Cafés a 0,85 euros, menús a diez euros. Saludables, siguiendo los criterios de la dieta mediterránea. Porque la calidad no está reñida con el precio. Así se puede comprobar en una transitada cafetería de la capital aragonesa.

Aún es posible encontrar en Zaragoza cafés a 0,85 euros, cañas a un euro y menús a 10,5. Y en un marco de belleza insuperable, el palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón y el monumento civil más visitado en Aragón. En la cafetería del castillo, de uso diario para diputados y personal del Parlamento y los turistas, los precios anticrisis resisten a la desbocada inflación que asfixia la economía familiar. Tan ajustadas son las tarifas y tan compleja fue la situación con las restricciones derivadas de la covid, que han tardado cuatro años en encontrar adjudicatario. Peor suerte ha corrido la cafetería del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, que tras quedar varias veces desierta se transformará en un local de descanso con varias máquinas de vending.

Las Cortes de Aragón acaban de adjudicar a la empresa Cátering Arcasa la concesión del servicio de la explotación de la cafetería, restaurante y el suministro de comidas para atender las necesidades de los diputados, el personal de la Administración y los grupos parlamentarios, quienes visiten en palacio y el público en general. El valor estimado del contrato se eleva a 1,3 millones de euros hasta el 18 de diciembre de 2024, lo que blinda los precios durante dos años.

Y los precios fijados son muy difíciles de encontrar en el mercado libre, y la variación es mínima en los cinco últimos años. Tal es así que el café solo costará 0,85 euros, la caña y una copa de vino cosecha o de Denominación de Origen, un euro. Muy ligeramente sube el precio de los refrescos, que pasan de 1,30 a 1,45 euros, y en los menús, que costarán 10,5 euros, 1,5 más que en 2018.

Alimentación cardiosaludable

El bajo precio no está reñido con la calidad. Más bien todo lo contrario. Los gestores de la cafetería de las Cortes deberán garantizar a los comensales una alimentación cardio-saludable. El nivel de sal se deberá ajustar a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aceite para cocinar será de oliva, la condimentación con especias, moderada, y en la medida de lo posible se utilizarán productos de temporada, ecológicos, de proximidad y de calidad diferenciada. El agua que se servirá en el comedor podrá ser mineral natural o filtrada con sistemas de osmosis inversa.

Tan cuidada será la oferta culinaria en la Cortes que incluso hay pescados que estarán vetados. Fuera de los menús quedarán la panga, la tilapia, el fogonero y la perca del Nilo. El protocolo para prevenir el Anisakis figura minuciosamente detallado. La cocción garantizará que en la parte más interna se llegará a los 60 grados y se congelará durante 48 horas el pescado crudo.

Habrá bollería, a 1,05 euros; minibocadillos y zumos envasados, a 1,25 euros; y botellines de agua, a 0,7, casi, casi al mismo precio que en el mercado.

Disminuye, no obstante, la oferta culinaria a precios tasados. Porque hace cinco años, se pagaba a 3,85 euros la ración de calamares, a 2,60 la hamburguesa y a 5,50 euros, un plato combinado. En el contrato no se exige al adjudicatario del pago de un canon y podrá vender otro tipo productos sin tener los precios topados.

Desayunos y menús

Dos primeros, dos segundos, dos postres (uno de ellos será fruta) o café, pan, bebida (vino cosecha/cerveza/agua y gaseosa) se ofrecerán en el menú del día, a 10,5 euros, que variará de lunes a viernes y en el que se controlarán las grasas y la sal. Costará 10 euros y el medio menú, un plato, postre y bebida, 8. Más calidad y variedad se ofrecerá en los menús del comedor de respeto (15 euros) con una opción más cuidada, a 34 euros.

No se servirán yintónics en la cafetería de las Cortes de Aragón. En aplicación de la ley 3/2011 de prevención de drogodependencias, solo se ofrecerán bebidas alcohólicas de menos de 18 grados.

Para hacer más atractivo el contrato, se ha reservado a la adjudicataria la prestación de los servicios de cátering que se realicen en las Cortes con motivo de los actos institucionales y para los congresos, reuniones y rodajes autorizados por la Mesa de las Cortes.

La gestión de la concesión en cuanto a productos y precios será libre en fines de semana y festivos. Se podrá usar el comedor para celebraciones familiares, previas reserva y si los aforos lo permiten, y se autoriza el uso de la terraza exterior de 50 metros cuadrados que está situada en el Patio de Armas. El adjudicatario podrá explotar máquinas de vending de agua, bebidas y comida, si bien el número y la ubicación deberán ser aprobados por las Cortes, y será el Parlamento el que abone las facturas de la luz, el agua, la desinfección y la limpieza.

Corrección y amabilidad

Un encargado, un ayudante de cocina, dos camareros y un cocinero integran la plantilla que debe asumir la nueva adjudicataria. Las Cortes se reservan el derecho a exigir la sustitución del personal por motivos de «mal comportamiento, incapacidad u otras causas justificadas». El personal deberá prestar el servicio adecuadamente uniformado, "guardando siempre la pulcritud", y el trato deberá ser "de una exquisita corrección y amabilidad, cumpliendo con la profesionalidad y las normas básicas del oficio".

De lunes a viernes abrirá de 8.30 a 16.30; de los fines de semana y festivos podrá hacerlo de 10.30 a 18.00, con el restaurante-comedor en servicio de 13.30 a 16.30. Precios asequibles, dieta mediterránea, ambiente cordial... y con huella ambiental (casi) cero. Las Cortes vetan enseres y botellas de plástico, dan prioridad a la compra a granel, con bolsas de papel-cartón... Afortunados serán los diputados. Más difícil lo tendrán los funcionarios del Pignatelli que tendrán que recurrir al vending al quedar el concurso de la cafetería desierto.