aragón

Un encuentro pendiente con Cecilia: una emotiva carta y un viaje de más de 8.000 kilómetros

Las guías que reciben a los visitantes que acuden a conocer el eccehomo de Borja atesoran muchas anécdotas a lo largo de los años.  

A sus 91 años, estos días no ha parado de atender visitas
Cecilia Giménez cumplió 92 años el pasado mes de enero.
Oliver Duch

Una pareja procedente de Denver, Colorado, en Estados Unidos, llegó hasta el Santuario de la Misericordia de Borja atraída por el fenómeno eccehomo a finales de septiembre del año pasado. “Entraron a las 15.30 y salieron a las 18.00”, recuerda Merche Pellicer, una de las guías que, junto a María José Sanz, controlan el acceso de visitantes.

La turista, Rebecca, observó la imagen del eccehomo de Cecilia Giménez (cumplió 92 años el pasado 23 de enero) sobre la obra original que Elías García Martínez pintó en la pared de la iglesia de Santuario, donde veraneaba con su familia. Y se hizo, además, con numerosos objetos de ‘merchandising’. Tal y como recuerda Merche, tras la visita quiso escribirle una larga carta a Cecilia, y lo hizo en perfecto español, idioma que aprendió durante su estancia en el país.

La guía le entregó la misiva a Marisa Ibáñez, sobrina de Cecilia, que se la leyó a su tía, que vive en la residencia del IASS del municipio, algo que le emocionó mucho. Tras una intensa búsqueda lograron localizar a la autora de la carta. Según recuerda Marisa, escribió a Bárbara por Messenger “para darle las gracias por su carta”. “Le dije -continúa- que si volvían alguna vez, nos encantaría conocerles. Esa idea le hizo muchísima ilusión y me dijo que su hermana también era muy fan de mi tía”. Al poco tiempo, le confirmó su viaje a España. En esta ocasión, vendrá acompañada por su hermana: “Dice que para ellas poder conocer a Cecilia es como un sueño”. “Y me dijo -explica- que le diera alguna idea para traerle un regalo a mi tía. Pero yo les dije que el mejor regalo para ella es el cariño de la gente, que no necesita nada más”. Ya han comprado el billete de avión para materializar ese encuentro en Borja, en poco más de un mes.

Son muchas las anécdotas que atesoran las guías: “Otra vez vino una familia procedente de Escocia”. Varias generaciones que cumplían así el deseo de una joven como regalo de cumpleaños al llegar a la mayoría de edad. “También hemos recibido a recién casados que tienen que venir vestidos de novios y hacerse una foto junto al eccehomo para que su cuadrilla de amigos les den el regalo”, relata. O el caso de un japonés: “Iba a poner una banderita en el mapa y buscando el lugar vio la de una amiga que ya había venido a visitarnos”.

Merche cuenta que en una ocasión a una joven de Madrid la trajeron sus amigas con los ojos tapados por su cumpleaños. “Llevaba tiempo diciéndoles que tenían que venir a ver el eccehomo”, así que cumplieron su deseo como regalo.

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