ENTREVISTAS

Alejandro Nolasco: "He recorrido más de cuarenta países yendo de mochilero"

Abrimos aquí una suerte de ‘First Dates’ con los candidatos a la presidencia de la DGA. Una cita rápida para conocer el lado más amable del aspirante con una única regla: no se puede hablar de política. Temas elevados se entremezclan con frivolidades en una breve charla de la que se pueden sacar algunas conclusiones. Hagan ‘match’ con quien más le seduzca.

Nolasco, paseando por las almenas de la Aljafería. josé miguel marco
Nolasco, en un momento de la entrevista.
José Miguel Marco

El candidato de Vox a la presidencia es un apasionado de la historia y la literatura. También advierte de que "hay que vivir esta época: la nostalgia no sirve de mucho".

Es abogado, escritor y un enamorado de la historia. ¿En qué época histórica le hubiera gustado vivir?

Hay que vivir la que a cada uno le toca. Cuando uno piensa que le gustaría asomarse al siglo IV antes de Cristo, por ejemplo, no tiene en cuenta las incomodidades, la pésima comida o la falta de antibióticos, que hacía que un pequeño corte te llevara a la tumba con 20 años…

¿Estamos entonces en la mejor posible?

Estamos en un Estado del bienestar, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Nadie imaginaba que llegaríamos a vivir casi cien años, pero también hay muchos asuntos que nos hacen indolentes, vagos y dados al hedonismo o al capricho. Hay que vivir la época que toca, la nostalgia no sirve de mucho.

Dentro del ciclo 'No me hable de política', Christian Peribáñez se reúne con los con los candidatos a la presidencia de la DGA para conocer al lado más amable del aspirante con una única regla: no se puede hablar de política.

De pequeño, ¿quería ser futbolista, astronauta, político...?

Estudié Derecho, soy abogado en ejercicio y después cursé Filosofía por inquietudes personales. Lo que me gusta es la docencia me gusta, ser –por ejemplo– profesor de Universidad. Ojalá pueda algún día dedicarme a eso.

¿Tuvo en su infancia algún maestro que le marcara?

No hay un nombre en concreto, tengo cariño a muchos de ellos, pero creo que era más la materia en sí, los temas que se trataban.

¿Cuál es su idea de éxito?

El éxito es muy relativo: lo puedes tener en los negocios y luego ser un desgraciado y una mala persona. La felicidad no es euforia, es serenidad, tranquilidad, estar bien con uno mismo y tener la conciencia tranquila.

Muchas veces no es esa la idea que se vende...

Hemos vendido a la gente joven que el éxito es estar siempre a tope, ser un ‘broker’, tener cinco casas y muchos ‘bitcoins’. Eso no te va a dar la felicidad, es más, puede generar estrés que lleve a depresiones, ansiedad y problemas mentales, que no tenían nuestros abuelos, porque hemos perdido el vínculo con la naturaleza, lo rural, el campo y la vida tranquila.

No ser feliz es un fracaso. La pescadilla se muerde la cola.

Le contaré una anécdota. Mi último libro lo presentó en Madrid Fernando Sánchez Dragó, que era mucho mejor persona de lo que la gente que lo ve por la tele piensa. Vino más público a la presentación de Teruel que a la de Madrid, donde apenas acudieron 40 personas. Me disculpé con Fernando y me dijo: «Tranquilo, nada importa nada». Tiene razón, al fin y al cabo, hay que ser felices y nada tiene tanta importancia en esta vida.

La tranquilidad a la que aspira es todo lo contrario de una campaña electoral...

Hay gente que solo está bien donde no está, pero yo creo que uno tiene que estar bien consigo mismo y la paz depende del estado mental y se encuentra estando sereno. Da igual el sitio: puede ser en Villastar, mi pueblo, Zaragoza, Huesca o donde sea. Conviene descansar, hacer borrón y cuenta nueva, y dejar cosas atrás para empezar de nuevo. A mí me gusta mucho escribir y leer, son cosas que me relajan.

¿Así entretiene los viajes en campaña?

Leyendo no, ¡que soy yo el que conduce! No tengo chófer ni nada, así que me pongo la radio para evadirme. También pienso cómo es posible que al pasar por Teruel no se escuchen algunas cadenas… Oigo Radio Calamocha, Los 40, Cadena Dial...

¿Abrimos el melón de las redes sociales?

Las redes son también una fuente de ansiedad terrible. Animo a cualquiera a que desconecte un par de días en verano, deje el móvil en silencio, y verá la felicidad inmensa que es estar como hace 50 años: si alguien quiere algo va a tu casa y toca el timbre.

Nolasco, paseando por las almenas de la Aljafería.
Nolasco, paseando por las almenas de la Aljafería.
José Miguel Marco

Pero sí tiene perfiles varios...

Tengo 31 años y un perfil de Facebook, aunque no soy muy activo, y Twitter me lo hice ahora por la campaña. En Instagram comparto cosas de mis libros. Las redes son un escaparate y hay que saber usarlas bien para discernir realidad, ficción, postureo… Normalmente los usuarios solo cuelgan contenido cuando están felices y no cuando están tristes o mal, lo que también sería censurable como un ‘exhibicionismo por consuelo’.

¿Cuáles son sus planes para el próximo verano?

Llevo tres años preparando un viaje a Japón, que espero poder hacer. He estado en más de cuarenta países siempre de mochilero, pasando todas las aventuras y penurias: la India, Egipto, Marruecos… Me interesa conocer el Japón rural, ver qué tradiciones mantiene.

Vaya, le encanta viajar, es un auténtico Phileas Fogg...

Me gusta y creo que la gente sería más madura si viajara más, es una experiencia que te pone frente al espejo. En la India estás con dos duros y, de pronto, te da una colitis que pasas malo tres días. Eso te hace hablar con el del puesto de verdura de la esquina y es la vida real, sin postureo.

Es un viaje que le marcó.

El viaje a la India me abrió la cabeza, por ejemplo, el ver la naturalidad con la que tratan el tema de la muerte. Estuve en Benarés, ciudad sagrada, y me di cuenta de que allí están siempre felices, están riéndose todo el tiempo, y aquí parecemos enfadados teniéndolo todo.

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