Empeora la calidad del aire en Aragón por el cambio climático y el aumento del tráfico

Así se recoge en el informe anual sobre la calidad del aire que Ecologistas en Acción ha hecho público este martes.

Panel de información de la contaminación atmosférica en la plaza de Aragón de Zaragoza.
Panel de información de la contaminación atmosférica en la plaza de Aragón de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La calidad del aire en Aragón empeoró el pasado año con respecto a los años 2020 y 2021 por efecto del cambio climático y el aumento del tráfico tras el final de las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia de la covid-19.

Así se recoge en el informe anual sobre la calidad del aire que Ecologistas en Acción ha hecho público este martes y que concluye que la totalidad de la población y del territorio aragonés estuvieron expuestos el año pasado a unos niveles insalubres de contaminación, de acuerdo con los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea.

Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, según los ecologistas en Aragón no habría población que respirara aire contaminado ni superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación por encima de los límites legales.

Según el análisis de Ecologistas en Acción, de 25 estaciones de Aragón, el pasado año se detectó un aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y más matizado de dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono, aunque sin alcanzar estos dos contaminantes las concentraciones habituales en años anteriores a la pandemia.

La mejoría de la situación fue en especialmente relevante en el Valle del Ebro, con una reducción del número de días por encima del objetivo legal del 66 %.

De manera puntual, el ozono aumentó en la estación móvil de Sabiñánigo (Huesca) y en algunas estaciones de la ciudad de Zaragoza (Actur, Avenida de Soria, Centro, Renovales y Roger de Flor), pero ninguna por encima del objetivo legal para la protección de la salud en el trienio 2020-2022.

Los peores registros se dieron en las estaciones Torrelisa (Huesca) y La Cerollera (Teruel), que superaron en 95 y 83 días, respectivamente, la guía diaria de la OMS, aunque ninguna estación en Aragón excedió los umbrales de información y alerta a la población, ni siquiera durante las olas de calor de finales de junio, julio y agosto.

La estación Castelnou, en el Valle del Ebro, fue la única que superó puntualmente el objetivo legal para la protección de la vegetación establecido para el ozono, si bien casi todas las estaciones midieron ozono por encima del objetivo a largo plazo de modo que la práctica totalidad de los cultivos, montes y espacios naturales de Aragón siguieron expuestos a niveles de ozono que dañan la vegetación.

En relación a las partículas PM10 y PM2,5, todas las estaciones salvo Monagrega (Teruel) sobrepasaron los valores anuales y/o diarios recomendados por la OMS para alguno de ambos contaminantes, siempre dentro de los vigentes límites legales, mostrando sus concentraciones medias durante 2022 aumentos significativos respecto al promedio del periodo 2012-2019, el 9 % en el caso de las PM10 y el 12 % para las PM2,5, debido a la mayor frecuencia de los episodios de intrusión de polvo africano.

Sólo dos de las ocho estaciones de Zaragoza capital (El Picarral y Renovales) midieron partículas PM2,5, las más peligrosas para la salud.

Los peores registros de partículas se produjeron en las estaciones Alagón, Alcañiz, Avenida de Soria (Zaragoza), Fuentes de Ebro y Monzón, todas por encima de los nuevos límites legales propuestos por la Comisión Europea.

El dióxido de nitrógeno (NO2) volvió a tener sus peores registros en el área metropolitana de Zaragoza, como consecuencia del intenso tráfico motorizado rodado que soporta y aunque no se superaron los valores límite, todas las estaciones urbanas de la capital aragonesa excedieron las nuevas guías diaria y anual de la OMS y fueron las de Centro, Avenida de Soria y Roger de Flor las que presentaron las peores situaciones.

No obstante, la reducción media de los niveles de NO2 en Aragón durante 2022 fue en conjunto del 11 % de la concentración promedio del periodo 2012-2019, y del 20 % en la ciudad de Zaragoza.

El cuadro general que presenta Aragón es el de la ciudad de Zaragoza como foco principal de contaminación, con el tráfico motorizado como el causante fundamental, y que el NO2 (uno de los contaminantes precursores del ozono) se emite de forma más intensa en el área metropolitana de Zaragoza y, hasta su cierre, en la Central Térmica de Andorra.

Los ecologistas alertan de que la contaminación generada en estos lugares, al extenderse por el resto del territorio y transformarse en ozono troposférico, afecta a la mayor parte de Aragón, especialmente a sotavento de los grandes focos emisores de los contaminantes precursores del ozono.

La organización ecologista denuncia además que el Gobierno de Aragón sigue incumpliendo su obligación de elaborar planes de lucha contra la contaminación por ozono en toda la comunidad, incluida la ciudad de Zaragoza, cuyo ayuntamiento también ha incurrido en una "flagrante vulneración" de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética por no implantar una zona de bajas emisiones. 

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