelos ocurrió el 29 de diciembre de 2020, después del acto celebrado en la capital aragonesa una semana antes, porque acudieron a participar el coronel Juan Domínguez, jefe del Ala 31, y el jefe del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire, teniente general Rafael Sánchez Ortega, antiguo jefe de la misma unidad. Fue tripulado por el capitán Óscar J. Rodríguez, el teniente Sergio Tabuenca, el subteniente Rafael Belaza y la cabo primero Marina Muñoz.

Fuentes militares señalaron que el avión fue elegido para incluirlo en esta exposición fue porque al ser de los más antiguos “tenía una configuración de equipos auxiliares un poco diferente y única” lo que dificultaba su posible enajenación. De hecho, cuatro ejemplares de la misma Ala 31 fueron vendidas a las fuerzas armadas de Perú y Uruguay.

Un total de 140 aeronaves expuestos 

El coronel Manjón reconoce que aumentar la excelente colección de 140 aeronaves que se muestran con un “avión histórico” como el C-130 Hércules, que tuvo un impacto tan importante no solo en el Ejército del Aire sino en la sociedad española en general, “es todo un aliciente y un orgullo”. Al realizar la fotografía frente al avión con el fotógrafo Enrique Cidoncha, el responsable del museo quiso rodearlo de los miembros que trabajan en el museo para defenderlo.

Según explican fuentes del Museo del Aire, el mismo día del vuelo a Cuatro Vientos con el TK 10-03 (como se le conoce en el argot militar al Hercules), se realizó otro vuelo con el TK10-12 para despedir la avión por la BRIPAC, aunque no se pudieron realizar los lanzamientos previstos por las malas condiciones meteorológicas. Además, el 30 de diciembre de 2020, desde el TK10-12 (ya vendido a Perú) se realizó el último salto paracaidista del Ejército del Aire desde este avión, concretamente lanzó a personal de la EADA.

Aunque este Museo de Aeronáutica y Astronáutica (como dice un cartel a la entrada) nació en 1966, se montó en 1981 de la misma manera que ahora. A la hora de comparar la evolución entre los españoles, el coronel señala que se han quintuplicado las cifras de los visitantes. Si en el año  2000 entraron 47.000, en 2022 ya fueron 67.798 después de haber superado la crisis de la pandemia en 2020, que se quedó en 32.000. Aun así, la cifra de más participantes fue en 2019, con 72.373.

Entre los proyectos que tienen en este centro de 67.000 metros cuadrados, tras ampliarlo casi la mitad, y cuya visita es gratis (los lunes está cerrado al público), está la futura llegada del avión Boeing 707, otro ejemplar que fue despedido por el Ministerio de Defensa en 2016 del Ala 47.

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