Ixambre, la sociedad cooperativa de Artieda que ayuda al prójimo y vela por el interés del pueblo

Cuatro jóvenes con inquietudes similares fundaron esta entidad en junio de 2021 para poder seguir desarrollando sus proyectos bajo esta figura legal.

Parte de los socios cooperativistas de Ixambre, con sede en la localidad jacetana de Artieda.
Parte de los socios cooperativistas de Ixambre, con sede en la localidad jacetana de Artieda.
Heraldo.es

Ixambre significa enjambre en aragonés ribagorzano y por eso la sociedad cooperativa de Artieda (La Jacetania) tiene ese nombre. Porque sus socios trabajan de manera organizada, como las abejas en un panal, para conseguir un fin común. En este caso, ese objetivo es que el pueblo sea digno, estable y accesible. Cuatro jóvenes con inquietudes similares fundaron esta entidad en junio de 2021 para poder seguir desarrollando sus proyectos bajo esta figura legal. Ahora son siete los socios cooperativistas y también hay 16 socios colaboradores que, aunque no trabajan directamente en los servicios que presta la sociedad, respaldan su labor, participan en las asambleas y pueden votar.

Uno de los motivos que llevó al grupo a fundar la cooperativa fue que el complejo municipal de Artieda donde está el albergue, camping y restaurante se había quedado sin dueño. Más bien sin persona o empresa concesionaria. Durante la pandemia, el Ayuntamiento, para mantener el servicio, contrató a dos personas para que lo gestionaran pero la idea era que esto lo llevara alguien como negocio propio. Y ahí entró en juego Ixambre, que desde hace varios años se hace cargo de estas instalaciones bajo la dirección de dos de sus cooperativistas y con el apoyo de varios empleados.

Apoyo psicosocial

Este es uno de los servicios que presta la cooperativa en el pueblo, pero no el único. Entre sus funciones también está el apoyo psicosocial tanto a vecinos del pueblo como de otros lugares. A través de los Ayuntamientos, se facilitan visitas casi diarias a las personas mayores para, simplemente, chequear que están bien o charlar un rato. Además, se les acompaña en otros temas más funcionales, como ir al médico, a la compra o a visitar a una amiga que vive en la localidad de al lado. “La idea es establecer un vínculo para que la persona te vea como alguien que está ahí, con el que puede contar”, explica María Pulido, socia cooperativista de Ixambre. 

“Trabajamos con entidades públicas, tanto ayuntamientos como comarcas o grupos de acción local, haciendo consultorías de procesos participativos en la lucha contra la despoblación”

Además, para hacer comunidad, varios días a la semana, tanto personas mayores como jóvenes de Artieda acuden al albergue para participar en una comida conjunta. Y si hay alguien que por problemas de movilidad no se puede desplazar, se le lleva el menú a casa. En un plano más global, desde Ixambre también se realiza una labor de asesoría. “Trabajamos con entidades públicas, tanto ayuntamientos como comarcas o grupos de acción local, haciendo consultorías de procesos participativos en la lucha contra la despoblación”, explica María, sobre esta función asesora en temas relacionados con el desarrollo rural. 

Estabilidad y trabajo digno

Como paraguas a todo el proyecto de Ixambre, el espíritu de esta cooperativa y la semilla por la que se creó es que las personas jóvenes que viven en el medio rural tuvieran acceso a un empleo estable. “Solemos tener trabajos precarios, estacionales o con poca estabilidad. El objetivo era conseguir una estructura que nos diera esa estabilidad y que también sirviera a gente del pueblo que está emprendiendo. Aquí encuentra un apoyo a nivel de gestión y burocracia”, explica Alfonso Ríos, cooperativista y uno de los fundadores.

“Entre nuestros objetivos está que en el pueblo haya más trabajo. El beneficio puede reinvertirse en los proyectos existentes para mejorarlos, consolidarlos y hacerlos más competitivos; o en nuevos negocios que puede proponer cualquier persona socia trabajadora o colaboradora que quiera trabajar en ellos”

En la práctica, la acción de Ixambre revierte, en primer lugar, en el vecino de Artieda. “Entre nuestros objetivos está que en el pueblo haya más trabajo. El beneficio puede reinvertirse en los proyectos existentes para mejorarlos, consolidarlos y hacerlos más competitivos; o en nuevos negocios que puede proponer cualquier persona socia trabajadora o colaboradora que quiera trabajar en ellos”, indican. En la misma línea, se procura que el trabajo se quede en el pueblo. Así, cuando un negocio necesita de mano de obra extra, siempre se ofrece primero la oportunidad a los socios y colaboradores. 

De los siete socios cooperativistas que trabajan de forma activa en Ixambre actualmente, seis son de fuera del pueblo pero llegaron a él para emprender una nueva vida en el medio rural. La séptima persona sí es de Artieda, al igual que su familia. Lo que ellos encontraron en esta cooperativa, que fue el apoyo de otros que se encontraban en su misma situación y que nunca habían trabajado por cuenta propia, es lo se proyecta ahora a todos aquellos que llaman a la puerta de Ixambre.

Una puerta que es la del espacio de 'coworking' que en agosto de 2020, motivado por la pandemia, se habilitó en Artieda. Esta es la sede de Ixambre y lo que se podrían llamar sus oficinas pero, en realidad, son las de todos, como el proyecto de esta cooperativa social.

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