economía

Ignacio García: "La gente compra menos y más barato, como en 2008"

El director general de Asedas, la patronal de los supermercados, pide al Gobierno bajar el IVA de la alimentación y el precio de la energía para evitar cierres.

Ignacio García, director general de Asedas, en la sede central de la entidad en Madrid.
Ignacio García, director general de Asedas, en la sede central de la entidad en Madrid.
Enrique Cidoncha

¿Cuál es la situación de los supermercados en esta crisis?

Hay una enorme preocupación. España es uno de los países con mejor cadena agroalimentaria, de las más competitivas de Europa, y en los últimos veinte años ha mantenido los precios estables. Ahora nos encontramos con la tormenta perfecta, con un incremento muy importante de los precios, luego la guerra de Ucrania y finalmente con el encarecimiento de la energía. Encima huelga del transporte de marzo también perjudicó.

¿Cuáles son las perspectivas?

Es muy difícil de analizar. La cadena está haciendo un trabajo excelente, porque los precios de la alimentación subieron muchos meses después de que lo hicieran las materias primas y la energía. La situación no ha cambiado. Con la guerra, pensábamos que habría carestía de materias pero ahora la preocupación son los precios. El aceite de girasol que se producía en Ucrania existe en otros mercados, pero muy caro.

Algunos indicadores señalan que comienzan a bajar los precios de las materias primas. ¿Lo van a trasladar al consumidor?

A nosotros nos importan las materias primas que compran nuestros proveedores, la industria alimentaria. La FAO dice que comienza un descenso de precios, y es una noticia esperanzadora, pero hasta hoy nuestros proveedores nos trasladan subidas, y con la ley de la cadena alimentaria es obligatorio repercutirla, porque hay que garantizar que se cubren los costes de producción.

¿Están ajustando los márgenes lo suficiente?

Nuestro fase de la cadena es en la que más competencia hay, por la capacidad que tiene el consumidor de elegir entre distintos establecimientos. En un contexto de precios altos en origen, es cuando más sufren los márgenes. La distribución ha tenido que repercutir subidas pero lo operadores tienen que seguir vigilándose unos a otros para no perder clientes. Hay cadenas regionales de supermercados muy competitivas que este año darán perdidas.

¿Realmente temes cierres?

Eurocommerce advirtió recientemente que con estos precios de energía, algunos establecimientos europeos, sobre todo en zonas menos pobladas, podrían verse abocados a cerrar. Hay que tomar nota. En España tenemos una red de proximidad mucho más densa que garantiza el acceso a las alimentación, pero está en riesgo.

Aragón conoce bien el problema.

Aragón es una comunidad muy grande, con una población concentrada en Zaragoza y el resto, con una densidad muy baja. Para que esté adecuadamente atendida tiene que hacer un esfuerzo extra de transporte. Si a eso le sumas la energía, es especialmente difícil para los operadores.

¿Están notando cambios en los hábitos de consumo?

Está ocurriendo lo mismo que en 2008. El consumidor, cuando está preocupado por la economía, compra más a menudo pero menos cantidad, y sustituye un tipo de productos por otros más baratos, la ternera por el pollo, por ejemplo.

¿Bajar el IVA es la solución?

Hemos propuesto al Gobierno una batería de medidas. Por un lado la rebaja del coste de la energía. Por otro, reducir los costes de los carburantes del transporte, porque subvencionar a toda la población está muy bien pero hay sectores especialmente sensibles. También pedimos medidas eficaces en el acceso a materias primas para que haya alternativas a las que vienen de zonas de conflicto, y finalmente una rebaja fiscal.

¿En qué medida?

El IVA es un impuesto inflacionista, porque recauda más cuanto más alto es el precio. La recaudación de este año está siendo récord, de 30.000 millones más. Es el momento de que parte de ese exceso se devuelva con una rebaja del IVA. Del 10% al 4%, y del 4% al 0%, al menos durante un tiempo, sin comprometer la financiación del Estado.

¿En esa rebaja fiscal incluyen el nuevo impuesto al plástico que entra en vigor en 2023?

Los impuestos medioambientales se justifican para cambiar conductas, pero en la práctica se imponen para recaudar. Los envases de plástico de un solo uso afectan a decenas de miles de productos, y hoy por hoy no se pueden sustituir. Con la que está cayendo, no tiene sentido que entre en vigor ese nuevo impuesto, se debería aplazar al menos unos meses.

¿La cesta básica que propone la ministra Díaz sería una solución?

No nos parece una buena idea. Ya se hicieron en Francia dos intentos, uno de bajar el precio mediante un acuerdo público, que generó rechazo; y otro de ofrecer una cesta básica, pero las organizaciones de consumidores denunciaron que se mermaba la calidad de los productos. Las estrategias comerciales ya están en marcha por parte de cada compañía y no deben formar parte de un acuerdo con el Gobierno.

De la ‘reduflación’ al cliente envejecido

Ha sido uno de los términos de moda en esta nueva crisis, condenado a incorporarse al diccionario oficial. La ‘reduflación’ es la práctica engañosa por parte de algunas empresas de la alimentación por la cual se ofrece menos producto del habitual al mismo precio. Es legal si se etiqueta correctamente, pero ha generado una oleada de críticas. El director general de Asedas, Ignacio García, comparte esa opinión. «No es una buena práctica si perjudica al consumidor y se hace de espaldas a la cadena», advierte.

En cualquier caso, el sector se enfrenta a otro tipo de retos más importantes para el futuro. «Tenemos que invertir muchísimo en innovación, en ser más sostenibles y en cumplir con la economía circular», apunta García. A su juicio, además, la clave será la adaptación a un consumidor cada vez más envejecido. «Compra distinto, menos volumen, más ligado a la salud, y necesita más ayuda», detalla.

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