Aragón capta al 13% de los 11 millones de esquiadores contabilizados en el Pirineo español y francés

La unión de las estaciones de Astún-Candanchú y Formigal crearía el mayor dominio de la cordillera con 244 kilómetros, por encima del complejo andorrano de Grandvalira (210)

Un grupo de esquiadores en la estación de Candanchú.
Un grupo de esquiadores en la estación de Candanchú.
Javier Navarro

El Pirineo español y francés cierra el top 10 de los destinos de nieve con más esquiadores del mundo, superando los 11 millones en la última temporada 2021/2022, según los datos ofrecidos por las cerca de 50 estaciones a uno y otro lado de la cordillera. Un ranquin mundial que encabezaron Estados Unidos (61 millones), Francia (53,9) y Austria (43,6). Esta lista de honor la completan Italia, Japón, Suiza, China, Canadá, Suecia y Rusia.

Y dentro de todo ese conglomerado, Aragón consiguió captar al 13% de los esquiadores que eligieron los Pirineos para disfrutar del deporte blanco. Con 1,5 millones aproximadamente entre las cinco estaciones altoaragonesas (es la única comunidad que no concreta los datos de cada temporada por centro), está por detrás de Cataluña (2,3 millones), Andorra (2,3) y los Altos Pirineos franceses (2,5). Sí supera a otros dominios del país galo como Les Neiges Catalanes (1,3 millones), los Pirineos Atlánticos (450.000), los Pirineos de Ariege (400.000) y el Alto Garona (360.000).

Ese porcentaje de clientes que absorbe Aragón es menor que la proporción de kilómetros que tiene respecto al total de todo el Pirineo ya que con 363 supone el 16,7% de la superficie esquiable que ofrecen entre Francia, Andorra y España (casi 2.200 km).

La unión que se plantea entre Astún-Candanchú y Formigal mediante una telecabina de 4 kilómetros a través de Canal Roya lo convertiría en el mayor dominio esquiable de los Pirineos, puesto que ahora ocupa Grandvalira con 210 kilómetros tras la agrupación de los siete sectores (Pas de la Casa, Grau Roig, El Peretol, Soldeu, El Tarter, Canillo y Encamp). Precisamente del pueblo de este mismo nombre parte una telecabina de 6 kilómetros de longitud que asciende de los 1.300 a los 2.500 metros a través del valle Els Cortals en un viaje de unos 15 minutos.

Y el tercer lugar de este ranquin lo ocupa La Molina y Masella, en la Cerdaña (Gerona), con 145 kilómetros. Ambas están enlazadas físicamente por la telecabina Cadí-Moixeró, que se inauguró en 1999. Cubre en 20 minutos los casi tres kilómetros que separan el aparcamiento de la Tosa d’Alp, a 2.537 metros.

Se buscan "grandes dominios"

Desde la Federación de Deportes de Invierno de Aragón (FADI) destacan precisamente estos dos casos de Andorra y Cataluña como ejemplos de la nueva tendencia en el mundo de la nieve «donde el consumidor final quiere dominios más grandes». Una estela que también parecen seguir las dos estaciones de mayor tamaño del Pirineo francés, Grand Tourmalet y Sant Lary, ambas con 100 kilómetros de pistas cada una.

Grandvalira fue precisamente la estación de todo el Pirineo que más esquiadores atrajo la pasada temporada con 1,7 millones, a los que se sumaron 600.000 más entre Ordino Arcalís y Vallnord-Pal Arinsal. «Andorra ha hecho una apuesta como país uniendo sectores y además ofrecen un forfait único de todas las estaciones. Creen firmemente en el proyecto y están consiguiendo, aparte de españoles y franceses, cada vez más turismo de ingleses, rusos... y también ‘premium’ gracias a un hotel de 5 estrellas», señalan desde la FADI. Y a ello se une también el éxito turístico en verano con multiactividades «que es la gran asignatura pendiente de Aragón porque aquí hay muy poca oferta y sería una manera de desestacionalizar la actividad en los valles de montaña y de aprovechar cualquier inversión que ahora es solo para cuatro meses», añaden las mismas fuentes.

"Aquí, uno más uno suman tres"

Desde la Federación de Deportes de Invierno se insiste en valorar los beneficios que traería el proyecto de enlazar Formigal con Astún-Candanchú. «En el mundo de la nieve, uno más uno no suman dos sino tres. Porque están muy bien las estaciones pequeñas y familiares, pero para que los grandes touroperadores se interesen por ti, les hacen falta kilómetros y también hoteles grandes», aseguran. Además, argumentan que en este caso, «más que una unión es un sistema de transporte ya que no se van a sumar nuevas pistas». Con todo, también hacen hincapié en que defienden «que se haga todo con el máximo respeto al medio ambiente y que las inversiones sean totalmente sostenibles».

En la lista de ventajas de la unión citan también que se fijaría más población y, además, creen que podría servir de trampolín para crear la primera FP de España de trabajadores de la nieve con formación para maquinistas o remonteros. También creen que se podría potenciar una escuela de hostelería e incluso convertir el Hospital de Jaca en un referente en traumatología de montaña. «Todos estos avances harían que el territorio creciera», aseguran.

Además avisan del peligro de perder el paso frente a la competencia. En ella incluyen no solo a Andorra sino también al cercano valle de Arán (Lérida) «porque allí sí que están ampliando kilómetros y, sin embargo, todo el mundo habla de lo bonito que se mantiene el valle», afirman. Al respecto, insisten en que «las estaciones no están reñidas con el medio ambiente sino todo lo contrario». Y avisan de que en este sector «si no das un paso adelante, puedes dar dos pasos atrás, sobre todo en el valle del Aragón».

¿Competir con los Alpes?

En Europa, los Alpes son sin duda el principal destino de esquí. Solo en la parte francesa hay más de medio centenar de dominios y estaciones y, de ellas, al menos una decena superan los 244 km que sumaría la unión aragonesa llegando incluso a los 600 como Les Trois Vallées, que presume de ser el mayor del mundo.

Pese a ello, desde la FADI están convencidos de que se podría llegar a atraer esquiadores de otros países más allá de Francia. «¿Un suizo va a venir a España teniendo los Alpes? Pues igual solo por la nieve no, pero hay muchas otras cosas que les podrían atraer porque les gusta una gastronomía y un patrimonio que tenemos increíbles, además del sol y precios más baratos. Y a la gente apasionada de la nieve le gusta viajar y conocer sitios nuevos», señalan. También destacan el gran volumen de esquiadores británicos, holandeses o belgas que se mueven por Europa «porque ellos no tienen estaciones».

Más de 600.000 pernoctaciones en invierno

Los hoteles del Pirineo aragonés recibieron la pasada temporada 2021-2022, entre los meses de diciembre y marzo, 237.363 viajeros, sumando 629.690 pernoctaciones, según la Encuesta de Ocupación del Instituto Nacional de Estadística. En cuanto a visitantes, estuvo por debajo de los valles vecinos de Cataluña, donde contabilizaron 258.040 clientes. Sin embargo, la estancia de estos fue más corta, ya que las pernoctaciones en el Pirineo catalán se quedaron en 538.107 durante el periodo invernal, casi 100.000 menos.

Cataluña sí atrajo a más extranjeros a sus pistas: 23.274 frente a los 17.894 de los hoteles del Pirineo aragonés.

Y es que el turismo invernal en Aragón sigue teniendo en los esquiadores de otros países una asignatura pendiente, a diferencia de lo que ocurre en la campaña de verano. Un 20% de los visitantes que llegaron a los hoteles del Pirineo en julio y agosto de 2022 eran extranjeros, porcentaje que cayó a solo un 7% en enero y febrero.

En esta temporada 2022-2023 (solamente hay datos oficiales del INE de diciembre y enero), ya se han superado los 100.000 viajeros y las 250.000 pernoctaciones en los hoteles aragoneses, de los cuales 6.356 son extranjeros, poco más de un 6% del total. 

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