Los padres de hijos únicos denuncian "discriminación" a la hora de acceder a un instituto en Aragón
Critican que los alumnos con hermanos en la zona, no solo en el centro, obtienen puntos que nunca pueden llegar a igualar.
Si el proceso para escolarizar a un niño de 3 años en el colegio elegido en primera opción llega a ser estresante para algunas familias, la situación puede repetirse a la hora de matricularlo en un instituto público al terminar 6º de primaria. Un grupo de padres con hijos únicos denuncian la "discriminación" que sufren porque si se tiene que baremar para conseguir una plaza, los alumnos con hermanos en cualquiera de los colegios de la misma zona tienen puntos que, de ninguna manera, van a poder conseguir.
Así les ocurre a un grupo de familias del centro Doctor Azúa, en el barrio zaragozano de Romareda. El instituto que han elegido, el Miguel Catalán, es uno de los cuatro que tiene que baremar en la Comunidad porque ha recibido más solicitudes que plazas disponibles. Aunque ya nada pueden hacer por sus casos particulares, han emprendido una batalla para dar a conocer esta situación que consideran "penaliza" a los menores por el hecho de no tener hermanos en edad escolar.
El problema, explica Susana García, una de las madres afectadas, radica en la consideración de centro único del IES y los colegios adscritos a él. Así, un escolar obtiene la máxima valoración, 8 puntos, si tiene un hermano que esté en cualquier escuela de la zona, un punto más que los 7 que se otorgan por estar el instituto a menos de un kilómetro del domicilio familiar.
"Entendemos que se obtuviese mayor puntuación por tener un hermano mayor en el IES al que se va a acceder o por matriculación conjunta en secundaria y primaria o infantil, pero beneficiarse de unos puntos generados por un hermano que no asegura una continuidad en un futuro en el centro, no lo vemos justo y vulnera el principio de igualdad de oportunidades por parte del Gobierno de Aragón", se queja esta madre. "El Miguel Catalán lo tenemos a 500 metros de casa, pero cualquier niño o niña que tenga un hermano pequeño escolarizado en la zona va a entrar antes que nosotros aunque viva a cuatro kilómetros", lamenta.
Daniel Castilla, su pareja, recuerda que ellos se trasladaron a vivir en la Romareda para poder elegir el Doctor Azúa. "Me da la sensación de que la ley está hecha para que beneficie a una mayoría y se penaliza a los hijos únicos, que con 12 años ya tienen que ver cómo les pasa por encima este rodillo", critica. A ella suma que la mayoría de los progenitores no son conocedores de estos criterios de baremación en secundaria "hasta que te toca, a última hora".
Cristina Zarca vive en Delicias pero su hija entró en el Doctor Azúa por cercanía al lugar de trabajo cuando esta circunstancia daba más puntos. "¿Por qué mi hija tiene menos derechos que una compañera que tenga un hermano pequeño en el mismo colegio, no en el instituto? Si está en infantil o en primero de primaria cuando llegue al instituto el mayor ya no seguirá en él", asegura.
La hija de Daniel Lara y María Jesús Jarabo todavía va a tercero de primaria, pero se han sumado a la causa para dar a conocer esta problemática e intentar que Educación cambie este criterio de la baremación. "Nosotros vivimos en Valdespartera y ante la falta de colegios en su día en el barrio muchos niños vinieron aquí. Ahora los hay, también institutos, pero lógicamente le gustaría continuar con sus amigos", explican.
Lara añade que como empleado público hasta los 12 años puede adaptar su jornada para entrar un poco más tarde y llevar a su hija al colegio, algo que no podrá hacer en el instituto "si al final, por falta de puntos, le toca ir a uno que esté lejos de casa".
No es un criterio nuevo
Estas familias han emprendido una campaña de recogida de firmas, han escrito a Educación y han llevado su queja al Justicia de Aragón, que en años pasados ya las ha recibido por ese mismo motivo, y al Defensor del Pueblo.
Desde Educación señalan que este criterio de baremación "responde a la consideración de centro único del IES y los CEIP adscritos, ya que Educación tiene la obligación de asegurar la escolarización del alumnado en la etapa obligatoria y, por tanto, la continuidad de los estudios de primaria a secundaria".
Añaden que este criterio ya aparece en el decreto en cuya elaboración participó el Consejo Escolar "en el que están representadas las familias". Además puntualizan que no se trata de un criterio nuevo.
