El Salud ampliará las consultas de alta resolución de Oftalmología para reducir la lista de espera
Más del 90% de los pacientes resuelven su situación en un único acto médico, lo que evita visitas sucesivas al centro.
Oftalmología, con una demora media superior a los cinco meses, es una de las especialidades que engrosan en Aragón la lista de espera de consultas externas, por detrás de Cirugía Ortopédica y Traumatología.
Para paliar la demora, desde los sectores sanitarios Zaragoza I y II se puso en marcha, en abril del año pasado, una consulta de alta resolución en el Hospital General de la Defensa, que a partir de octubre funciona también en el Centro de Especialidades Ramón y Cajal. Y el objetivo es extender este programa en San José y Grande Covián.
El denominado proyecto Arcoft posibilita realizar un diagnóstico con las pruebas necesarias y el inicio de un tratamiento en el mismo día, lo que proporciona mayor comodidad al enfermo al evitar desplazamientos innecesarios para sucesivas consultas.
Para el doctor Luis Pablo Júlvez, jefe de servicio de Ofltamología de los Sectores Zaragoza I (Royo Villanova y Nuestra Señora de Gracia) y II (Miguel Servet) y catedrático de la Universidad de Zaragoza: "No hemos inventado nada, sino que lo que se ha hecho es cambiar el sistema organizativo y apostar por un modelo lógico".
Pruebas diagnósticas precisas
Las consultas de alta resolución concentran la tecnología necesaria para la realización de las pruebas diagnósticas precisas, gracias al trabajo conjunto de oftalmólogos, ópticos y enfermeros. En el Ramón y Cajal se han organizado dos equipos, que trabajan de manera coordinada "para que sea lo más ágil posible" y "evite recitaciones innecesarias", lo que aporta mayor comodidad al usuario, sobre todo a las personas mayores. Hay también dos consultas a la semana para niños menores de 9 años.
El especialista dispone de toda la información sobre el paciente que ha sido derivado por su médico de Familia tras la anamnesis inicial y las pruebas -las básicas son determinar la tensión ocular y la agudeza visual-, más aquellas complementarias que considere.
En una sola visita el oftalmólogo determina el diagnóstico y tratamiento y decide si le da el alta (en la mayoría de las ocasiones) o bien pasa a la lista de espera quirúrgica (para intervenir, por ejemplo, de cataratas) o requiere visita hospitalaria.
"Con esto logramos que no haya recitaciones y, por ello, podemos ver a los pacientes en tiempo y forma", resume el doctor Pablo Júlvez, que recuerda que la pandemia incrementó las listas de espera. "Es una forma moderna de trabajar, pero para eso necesitas unos mínimos medios", indica: "La idea es que al paciente se le haga todo el recorrido y no tenga que volver".
La supervisora de Enfermería del centro de Especialidades Ramón y Cajal, Rosa Barrio, destaca que la consulta se ha puesto en marcha con un "equipo muy cohesionado, multifuncional y multiprofesional". Además de los dos equipos de mañana, también se pasa consulta dos tardes a la semana, aunque se prevé que se amplíe de cara al futuro. Hasta allí se desplazan Oftalmólogos y Ópticos de los hospitales Miguel Servet, Royo Villanova y Provincial. El personal de Enfermería que atiende la consulta es del propio centro.
Alejandro Blasco, óptico, explica que el paciente que acude pasa primero por las consultas centrales: "Tras la anamnesis, determinamos qué pruebas podría necesitar. Lo básico es tensión ocular y agudeza visual y a partir de aquí se les puede graduar o hacer otras pruebas como OCT. El oftalmólogo ve el resultado de las pruebas y si considera que hace falta alguna más, nos lo remiten de nuevo".
El jefe de servicio de Oftalmología de los sectores Zaragoza I y II detalla que el pasado mes de septiembre, antes de la puesta en marcha de la consulta de alta resolución, en el Ramón y Cajal, de las 975 consultas totales que atendieron, 124 recibieron el alta (12,7%), mientras que 696 fueron citados de nuevo en menos de 6 meses.
Al siguiente mes, en octubre, sin embargo, de las 1.381 personas que acudieron, 1.182 recibieron el alta en un acto médico único (85%). Ese porcentaje ha ido aumentando, y ya supera el 92%, según los datos de enero. "Significa que a nueve de cada diez pacientes se les ha solucionado su problema de forma completa".
