Inclusión de la población gitana: "En 5º de EGB dejé el colegio sin saber leer y ahora preparo oposiciones a Enfermería"

Rebeca Jiménez rompe estereotipos, empezó a estudiar cuando uno de sus sus hijos mayores iba a la escuela y desde entonces no ha parado de formarse.

Rebeca Jiménez se graduó en Enfermería el pasado diciembre y actualmente trabaja en el centro de especialidades Ramón y Cajal de Zaragoza
Rebeca Jiménez se graduó en Enfermería el pasado diciembre y actualmente trabaja en el centro de especialidades Ramón y Cajal de Zaragoza
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Las estadísticas dicen que alrededor de un 64% de jóvenes gitanos no logran superar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y que las niñas dejan los estudios a los 12 años, dos antes que los chicos, lo que hace que cuando llegan a la vida adulta, su participación en el mercado laboral sea inferior a la del hombre. Aunque se ha producido una cierta mejora en los últimos años, todavía persisten déficits y brechas. Para superar estas dificultades y avanzar hacia la igualdad, la inclusión y la participación de esta etnia, la DGA lanzaba este jueves una estrategia que contempla 125 medidas para aplicar hasta 2026.

Este estereotipo lo rompe Rebeca Jiménez Rodríguez, una gitana nacida en Navarra pero que lleva viviendo en Zaragoza desde su niñez. Es un ejemplo para las mujeres de su etnia y para las personas con discapacidad, ya que tiene reconocida una del 34% por una hipoacusia bilateral (pérdida de audición en ambos oídos) y padece dislexia. 

A sus 44 años, con dos hijos mayores de 25 y 18 años y una "tardana" de solo 3, resume así años de esfuerzo: "Salí del colegio en 5º de EGB sin saber leer y ahora estudio la oposición a Enfermería. Alrededor del escritorio tengo colgados los títulos de todo lo que he ido haciendo para motivarme". Actualmente trabaja como enfermera en el centro de especialidades Ramón y Cajal de la capital tras graduarse por la Universidad de Zaragoza el pasado diciembre.

Su largo periplo personal lo cuenta una tarde de jueves tras escuchar una clase 'online' de una hora y antes de llevar a su pequeña Elaia al centro de salud para que le pongan las vacunas. Recuerda que cuando dejó la escuela por problemas de aprendizaje, estudiaba en el colegio Santo Domingo de Silos,  le plantearon la posibilidad de acudir a otro tipo de centro pero su madre prefirió que se quedara en casa ayudándole "en la venta ambulante y de limpiadora". Muy "jovencita" se casó con su marido, que "es un payo, pero más gitano que yo", y a los 18 años ya tuvo a su primera hija (hoy tiene 25) para cuatro años después llegar el chico (18 años). No quería más, pero con 42 años se quedó embarazada de la pequeña.

Recuerda como si fuera hoy cómo aprendió a leer cuando su hijo comenzó a ir a la escuela y conoció a Gloria, la madre maestra de una amiga peruana. "Me animó a intentarlo y me puso el ejemplo de que si a una pulga le pones un límite en un techo ya no salta más alto. Me di cuenta de que mi peor enemigo era yo misma", dice. Se empleaba en lo que podía, sobre todo hostelería y limpieza, e intentó sin éxito hacer la ESO en una Escuela de Adultos. 

"En la Universidad de Zaragoza me he encontrado a bastantes gitanos, pero no se hacen visibles, y cada vez van a ser más y más"

Fue en la Federación de Asociaciones Gitanas de Aragón (FAGA) donde un profesor le enseñó "trucos" para estudiar y superó la prueba de acreditación de las competencias clave N2. Se trata de un examen de matemáticas, lengua e inglés que permite acceder a los certificados de profesionalidad de nivel 2 a aquellas personas que, como era su caso, no tienen la titulación necesaria para ello.

Así empezó su pasión por aprender más y más disfrutándolo, siempre compatibilizándolo con sus empleos y el cuidado de los suyos. En 2011 obtuvo el certificado de profesionalidad en Atención sociosanitaria a personas dependientes en Instituciones Sociales, en 2012 siguió con el grado medio  de Cuidados auxiliares de enfermería, en el que descubrió su vocación, y continuó con otros cursos de Dinamizacíon de actividades de tiempo libre educativo infantil y juvenil, Intervención social con comunidad gitana y el grado superior de Higiene bucodental. 

En todos los sitios donde ha estudiando siempre se ha encontrado "con profesores que me han ayudado y alentado a continuar" . Nunca agradecerá lo suficiente el gesto de  sus compañeras de auxiliar de enfermería "que me focotocopiaban los apuntes y me los enviaban por correo electrónico para que los tuviera lo más claros posibles".

Hasta que en 2017 comenzó la carrera de Enfermería en el campus público. "Pude entrar en una de las plazas reservadas para personas con discapacidad. Me ha costado más de cuatro años terminarla porque con el embarazo de la pequeña no podía hacer algunas prácticas y luego tuve a la bebé", explica.

De su paso por la aulas universitarios menciona lo que "sufrió" en los exámenes tipo test cuando por su dilexia confundía "las barriguitas de las letras, la b y la d o la p y la q". Los profesores se los adaptaban, "unos poniendo las letras mayúsculas, con las que no tengo problemas y otros con números" y le daban más tiempo para completarlos.

Es la única de sus hermanos que tiene estudios, pero está convencida que hay más jóvenes gitanos preparándose en las universidades de lo que parece a simple vista. "En la Universidad de Zaragoza me he encontrado a bastantes gitanos, pero no se hacen visibles, y cada vez van a ser más", asegura. 

Lo que sí ha constatado es que los "prejuicios" hacia la comunidad gitana siguen existiendo, sobre todo cuando ha ejercido de auxiliar de enfermería en los hospitales zaragozanos. "Hay pacientes que cuando se han enterado que soy gitana, ya que a simple vista no lo parezco, enseguida han echado la mano al bolso, casi por instinto". 

"Hay pacientes que cuando se han enterado que soy gitana, por mi físico no lo parezco, enseguido han echado la mano al bolso, casi por instinto"

Está "muy orgullosa" de que sus dos hijos mayores, "en parte por imitación y por lo que han vsito en casa", estén estudiando. Y rompiendo moldes y destaca el "importante papel" que ha jugado su esposo para que ella haya podido ir avanzando. "Nos hemos turnado en el cuidado de los niños y en épocas de exámenes he dejado de trabajar y la familia hemos vivido solo con su sueldo". 

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