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En 29 municipios de Aragón no gobierna la lista más votada

El PSOE perdió 15 alcaldías y el PP 7 por las alianzas que quiere prohibir Núñez Feijóo en los comicios de este año.

El número de concejales varía en función del censo de población
El número de concejales varía en función del censo de población
Javier Blasco/Heraldo

En apenas el 4% de los municipios aragoneses no gobierna el partido que obtuvo más votos en las elecciones de 2019. En concreto, 29 alcaldes lo son gracias a alianzas políticas que desbancaron a la lista con más apoyo, una fórmula que ahora quiere prohibir el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Tras los comicios de 2019, y dejando a un lado las peculiaridades de los concejos abiertos, fue el PSOE el mayor perjudicado en la Comunidad, ya que no logró gobernar pese a imponerse en 15 localidades, mientras que los conservadores se quedaron sin 7 y el PAR sin 4, entre otros.

La propuesta de los populares no es nueva. Dirigentes de uno y otro signo han reclamado en el pasado que victoria y gobierno vayan de la mano. Normalmente lo han exigido con más fuerza aquellos partidos que encabezan las encuestas, y sobre todo el PP, que aglutina un espectro de la derecha sin la fragmentación que sufre la izquierda. En este caso, además, Feijóo busca alejar el fantasma de los pactos con la extrema derecha, y más tras los últimos revolcones que le están propiciando sus socios de Vox en la Junta de Castilla y León a cuenta del aborto y otras polémicas.

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En cualquier caso, el PP reivindica una reforma legal –sin opciones de prosperar, el PSOE ya la ha rechazado e incluso algunos de sus barones recelan de la propuesta– que impediría que pactos postelectorales dejaran sin gobierno al candidato más votado. En las últimas elecciones, con una ola favorable a los socialistas –el escenario es ahora distinto–, en hasta 29 municipios aragoneses no se respetó este principio. El más representativo, precisamente, fue la capital aragonesa.

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, lo fue con 8 concejales, el peor resultado de la formación conservadora en la ciudad. Necesitó aliarse con los 6 ediles de Cs y el apoyo externo de los 2 de Vox para lograr una alcaldía que estaba reservada para la socialista Pilar Alegría. De hecho, la ahora ministra de Educación, que logró 10 representantes, negociaba un acuerdo con Sara Fernández para repartirse el poder dos años cada una cuando una llamada de Madrid obligó a la dirigente de la formación naranja a pactar con el PP.

La propia Alegría lo recordaba hace unos días desde Ferraz. «Ahora sería alcaldesa», subrayó para rechazar a continuación una propuesta calificada por los socialistas como «broma». «El PP pactará con Vox allá donde pueda», advirtió la ministra aragonesa, que reprochó que se plantee esta opción solo cuando interesa a uno u otro.

Una opinión compartida por Azcón. El alcalde y candidato del PP a la DGA cree que la idea de Feijóo es «muy buena» pero pide que sea respetada siempre y por todos. «No puede ser que las reglas del juego se hagan pensando en las próximas elecciones y no en las próximas décadas», apuntó el regidor, que recordó que en 2011 fue el PP el que se quedó sin la alcaldía por los pactos postelectorales.

"No puede ser que las reglas del juego se hagan pensando en las próximas elecciones y no en las próximas décadas"

El de la capital aragonesa no es el único caso de la provincia en el que no gobierna la lista más votada. En una decena de municipios zaragozanos, entre ellos María de Huerva, Alfajarín o Pina de Ebro, también fructificaron las negociaciones de los partidos minoritarios. De igual modo, en la provincia de Huesca hasta ocho localidades arrinconaron a la lista más votada (Graus, Monzón, Sariñena...), y una docena en la de Teruel, como por ejemplo en Albalate del Arzobispo o en Sarrión.

Un 70% respalda cambiar el sistema, según el CIS

La ofensiva del PP para que gobierne la lista más votada no tiene visos de prosperar, pero no será por falta de apoyo popular. Según una encuesta del CIS de mayo del año pasado, siete de cada diez españoles son partidarios de darle el bastón de mando al candidato que obtenga más respaldo en las urnas.

La medida, que ahora beneficiaría más a los populares según las encuestas –suele plantearla quien va por delante en los sondeos– es vista con mejores ojos por los votantes del PP (el 89% la reclama), que por los del PSOE (cerca del 70%), mientras que los simpatizantes de Unidas Podemos están mucho más divididos (un 44% a favor).

Ahora bien, la fórmula elegida para llevar a la práctica esta medida no está tan clara. El CIS proponía primar a la lista más votada con una dotación extra de representantes, como ocurre en Grecia o Italia. En este caso, el respaldo baja al 52,4%.

Lo que plantea el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, es que gobierne el partido con «mayor respaldo popular directo en las urnas» en los próximos comicios para así «revitalizar las instituciones» y mejorar la «calidad democrática». Se materializaría mediante un pacto con el PSOE que permitiera reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) y de momento solo afectaría a las municipales.

Con la modificación, que Feijóo se compromete a hacer efectiva si gobierna, se verían arrinconadas las formaciones minoritarias, y en muchos casos obligaría a pactos entre los dos grandes partidos, algo no tan extraño en otros países como lo es en España.

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