El reto de animar las aulas en el medio rural
El CRA Mesa-Piedra-Alto Campillo, que atiende 8 pueblos, apunta las dificultades para organizar las distintas actividades.
La escasez de recursos o las dificultades siempre han sido un acicate para encontrar alternativas. Y si no que se lo digan a la comunidad educativa del Colegio Rural Agrupado (CRA) Mesa-Piedra-Alto Campillo. Son cerca de 70 niños procedentes de ocho pueblos -Calmarza, Jaraba, Ibdes, Nuévalos, Cimballa, Campillo, Monterde y Llumes- y cuentan con tres sedes -Ibdes, Nuévalos y Jaraba-. Para poner en marcha algunas actividades tienen que tirar de imaginación y tesón. "Alguna vez nos encontramos con que se ofertan actividades para la provincia, las solicitamos para los tres y nos encontramos con un muro", reconoce Elena Blasco, maestra de música y responsable de la agrupación.
En este sentido, asegura Blasco que optan por "revertir la situación". "Cuando nos dicen que no, creamos nosotros la actividad", explica. Sin embargo esta semana, sí que han podido materializar una de estas propuestas haciéndola coincidir con un día significativo: un carnaval temático de la Edad Media. "Es un día de convivencia para todos los niños del CRA. Es una jornada festiva pero aprovechamos que tenga algo de contenido y este año el hilo conductor son las tradiciones", señala. Para ello han contado con la visita de Jesús Calvo, profesor jubilado e integrante del plan que oferta la DGA.
En el caso del carnaval, Calvo, maestro de Primaria jubilado y actor amateur en recreaciones como las Alfonsadas y las Bodas de Isabel, ha participado a través del programa Red de la Experiencia del Departamento de Educación. "En mi caso es una propuesta de animación a la lectura a través del teatro y de danzas medievales", cuenta. Antes contaron con Jesús Lozano, que es el responsable de encarnar la famosa Máscara de Ateca, y tienen pendiente desplazarse a Cetina para ver la Contradanza.
En el caso del carnaval, Blasco indica: "Es un día especial, que hemos preparado con mucho tiempo y cariño para que les quede en el recuerdo". Añade que no han escatimado recursos ni refuerzos para que para que los niños tengan las mismas oportunidades. "Por ejemplo -dice-, hemos tenido que poner un autobús que es bastante dinero, pero está bien invertido". Y añade: "En 10 años hemos mermado un 20% el número de alumnos, pero eso para nosotros no importa: somos 70 pero como si fuésemos 700".
Para los padres y madres, como María Luisa Calabuig y Victoria Sánchez de Nuévalos, y Tao Bahrane, de Cimballa, los números y las ratios han sido un quebradero de cabeza. "Este verano querían quitar una plaza y media de maestro porque nos quedábamos con 28 en Nuévalos. En la administración no son conscientes de que no hablamos solo de números, que son niños y niñas que necesitan un servicio esencial", argumentan. "Al final, de pura casualidad, se arregló porque vinieron familias con niños, pero es algo que tienen que repensar", insisten.
