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Las familias critican el estado de las infraestructuras escolares de Aragón: "Nuestros hijos tienen derecho a estar en aulas dignas y seguras"

La cercanía de las elecciones anima a la movilización para clamar por mejores instalaciones para los menores. 

Las familias de La Joyosa se concentraron para exigir la continuación de las obras del colegio.
Las familias de La Joyosa se concentraron para exigir la continuación de las obras del colegio.
Gemma Sayas

"Fin de obras ya" o "por un cole seguro" fueron algunas de las consignas que más se repitieron este domingo entre las familias del colegio Ramón y Cajal, del municipio La Joyosa, que se movilizaron para mostrar su malestar por el retraso de más de un año que acumulan ya las obras de ampliación del centro. "La semana pasada, nos dijeron que finalmente la obra se había cedido a otra constructora, pero no nos han dado plazos sobre cuándo podrá terminarse", indicó Miriam Cajal, representante de las familias en el Consejo Escolar del centro y también miembro del ampa. 

Y, aunque celebró esta novedad, lamentó que, entre trámites administrativos y la ejecución en sí, pueda ser que no se acabe antes que el curso. "Si nos hubieran puesto las prefabricadas no estaríamos así", apostilló y, durante la concentración, reclamó el "derecho" de los niños del centro a estar "en aulas dignas y seguras". Están "cansados" de que a sus hijos se les trate como "alumnos de segunda" y reclamaron, además, "los medios necesarios para la enseñanza como cualquier otro niño que vive en Aragón". 

En este sentido, los propios escolares recordaron que están dando clase en un "sótano al lado de la caldera" en el que no tienen luz natural porque las dos ventanas que hay "son muy pequeñas". Otras clases, recalcaron, "son tan pequeñas" que a sus compañeros "no les cabe ni la mochila dentro y tienen que dejarlas en mitad del pasillo". "Queremos que, por favor, terminen las obras ya porque nos merecemos un colegio en condiciones", incidieron en su manifiesto.

Recientemente llevaron a cabo una recogida de firmas ‘online’ –con más de 400 rúbricas en un colegio que tiene 136 matriculados– y presentaron una queja formal ante el Justicia de Aragón, en la que le piden que intervenga para que los niños "salgan a la mayor brevedad de los espacios en los que se encuentran" dando clase.

Su situación no es única, por lo que cerca de una decena de colegios e institutos de Aragón están en pie de guerra contra el Departamento de Educación por el estado de las infraestructuras educativas. Estas movilizaciones han cogido fuerza en las últimas semanas, coincidiendo con la cercanía de la campaña electoral. Unos reclaman las obras de ampliación previstas, otros que se mejoren las instalaciones existentes y también los hay que confían en lograr el compromiso de la Administración con las infraestructuras que deberán ejecutarse en los próximos años.

Otras quejas

Más de diez años llevan las familias de la unidad de Pozán de Vero del CRAVero Alcanadre (Huesca) esperando la ampliación del centro. En 2022, cuando se anunció la puesta en marcha de un aula de dos años en la escuela, apuntaron desde la ampa, les comunicaron que además "se aprobaría el proyecto de ampliación". "Y entretanto no se dispusiera de las nuevas instalaciones, nos dijeron que se dotaría al colegio de un barracón como solución temporal para iniciar el curso 2022-2023", explicaron. Con la mitad del curso vencido, no se ha licitado la obra y el aula prefabricada "no se puede poner por cuestiones técnicas", por lo que los escolares de dos años comparten clase con los de infantil. "Tenemos tres aulas de menos de 20 metros cuadrados que, una vez amuebladas, deben albergar a 15 niños de infantil y dos años y 24 de primaria", lamentaron.

También están a las espera de los trámites para la construcción de un nuevo edificio en el colegio Zaragoza Sur. Hace apenas una semana, las familias se movilizaron para exigir que se licite antes de las elecciones el proyecto del inmueble de secundaria que llegará con dos años de retraso.

Por su parte, el ampa del Juan XXIII de Zaragoza alerta del "abandono" que sienten por el estado de las instalaciones del centro. Denuncian que se producen "continuos cortes de suministro eléctrico" que dificultan el normal desarrollo de las clases en las que utilizan ordenador y pizarras digitales, falta de espacio y de una alimentación "adecuada" y "equilibrada". Asimismo, critican que el firme del patio está deteriorado. En este último caso, desde el Ayuntamiento de Zaragoza explicaron que pueden presentar la solicitud para que se acondicione durante el verano. Con casi 400 alumnos y la previsión de que puedan ir a más por las nuevas construcciones de la zona cercana a la estación de Delicias, están recogiendo firmas para instar a la DGAy al Consistorio a "ponerse manos a la obra".

Las familias del instituto Conde Aranda de Alagón (Zaragoza) también reclaman su reforma integral y ampliación. Este centro fue construido en 1975 y se ha quedado pequeño para los alrededor de 650 estudiantes que asisten a clase, tanto de esta localidad como de Pinseque y Remolinos.

Obras de futuro

Las ampas de los colegios Ana María Navales y María Zambrano, ambos del sur de Zaragoza, exigen a la Administración que llegue a tiempo para terminar las obras antes del inicio del próximo curso. Y ya piensan más allá. Los primeros recuerdan que quedan pendientes aulas de primaria para poder acoger a todos los alumnos que llegarán, mientras que los segundos se concentran el miércoles para exigir el inicio de la planificación del instituto del barrio de Parque Venecia.

Sí que están ya redactados los proyectos de las fases de secundaria de los colegios Parque Venecia y Arcosur, la ampliación del Martina Bescós de Cuarte y otro edificio del SoledadPuértolas. Desde 2016 el Gobierno de Aragón ha invertido casi 208 millones en infraestructuras educativas.

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