Despoblación
Casi ocho de cada diez municipios aragoneses han perdido población en la última década
Solo el 11,2% de los habitantes residen en núcleos de menos de mil habitantes, según el censo del INE de 2021. El fenómeno afecta a las tres provincias y hasta 37 localidades han visto caer su número de vecinos más de un 30% en este periodo.
La sangría demográfica del medio rural comenzó hace décadas, con la marcha del campo a la ciudad a mediados del siglo pasado. La hemorragia se intenta detener, pero los pueblos siguen perdiendo el pulso frente a las ciudades y las cabeceras comarcales. Casi ocho de cada diez municipios aragoneses han menguado su población (un 77,4% de 731) en la última década entre 2011 y 2021, según los últimos datos del censo publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El fenómeno afecta en gran medida a la provincia de Teruel, donde el 84,7% de los pueblos han visto descender el número de vecinos (200 de sus 236 municipios). En el caso de la provincia de Zaragoza ha caído en el 77,1% (226 de 293). El problema es menos acentuado en Huesca, donde han visto reducido su censo el 69,3% (140 de 202).
Hay que tener en cuenta que estas cifras no reflejan de una manera totalmente fiel la realidad, ya que en muchos casos hay vecinos, sobre todo en poblaciones pequeñas, que están empadronados en sus localidades de origen porque conservan la casa familiar pero no viven allí en invierno. Por ello, la situación es aún más cruda de lo que reflejan las estadísticas.
La concentración en las zonas más pobladas y urbanas, lo que se llama la ‘metropolización’, también tiene su reflejo en la Comunidad. Solo el 11,2% de las personas viven en municipios de menos de mil habitantes y el 70,6% en los de más de 10.000. En la capital aragonesa residen el 51,2% de los aragoneses.
Huesca ha sido la capital que más ha crecido durante este periodo, un 2,59%, pasando de 52.031 habitantes en 2011 a 53.377 a fecha 1 de enero de 2021. Teruel ha aumentado un 0,67%, de 35.660 a 35.898, mientras Zaragoza lo ha hecho solo en un 0,49%, de 678.115 a 681.430.
El balance arroja un saldo negativo en las tres provincias. El panorama más dramático se dibuja en el territorio turolense, con una caída del 6,22%, de 143.162 habitantes en 2011 a 134.259 en 2021. Igual ocurre, aunque en mucha menor medida la provincia oscense, con un descenso del 0,87% (de 225.962 residentes a 223.995), y en la zaragozana, con una pérdida del 0,17% (de 975.385 a 973.684).
Hasta 37 municipios han dejado por el camino más de un 30% de su población en los últimos diez años. De estos, 18 son pueblos zaragozanos, 16 turolenses y solo tres del Alto Aragón. Los casos más extremos son los turolenses de Almohaja (ha rebajado su censo un 51,72%) y Valdecuenca (47,27%), además de los zaragozanos de Lobera de Onsella (44,44% menos) y Almochuel (42,86%) junto a la localidad oscense de Baldellou (también con una caída del 42,86%).
Fórmulas para atraer vecinos
"Es una sangría continua, por ley natural la gente mayor que es la que sigue viviendo en los pueblos fallece. Hay nuevos empadronamientos, pero muchos son fantasmas porque no permanecen todo el año, solo en temporadas muy concretas", cuenta el alcalde de Lobera de Onsella (Zaragoza), Francho Chabier Mayayo que ha vivido cómo sus 45 vecinos se han mermado hasta solo 25.
Cualquier esfuerzo es poco para atraer a una familia que se asiente en el núcleo. Mayayo confía en el proyecto en el que se ha venido trabajando las últimas tres legislaturas y que verá la luz en 2023. Se trata de la apertura de un bar restaurante con un albergue con cuatro habitaciones dobles y dos sencillas, un equipamiento turístico que se completa con una lavandería industrial. La inversión ronda el millón de euros, de ahí el tiempo que ha costado, con sus vaivenes, hacerlo realidad. Se ha financiado con ayudas europeas Leader a través de Adefo, entidad privada sin ánimo de lucro que las gestiona en la comarca de las Cinco Villas; subvenciones contra la despoblación del Gobierno aragonés y subvenciones de la Diputación de Zaragoza.
"A principios de 2023 queremos sacarlo a licitación y puede dar de sí para obtener dos sueldos", apunta Mayayo. La idea de poner en marcha una lavandería industrial surgió "porque hay establecimientos de la zona que tienen que desplazarse lejos a llevar sus ropa y sus mantelerías", además de que también "prestará un servicio a los moradores de la zona".
Mantener los servicios abiertos, y más cuando se trata de un bar que cumple una función social de lugar de encuentro, es un reto constante para los ediles de los núcleos más pequeños. Ocurre estos días en La Puebla de Albortón del Campo de Belchite. El bar permanece cerrado desde hace más de un mes y el Ayuntamiento busca a alguien que se anime a llevarlo junto a una pequeña tienda, la única de la población, que vende productos de primera necesidad. El Consistorio ofrece vivienda y un alquiler simbólico de 15 euros mensuales. Además, paga la mitad de unos gastos de electricidad que son bajos ya que en el negocio hay instaladas placas solares.
"Es muy complicado, no tenemos ningún candidato. Si la gente no quiere dedicarse a la hostelería en Zaragoza menos en un pueblo. Es un trabajo muy sacrificado, que necesita de un horario muy amplio, sin días de fiesta...", cuenta su regidor, Ángel Naval.
En cuanto a las municipios más grandes, su evolución ha sido desigual. Algunos han ganado residentes, como Fraga (un 3,96%), Utebo (un 3,46%) o Jaca (3,84%). Por el contrario, han menguado Calatayud (un 6,56% menos), Tarazona (4,21%), Alcañiz (2,44%) y Barbastro (0,27%). El saldo también es negativo en núcleos mineros como Andorra (con una bajada del 10,68%) y Utrillas (7,39%). La crisis del calzado en la comarca del Aranda ha pasado factura a Illueca (con un 15,43% menos) y Brea de Aragón (13,45%).
Entorno de Zaragoza
En el área metropolitana de Zaragoza, destaca la explosión poblacional que ha vivido el eje de la carretera de Teruel. Cuarte de Huerva, es el sexto municipio de España que más población gana, un 34,72%, de 10.209 residentes a 13.754. Le va a la zaga Cadrete con un 31,46%.
En este ranquin más positivo se ha colado un pequeño pueblo que lo lidera, Salcedillo, en la comarca turolense de Cuencas Mineras, que aumenta de 7 a 11 habitantes. Pero se trata de un ascenso irreal, ya que responde al empadronamiento de un grupo de paquistaníes que llegaron para trabajar en el núcleo pero que con el tiempo se han afincado en otros puntos de la provincia.
Así, los municipios de la Comunidad con un crecimiento más importante son los oscenses de Monflorite-Lascasas (un 40,39% más), Salas Bajas (35,42%) y Campo (34,94%). El alcalde de Salas Bajas, Jorge Gracia, apunta que la cercanía a Barbastro atrae a gente y durante la pandemia se trasladó alguna familia a teletrabajar que ha acabado afincándose en la población.
"La sangría se ha frenado"
La población en Aragón a 1 de enero de 2021 se situó en 1.331.938 habitantes, de acuerdo con el censo de 2021 publicado hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística. En relación con el de 2011, ha disminuido en 12.571 personas, lo que supone un descenso del 0,9%. En otros territorios de la España vaciada las pérdidas son mucho más acusadas, en Castilla y León baja un 6,1%, en el Principado de Asturias un 5,9% y en Extremadura, un 3,9%.
El Comisionado para la Lucha contra la Despoblación de la DGA, Javier Allué, subrayó que entre 2011 y 2015 Aragón perdió más de 40.000 habitantes y desde entonces ha crecido en 34.000. También destacó que desde 2018 se observa que los municipios de 1.000 habitantes tiene una capacidad de atracción mejor que la media nacional y que otras regiones.
"En los últimos años la sangría demográfica se ha frenado. Otras regiones y provincias siguen perdiendo población en cifras de cuatro dígitos. Esto nos anima a seguir trabajando para dinamizar el medio rural y corregir los desequilibrios territoriales", concluye.
