Zaragoza

50 años de matrimonio: "En el amor no hay estrategias. O pasa o no pasa"

El Ayuntamiento de Zaragoza ha homenajeado a 253 parejas por sus bodas de oro en el Teatro Principal. Este martes en Zaragoza ganaba el amor.

Delfina Pérez y Jorge Barrachina, 50 años juntos.

Como ya es tradicional cada mes de febrero, concebido como “el mes del amor” para la mayoría; la concejalía de Mayores del Ayuntamiento de Zaragoza homenajeaba a las parejas de la capital aragonesa que han alcanzado sus bodas de oro, es decir, 50 años de convivencia, amor y crecimiento. Este año eran 253, un récord absoluto con respecto a ediciones anteriores cuando fueron 99, 149 y 175 respectivamente.

Así pues, a primera hora de la mañana el Teatro Principal de Zaragoza se convertía en el escenario de lujo que recibía a estas personas mayores que lucían sus mejores galas y amplias sonrisas. 50 años de amor no se celebran todos los días. “No es nada fácil. Mucha gente no llega”, afirma Delfina Pérez (74), que conoció a Jorge Barrachina (75) cuanto tan solo tenían 19 y 20. “Fue en un guateque en el barrio de San José. En aquella época salíamos a bailar, a merendar, hacíamos excursiones”, rememora éste.

Hoy, con los ojos encendidos de alegría, aseguran que lo suyo fue un flechazo de película. “Seguro, segurísimo”, reivindica Barrachina, que recuerda cada fecha y cada detalle del noviazgo y que asegura que en esto del amor no hay estrategia que valga. “O pasa, o no pasa. Eso de la estrategia está muy manido”, opina. Y aunque Delfina le dio algún que otro plantón ya en aquella época, ambos recuerdan hoy su noviazgo como “amable, y bonito”.

María Lázaro y José Beltrán.
María Lázaro y José Beltrán.
C.I.

Fueron 5 años, luego él se fue a hacer el Servicio Militar, mientras ella le esperaba. Hoy, que celebran sus 50 años de recorrido juntos, creen que alguna de las claves que les han traído hasta aquí han sido buenas dosis de paciencia y comprensión mutua: “El noviazgo es muy fácil, pero luego vienen los achaques, los problemas con los hijos, los baches económicos... Es ahí cuando se demuestra que realmente eres una buena pareja”, reivindican, convencidos.

Poco a poco, el amor comienza a inundar el hall del Teatro Principal de Zaragoza a media que siguen llegando las parejas desde distintos lugares de la capital aragonesa. Muchos de los homenajeados reconocen que hoy las cosas han cambiado mucho. Por eso se sienten afortunados de haber llegado hasta aquí, juntos. “Son otros tiempos. En 50 años ha cambiado todo demasiado. Pero el amor tiene que existir. Juntarse sin amor no tiene sentido. Habría un vacío muy grande”, reivindica María Lázaro (71).

En su caso, esta vecina de Daroca conoció al amor de su vida, José Beltrán (76), natural de Albarracín, en Teruel, en un bar muy conocido en la época en la capital aragonesa. “Teníamos un amigo en común, que fue quien nos presentó”, rememora. “La clave es quererse mucho, entenderse y llevarlo todo lo mejor posible. Lo importante es que haya entendimiento. Cada uno tiene su genio, pero al final te aprendes a llevar. Con cariño todo se supera”, afirma. En cuanto a él… “Opino lo mismo”, añade Beltrán.

Trnidad Ferrero y Santiago Arias.
Trnidad Ferrero y Santiago Arias.
C.I.

Aunque para flechazo, el que sintieron Santiago Arias (76) y Trinidad Ferrero (70) naturales de Alcoba de la Rivera, un pueblecito de León. Sin duda, uno de los mayores regalos que les ha dado la vida es mantener esa mirada que se regalan, mutuamente, cada día. “Fue un flechazo, algo espontáneo. Vernos y ya”, admite ella, emocionada, que recuerda que solo tenía 20 años. “Madrugué mucho, pero bueno”, bromea.

Trinidad y Santiago: “Ha merecido la pena”

La pareja tuvo una vida ambulante debido al trabajo de montador de Santiago que lo llevó por varios rincones de España, entre ellos, Andorra o Zaragoza capital, donde se instalaron definitivamente en 1975. “Las parejas de antes también se separaban, pero no como ahora. Los jóvenes parece que tienen miedo a firmar el documento. Es más fácil irse cada uno por su sitio”, reflexiona él.

Sin embargo, en su época les decían que esto era para toda la vida, y ellos así lo creyeron. Eso sí, lograrlo conlleva trabajo, esfuerzo y sacrificio. Como casi todo en la vida. “Es verdad que hay que aguantar mucho, es difícil, pero no imposible. Para mí ha pasado todo muy rápido, pero ha merecido la pena”, admite Trinidad, emocionada.

Tras recibir una placa conmemorativa a manos del alcalde, Jorge Azcón, y de la concejala delegada de Mayores, Paloma Espinosa, a ritmo de chirigotas de la Casa de Andalucía, las parejas homenajeadas han disfrutado de música en directo así como de la proyección de fotografías de sus vidas y otras muchas sorpresas. La fiesta continuará con un cóctel y, ya por la tarde, con un baile en un hotel próximo. 

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