defensa 

Primer salto de paracaidistas con oxígeno desde un A400M en una zona en conflicto

Ocho militares del EADA (Escuadrón de Apoyo del Despliegue Aéreo) de la Base de Zaragoza realizaron por primera vez este ejercicio.

Uno de los paracaidistas que lleva la mascarilla antes de saltar desde el avión A400M.
Uno de los paracaidistas que lleva la mascarilla antes de saltar desde el avión A400M.
Heraldo

Un avión A400M del Ala 31 de la Base Aérea de Zaragoza ha realizado el primer salto tipo HALO/HAHO simulado para 8 paracaidistas del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), de los cuales tres iban acompañados de oxígeno y cinco realizaron un salto manual. Se realizó el pasado lunes y saltaron a unos 10.000 pies (a tres kilómetros del suelo) sobre el aeródromo militar de Ablitas (Navarra), donde aterrizaron sin problemas, tras tirarse por la puerta trasera de la aeronave.

El comandante José Fernández Prados, jefe del escuadrón de mantenimiento del Ala 31, explica a HERALDO cómo hicieron este ejercicio.

Era la primera vez que se realizaba con el nuevo avión, aunque conocían este tipo de operativo con el antiguo Hércules. Estos vuelos son muy especiales para el Ejército del Aire y Espacio porque están ensayando cómo se sobrevuelan supuestas “zonas de conflicto” en las que quieren “infiltrar equipos de operaciones especiales”, detalla el oficial.

Los 8 paracaidistas que saltaron, 3 con oxígeno y 5 en salto manual, pertenecen al EADA.

En ese sentido, los dos tipos de saltos que han ejecutado (High Altitude Low Opening y High Altitude High Opening) ayudaron a conocer la reacción de los paracaidistas entre los tres que llevaron la mascarilla y los cinco que no.

De hecho, unos compartieron la caída en picado y que se abriera su paracaídas a unos 300 metros del suelo (HALO) mientras los otros realizaron un salto específico aunque la apertura de la tela se hizo poco después de hacer el salto (HAHO). “El lanzamiento inicial es desde el mismo sitio, a 3,5 millas náuticas de largo alcance, pero la diferencia es el momento en que se abre el paracaidas”, agrega el jefe del escuadrón.

Tres de los saltadores llevaban mascarilla 

“El umbral del ser humano donde puede respirar son hasta los 10.000 pies de altitud y a partir de ahí tienen que llevar mascarilla para respirar”, detalla el comandante, que lleva doce años destinado en esta unidad tan destacada de la Base. “A esa altura hay que respirar con mascarilla media hora antes del salto para eliminar el nitrógeno que pueda tener el cuerpo, es decir para desnitrogeneizar”.

La puesta en marcha con los nuevos aviones supone “aclimatarse” a los procedimientos y los equipos, mucho más modernos que tenían los Hércules, unos aviones más dependientes de sus pilotos. “El cambio de las mascarillas de oxígeno, los acoples o las maneras que tenemos del equipo del A400M son muy diferentes de los Hércules”, detalla.

En realidad este primer ensayo es un “vuelo simulado” porque si fuera real habrían llegado a 25.000 pies (6 kilómetros) de altura para justificar el hecho de que van protegidos por el oxígeno para eludir los efectos del nitrógeno. Aun así, esta primera prueba del salto se realizó a 10.000 pies de altitud porque se utiliza este tipo de actuación en zonas de conflicto, con el fin de evitar que sean detectados por el enemigo.

Un supervisor de carga del A400M y detrás algunos paracaidistas.
Un supervisor de carga del A400M y detrás algunos paracaidistas.
Heraldo

“Ahora estaremos en función del seguimiento que nos haga la Jefatura de Movilidad Aérea o la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra para próximos entrenamientos de este tipo de saltos”, agrega el comandante, nacido en Pedro Muñoz (Ciudad Real). “Cuando ya están entrenadas estas misiones facilita poder hacerlas en la realidad y cumplimentarlas adecuadamente”.

En el salto especial de los paracaidistas, que se hizo sin ningún problema, se incluyó después desde el avión A400M el lanzamiento de cargas de 15 kilos que están paletizadas con plataformas y también se realiz por la misma puerta trasera.

El jefe del escuadrón reconoce que el A400M tiene la disponibilidad de lanzar por la puerta lateral del avión a los paracaidistas “cuando se hace en el modo automático” a 1.200 pies de altura. “Suelen enganchar sus mochilas a un cable, y cuando ellos saltan fuera del avión se abren sus paracaidas automáticamente a baja altitud”, indice.

Uno de los pilotos del avión A400M que trasladó a los ocho paracaidistas del EADA desde la base de Zaragoza al aeródromo de Abiltas (Navarra).
Uno de los pilotos del avión A400M que trasladó a los ocho paracaidistas del EADA desde la base de Zaragoza al aeródromo de Abiltas (Navarra).
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"Lo importante es que no hubiera nubes"

Pero si el lanzamiento tiene lugar mucho más arriba, como la prueba especial que hiciero en Ablitas, utilizan el “modo manual” donde los propios paracaidistas son los que deciden cuándo abren el paracaidas y se les lanza por la rampa y la puerta trasera del avión. “Tienen dos fases porque hay una puerta arriba y se abren dos tramos para su salida”, agrega.

El salto se hizo a las 18.00 del lunes. “Lo importante era que no hubiera nubes o cúmulos nimbos porque son peligrosas y están cargadas de agua o granizo”, señala el piloto de la aeronave de la Base de Zaragoza. La velocidad del avión militar cuando los soltaron era a 120 o 130 nudos,  el doble de unos 240 o 250 kilómetros por hora.

Los paracadistas acertaron en su aterrizaje en el aeródromo de Ablitas tras orientarse con una brújula que marca el GPS y el viento era llevadero, no como se detectó en las maniobras Defender Europe en el campo de maniobras de San Gregorio el pasado mes de mayo, que al llegar a veinte nudos se suspendió el salto de 1.400 paracaidistas.

“Este vuelo nos sirve para entrenar los procedimientos, los equipos y las conexiones, y ver cómo funciona la botella de reserva que lleva acoplada al equipo de sistemas de oxígeno del avión y familiarizarte con los sistemas”, concluye el comandante José Fernández Prados

De momento, el Ala 31 cuenta ya con los 14 aviones A400M fabricados en la empresa de Airbus en Sevilla y que iban a ser los de la unidad, pero la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció en su última visita que contarán con tres nuevas aeronaves. Está previsto que el primero de estos nuevos aviones llegue en 2025.

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