Zaragoza alcanza los 43,3 grados y no se supera el récord de calor de 2015

Quinto ha alcanzado los 43,6 grados, la máxima aragonesa más alta y la cuarta en el ranquin español.

Varias personas paseando por la plaza del Pilar durante un día de calor extremo.
Varias personas paseando por la plaza del Pilar durante un día de calor extremo.
Oliver Duch

Pese a la intensa jornada de calor que se vivió este martes en Zaragoza, finalmente no se superaron los 44,5 ºC que marcaban el récord histórico de la ciudad de 2015. La máxima alcanzada este martes se mantuvo dentro de las previsiones de la Aemet : 43,3 ºC.

Las altas temperaturas volvieron a situar a Aragón en el ranquin nacional. Quinto ocupó el cuarto lugar, con una temperatura máxima de 43,6 ºC que se vivió a las 16.40. Fraga empató con la capital aragonesa y Leciñena siguió de cerca con 43 ºC. En Huesca y Teruel se registraron de máxima 39,8 ºC y 40,5 ºC respectivamente.

La noche ya adelantaba el calor que se iba a vivir durante el día. Un total de 41 estaciones meteorológicas de la Aemet recogían temperaturas mínimas mayores de los 20 ºC. La cifra más alta se la llevó la localidad de Montalbán, que a las 5.20 presentaba valores de 29,7 ºC.

"En la vida había vivido una noche tan cálida", contó a Heraldo el alcalde del pueblo, Carlos Sánchez. Explicó que la situación geográfica de la localidad solía permitir temperaturas más agradables incluso en lo peor del verano. El aire acondicionado y los ventiladores fueron herramientas indispensables para poder pasar la noche, que han pasado "como hemos podido". Aun así, Sánchez lamentó que "nadie ha podido descansar".

Este miércoles la Comunidad tendrá un pequeño respiro, con temperaturas que oscilarán entre los 32 y los 38 grados. No obstante, la Aemet calcula que Caspe, Fraga , Altorricón y Zaidín pueden alcanzar los 40 ºC. Además, algunos municipios de Huesca podrían experimentar 39 grados de máxima. No se ha declarado alerta de riesgo alta en ninguna provincia, aunque sí se ha advertido de riesgo para actividades que impliquen ejercicio físico en las horas centrales del día.

Por el día en Zaragoza

Las temperaturas hicieron mella, un día más, en los viandantes del paseo de la Independencia. La gente se resguardaba bajo los soportales, tratando de exponerse lo menos posible al sol. Resaltaban los abanicos, sombrillas , gorras y otros accesorios típicos de estos días. Cada uno tiene su propio método para hacer frente al calor.

En el caso de Miguel, él recomendaba pasear por centros comerciales y aprovechar el aire acondicionado, así como "intentar no salir de casa si hace mucho calor". Lleva las temperaturas lo mejor que puede. Limita los paseos rutinarios con su madre al horario de mañanas, si es posible, y evita exponerse en las horas centrales del día. Menos medidas toma Mari Cele. "Yo paso peor el frío que el calor", aseguró. Atribuyó este hecho a sus sangre cubana. No va pasar mucho tiempo en Zaragoza, ha venido a la ciudad de viaje por trabajo, así que confía en no tener que estar demasiado tiempo al sol.

Francisco, en cambio, no tiene elección. Trabaja en la captación de socios para una ONG, lo que le obliga a caminar durante horas por el paseo de la Independencia. Explicó que las olas de calor le suponen un problema doble, pues no solo debe lidiar él mismo con las temperaturas, sino que, además, hay menos afluencia de gente. Para él, los días como el de este martes son "pegajosos, molestos y con mucho bicho". Admitió, sin embargo, que este año está resultando mejor que el anterior, cuando el calor comenzó mucho antes y duró más tiempo. Para evitar el riesgo de sufrir una insolación busca la sombra todo lo que puede y se va echando agua embotellada en spray.

Los comercios lo notan

Las olas de calor también afectan al flujo de clientes en los negocios de la zona. Roxana, que trabaja en la heladería Piccola Italia, afirmó que "los días de mucho calor la afluencia baja un poco". Por el contrario, cuando las temperaturas son más agradables cierran el día con mejores números. Atribuyó estas circunstancias al hecho de que los ciudadanos prefieren evitar la calle todo lo posible durante las olas. La heladera afirmó, en días como el de este martes, los clientes aparecen por la mañana y apenas se muestran de nuevo hasta las 20.00.

No obstante, en El Corte Inglés del paseo de Sagasta se vive una experiencia radicalmente distinta. María Jesús, dependienta de estos grandes almacenes desde hace 26 años, aseguró que durante las olas de calor se vende más y se puede apreciar mayor número de clientes en las tiendas. Posiblemente, supuso, un efecto secundario del codiciado aire acondicionado.

A pesar de su opuesta manera de vivir las altas temperaturas desde sus puestos de trabajo, ambas coincidieron en que apenas habían notado diferencias en sus ventas de la temporada. Tanto las compras en helados como en ropa de verano habían sido, aproximadamente, las mismas que el año anterior. Aunque ese fuese mucho más caluroso. Podría decirse que las temperaturas no influyen realmente cuando se trata de los pequeños placeres del verano.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión