Zaragoza

Un banco abandonado, un mercadillo solidario, una segunda oportunidad

Durante 10 días una antigua sucursal bancaria de Zaragoza alberga una cita muy especial.

Una segunda vida a un banco abandonado
Pilar Guallart y Pablo Lafuente, en el Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Camino Ivars

Las segundas oportunidades sí existen, e historias como esta lo demuestran. Sino que se lo digan a la antigua sucursal bancaria ubicada en Sixto Celorrio 1 de Zaragoza, a escasos metros del puente de Piedra, que cerró sus puertas hace apenas año y medio y que hoy, contra todo pronóstico, alberga una cita muy especial. Se trata del Mercadillo Solidario Estelar promovido por la asociación zaragozana que desde hace siete años lucha para humanizar visualmente las ucis infantiles de Aragón y buena parte de España, a golpe de aguja e hilos de colores.

En las 10 mesas que ocupa dicho espacio encontramos desde gorritos y patucos tejidos a mano, hasta peluches, libros o huchas. También hay paraguas, prendas de diseño y obras de artesanía de todo tipo. "Son donaciones y regalos llegados de toda España", explica Rosa Vicente, una de sus voluntarias. Por ejemplo, cuentan con varias figuritas de una tienda de recuerdos de Valencia que, al cerrar por jubilación, se puso en contacto con ellas para regalarles "todo lo que tenían".

Carmen Martín: "¿El objetivo? No tenemos uno fijo. Tan solo queremos seguir ayudando"

Desde la pandemia, las donaciones no cesaron pero sí la posibilidad de organizarse para su venta. "Comenzamos a acumular cosas, en cajas y cajas, y no teníamos un lugar para darles salida", explica. Fue allí donde entró en juego Pablo Lafuente, gerente de la cafetería Matisse y dueño de esta antigua sucursal bancaria que se encuentra a escasos metros del local desde hace unos meses. "Conocemos a Pilar, presidenta de la asociación, porque es vecina del barrio y usuaria del bar. Un día, hablando con ella, me contó que atravesaban una situación complicada y que necesitaban un lugar. Nosotros lo teníamos, y queríamos ayudar", explica.

El mercadillo, que abría sus puertas este jueves con un gran éxito de asistencia, podrá visitarse hasta el 12 de marzo, en horario de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 horas. Además, cada día se publicará la cantidad de dinero recaudada en uno de los cristales del local. ¿El objetivo? "No tenemos uno fijo. Tan solo queremos seguir ayudando", reivindica Carmen Martín, otra de las voluntarias de Estelar.

Pilar Guallart: "Nos sustentamos del trabajo de nuestros voluntarios y de algunas ayudas que nos dan Ibercaja o los premios que ganamos, como recientemente el de TEVA, que supuso 3.000 euros"
Carmen Martín Rosa Vicente y Pilar Sánchez en el Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Carmen Martín Rosa Vicente y Pilar Sánchez en el Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Camino Ivars

Y es que esta zaragozana jubilada comenzó a tejer para ayudar. "Una vez que dejas de trabajar algo tienes que hacer. Ya que no podía donar otra cosa, decidí dar mi tiempo a quien le pudiera ser de utilidad", reconoce. Porque si comenzábamos hablando de segundas oportunidades, de esto saben, y mucho, algunos de quienes reciben ayuda de Estelar. Y es que las manos de Carmen y del resto de voluntarios tejen gorritos y arrullos de colores, que no solo acompañan a los bebés y niños de las ucis de Aragón, sino que acompañan a familias que pasan por situaciones muy complicadas.

"Creo que ayudamos a cambiar la visión de estos espacios para los padres. No es lo mismo que un trapo verde o una venda que un arrullo o un gorrito de punto como el que te haría tu abuela", admite la zaragozana. Y es que, como demuestran algunas fotografías que hay esparcidas por el antiguo banco, como sus manos, son cientos las de personas mayores, presos de Zuera o asociaciones de mujeres, amas de casa, y un gran etcétera las que, cuando pueden, tejen para cambiar el mundo de estas familias de manera solidaria.

Sin embargo, la situación para Estelar hace tiempo que es muy complicada. "Nos sustentamos del trabajo de nuestros voluntarios y de algunas ayudas que nos dan Ibercaja o los premios que ganamos, como recientemente el de TEVA, que supuso 3.000 euros", explica Pilar Guallart que reconoce que, inmediatamente, lo traduce en meses de alquiler. "No. No es suficiente", reivindica. Por eso la fundadora de Estelar hace un llamamiento a la ciudadanía para que se asocie. "Tenemos una cuota de 10 euros al año, y en estos momentos somos tan solo 30 personas", explica.

Pilar Guallart y Pablo Lafuente, en el Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Pilar Guallart y Pablo Lafuente, en el Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Camino Ivars

Y es que fue ella la que, en noviembre de 2014, comenzó a tejer para olvidar. En este caso, para tratar de sobrellevar su propia experiencia como abuela de prematuros de la mano de sus nietos, Pablo y Ana. La bebé no logró salir adelante y la zaragozana tan solo recuerda el miedo y la incertidumbre que les asaltaron en aquellos momentos. "No sabes lo que es esto hasta que no lo vives", reivindica. Pero a diferencia de lo que suele ocurrir, ella no lo olvidó cuando salieron del hospital, y siguió trabajando por aportar luz y color a estos espacios y momentos: "Para que los recuerdos que nos quedan de los peores momentos, esos que se te clavan a fuego, sean lo más agradables posibles.

Ana Notívoli: "Es necesario aprender a hacer un trabajo de gestión emocional, entrar con la mirada abierta y pensar en que muchos pequeños logran salir adelante. Creo que hacen falta más profesionales en Salud Mental para estos lugares"
Ambiente del Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Ambiente del Mercadillo Solidario Estelar en Zaragoza
Camino Ivars

Una experiencia difícil de olvidar

Porque para Pilar hace tiempo que Estelar es mucho más que un proyecto de costura. Es una iniciativa de apoyo emocional, sobre todo para las familias. Así lo recuerda la zaragozana Ana Notívoli. Psicóloga y desde septiembre de 2022, mamá de una bebé prematura. Hoy reconoce que todavía no ha logrado olvidar los sonidos de las máquinas de aquella estancia. "Es cierto que como profesional lo supe gestionar un poco mejor, y que el hospital pone un servicio de psicología para padres. Pero reconozco que Estelar, junto al equipo de la UCI Neonatal del Servet, hicieron nuestra estancia mucho más llevadera", rememora.

Notivoli se refiere, por ejemplo, al uso de la mano palmira, un antebrazo artificial capaz de mejorar el tratamiento y el desarrollo de los prematuros que ingresan en la UCI. "Nuestra hija se calmaba enseguida cuando la sentía sobre su espalda a la hora de dormir", reconoce. Sin embargo, asegura que pasar por este lugar supone "una situación muy traumática" y que genera mucha angustia: "Es necesario aprender a hacer un trabajo de gestión emocional, entrar con la mirada abierta y pensar en que muchos pequeños logran salir adelante. Creo que hacen falta más profesionales en Salud Mental para estos lugares".

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