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Las ocho lámparas modernistas del vestíbulo de la Estación de Canfranc recuperadas en la Escuela de Restauración
Acaban de colocarlas en el hotel Canfranc Estacion tras haberlas rehabilitado durante cuatro años. Las tulipas desaparecieron en 2004 y se hicieron en 3D.
La apertura del nuevo hotel Canfranc Estación (Royal Hideaway Hotel) ha supuesto el descubrimiento de la restauración del vestíbulo que han realizado durante la última década los alumnos y profesores de la Escuela Superior de Conservación y Restauración (Escyra), que recibió el premio internacional Golden en 2018. Hoy ya puede verse el resultado final. Por encima de todo, destacan las ocho lámparas modernistas de estilo floral.
El director de Escyra, Ignacio Mustienes, destaca que el primer año de la inauguración de la estación, en 1928, no se habían colocado estas lámparas porque el edificio aún no estaba electrificado. Las cuatro primeras se colgaron en 1929 (dos en cada parte este y oeste). “Y ya en los 40, tras el incendio que sufrió el edificio, se colocaron otras cuatro en los lados cortos. Al restaurarlas, hemos visto que las segundas eran de peor calidad (son las que rodean los escudos de Francia, al norte, y España, al sur)”, precisa.
“En 2004 desaparecieron las tulipas de vidrio y los herrajes de las lámparas. Esto ha supuesto un reto porque ya no es fácil encontrar quien haga estas reproducciones”, destaca Mustienes. “Las tulipas fueron realizadas por un artesano vidriero de Irún que las sopló como a la antigua usanza. Para los herrajes no encontramos en España a un latonero tradicional así que los reprodujimos modelándolos en 3D e imprimiéndolos en un material plástico resinoso resistente y patinándolo después”.
Nombres aragoneses de chicos y chicas
En la reconstrucción de estos símbolos del vestíbulo, los profesores y los alumnos han decidido bautizarlos con nombres aragoneses para que tengan su propia vida, nombres de chicas en los lados largos (Salas y Pilar, en la zona oeste española; Jara y Cillas, en el este francés) y de chicos en la zona corta rodeando las banderas (Jorge y Valero, en el escudo francés, Vicente y Lorenzo, en el escudo español).
Mustienes, autor de una tesis sobre el edificio de la estación, tiene claro que la rehabilitación de un elemento tan singular “no hubiera sido posible sin la financiación de la UTE (Acciona-Avintia) y la sensibilidad de Jaime Molina en la reconstrucción de las lámparas”. Aunque no se han podido datar, la sospecha del investigador es que estas lámparas floreadas modernistas fueron construidas en la empresa zaragozana Averly.
Para realizar la reconstrucción de las ocho piezas, las profesoras Belén Escanero y Camino Roberto han dirigido a una veintena de alumnos en los últimos cuatro años, que se han dedicado a la rehabilitación, con la aplicación de los metales, los vidrios y las tulipas en las ocho piezas. A finales de diciembre, las trasladaron al vestíbulo y fueron colocadas recientemente para llegar a punto al estreno del hotel Canfranc Estación.
Belén Escanero señala que cada lámpara pesa unos 47 kilos. Agrega que han mantenido el color original del latón y el efecto visual ha favorecido la integración de la tulipa.
Asimismo, la profesora de Pintura en la Escyra señala que entre las ocho lámparas había diferencias en el uso de la purpurina (una aleación entre el cinc y el cobre) y han utilizado aceite secante y resina natural para mejorar el producto. “Son unas piezas únicas de estilo modernista realizadas exprofeso para el encargo del vestíbulo de Canfranc. Las flores están realizadas en forja y se utilizan además los moldes”, recalca Belén Escanero.
