el futuro de la nieve

El Pirineo catalán y Sierra Nevada triplicaron las inversiones de las estaciones aragonesas

Aragón quiere competir con sus principales rivales con un plan que superaría los 90 millones. Los municipios con esquí aumentan su población hasta un 33% en dos décadas frente al 6% de media.

Los proyectos del plan de la nieve.
Los proyectos del plan de la nieve.
H. A.

Aragón prevé invertir en los próximos tres años más de 90 millones de euros en las estaciones de esquí del Pirineo con los proyectos de la unión de Candanchú-Astún y Astún-Formigal, la telecabina de Benasque y los accesos desde Castanesa a Cerler. El objetivo está claro: competir con los más directos rivales. No se quiere quedar atrás respecto al Pirineo catalán y Sierra Nevada, que en el último año han acometido mejoras en sus pistas por valor de más de 50 millones.

Tras la pandemia, el esfuerzo inversor se ha incrementado en los principales destinos de nieve. Las estaciones catalanas gastaron 31 millones de euros para afrontar la temporada 2022-2023, casi cuatro veces más que las aragonesas, donde el montante fue de 8 millones, pese a tener un tercio de la superficie esquiable del país. Solo Baqueira destinó 17 millones a mejoras en remontes y pistas.

Formigal-Panticosa (3.106.000 de euros) fue la que más invirtió en Aragón el año pasado, seguida de Cerler (1.680.000). Aramón completó así los proyectos de ampliación iniciados la temporada anterior con los remontes de Castanesa, Lanuza o Pico Royo. Por detrás están Candanchú (1.470.000), Astún (1.289.000), Javalambre (153.000) y Valdelinares (417.000), según datos de la asociación de estaciones de esquí y montaña de España, Atudem.

La modernización de instalaciones en Sierra Nevada también estuvo muy por encima de la de Aragón, con 25 millones, tres veces más. En total, la inversión en la nieve en España alcanzó los 67 millones, de los cuales 41 fueron a remontes, 13 a pistas y el resto, 12, a accesos digitalizados o zonas de ocio.

En la temporada 2021-2022 Aragón gastó más en modernizar sus pistas, 11 millones, pero aún así estuvo por detrás de Cataluña (15 millones) y algo por encima de Sierra Nevada (9 millones). Y es que ningún centro invernal quiere quedarse atrás. Otro dominio esquiable del Pirineo, La Massana (Andorra), tiene un plan director dotado con 60 millones para crear nuevas pistas con seis remontes.

El plan más ambicioso

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El Pirineo aragonés encara el futuro con el plan más ambicioso desde la ampliación de Formigal. De los cuatros proyectos previstos, el más costoso y controvertido es la unión de Astún y Formigal, es decir, de los valles de Aragón y Tena a través de Canal Roya, con 34 millones de euros, 26 de ellos de ayudas europeas en la convocatoria de 2022 de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos.

Los otros tres las pidieron en 2021 y ya han recibido el dinero comprometido, que deben gastar antes de que acabe el 2024. El de mayor cuantía es la telecabina Benasque-Cerler, que costará 16,5 millones (10 millones con cargo a los fondos Next Generation). Sumados otros equipamientos, como un parquin, se eleva a 30 millones. Le sigue la unión Candanchú-Astún, que cuenta con una ayuda de Europa de 8 millones, además de 3 aportados por la Diputación de Huesca y 11 por la DGA. Y por último están los accesos a Castanesa. El Ayuntamiento de Montanuy ha recibido 8 millones para acercar el valle de Castanesa a las pistas de Cerler. La actuación principal (5, 6 millones) enlazará el último pueblo con el frente de nieve, pero además se contemplan aparcamientos y un transporte público.

Frente a las críticas ecologistas y de algunos partidos de la izquierda como Podemos y CHA, sobre todo contra la telecabina por Canal Roya, y en una semana en la que el presidente de la Diputación de Huesca ha advertido del posible incumplimiento de los plazos marcados por Europa, con riesgo de perder las ayudas millonarias, alcaldes y empresarios del Pirineo urgen a avanzar en la unión de estaciones y a agilizar los procesos administrativos. "Gracias a las estaciones contamos con una población que permite mantener abierta la escuela, el polideportivo, la biblioteca...", afirma el alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez.

Y es que los municipios con estaciones de esquí son los que más han crecido. Mientras que la población en la provincia de Huesca ha aumentado un 6,7% en las dos últimas décadas, en Sallent de Gállego subió un 32% (de 1.172 habitantes en 2003 a 1.557 en 2022) y en Benasque, un 24% (de 1.832 a 2.282).

Canfranc se tuvo que reinventar cuando se cerró la estación internacional, dice su alcalde, y "sin la nieve ahora mismo no sería un pueblo". Fernando Sánchez no elude el incierto futuro de la nieve con el cambio climático. "Estamos viendo que las temporadas son más cortas, pero aún con todo tenemos que seguir defendiendo la nieve en nuestro valle", dice. Por ese motivo propugna la conversión de las estaciones de esquí en estaciones de montaña, para utilizarlas durante todo el año. "Es algo ya inventado, lo hacen en Andorra y los Alpes, donde usan las telesillas para otros deportes como la BTT, algo que en este valle ya hace Astún para visitar los ibones".

El profesor José Antonio Moseñe, del Máster de Turismo del campus de Huesca y experto en Contabilidad Social y Ambiental, recuerda que el turismo representa un 20% del empleo en la provincia (incluye los contratos temporales). "Los valles con esquí se desarrollan, crecen, porque la nieve tira del territorio, otra cosa es que sea el crecimiento que queremos, o que estemos ante un modelo caduco", comenta, en relación al cambio climático, sobre el que hay varios escenarios "y ninguno favorable".

Más ingresos fuera del invierno

Sin inversiones, añade Moseñe, se corre el riesgo de que las estaciones se queden obsoletas y tengan que cerrar, y detrás irían los negocios locales, como ha pasado en algunas pequeñas del Pirineo francés. Pero ese dinero, en su opinión, no debe ser únicamente "para los 100 días que dura la temporada de esquí, ni basarse solo en la nieve". En este sentido coincide con el alcalde de Canfranc: debe tenderse a convertir las estaciones de esquí en estaciones de montaña, abiertas doce meses. "En Aragón cierran en marzo, pero en las de Europa el 40% de los ingresos son por la nieve y el 60% se obtiene el resto del año", asegura este experto.

Por su parte, Francisco Iturbe, portavoz de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón, opuesta rotundamente al proyecto por Canal Roya, insiste en el oscuro panorama que dibuja el cambio climático: menos días de innivación y a cotas más altas. "El Observatorio Pirenaico del Cambio Climático recomienda reconvertirlas en estaciones de montaña, que dependan menos de la nieve y del esquí, algo que hacen en los Alpes y en los Pirineos franceses", explica. Precisamente los fondos Next Generation, añade, están concebidos para esa transición climática.

No se cierra a las inversiones para reconvertir instalaciones obsoletas con las que afrontar las próximas décadas, pero sí a proyectos como el nuevo acceso a Castanesa o a la telecabina de Canal Roya. Da por seguro que esta acabará en los tribunales.

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