"Los bancos de alimentos de Aragón se juegan mucho en esta gran recogida"

El presidente de la oenegé en Zaragoza llama a colaborar ante la caída de las donaciones. Las estanterías están vacías.

Las estanterías del Banco de Alimentos de Zaragoza, el pasado viernes, están vacías.
Las estanterías del Banco de Alimentos de Zaragoza, el pasado viernes, están vacías.
Rubén Losada

"Los bancos de alimentos se juegan mucho en esta próxima gran recogida. Si la inflación sigue disparada y con el sobrecoste energético, esperamos un aumento de peticiones de ayuda a las que tendremos que responder y las grandes donaciones de la pandemia han desaparecido". Es el llamamiento que hace el presidente del Banco de Alimentos de Zaragoza, José Ignacio Alfaro, ante una campaña que volverá a combinar la tradicional recepción de alimentos físicos en los supermercados y tiendas los próximos 25 y 26 de noviembre con las aportaciones metálicas en caja que se podrán hacer hasta el 3 de diciembre.

"Nos falta absolutamente de todo. Se nos terminan muchos de los productos más demandados y las estanterías están ya vacías a la espera de lo que llegue", describe. Cuando se acercan estas fechas los estantes se suelen desocupar para dejar sitio a los palés que van a llegar, pero este año hay "bastante más hueco" de lo habitual y deseable. "Estamos flojitos", confiesa Alfaro.

Uno de los productos estrella, la leche, prácticamente se ha acabado, el aceite escasea y "más con los precios que se avecinan" y de tomate frito y conservas de pescado quedan pocas reservas. De vez en cuando llegan tráileres regalo de empresas de la Comunidad, esta semana han recibido pasta y magdalenas, pero de "una manera más contenida", reconoce el presidente de la entidad zaragozana. La recepción de excedentes ha ido a menos porque las empresas en la situación actual "ajustan más sus producciones".

La inflación está causando estragos en las familias y también afecta a los bancos de alimentos de una forma perversa. Aunque las cadenas les venden los productos a precio almacén, este también se ha encarecido. "Hemos notado un incremento en los precios de la cesta de la compra de hasta un 25% en algunas cosas", explica Julia Lera, presidenta del Banco de Alimentos de Huesca.

Por ello, considera que lo "ideal" en esta gran recogida sería que "la mitad de lo que se recaude sea en productos imperecederos". Teme que la escalada de precios vaya a más y en unos meses el dinero les cunda menos. Y lo más interesante es que se compren aquellos que se pueden encarecer más, como aceite, salsa de tomate, conservas de pescado, leche de continuación para los bebés y pañales. Esther Martínez, administradora del Banco de Alimentos de Teruel, asegura que el ‘stock’ es "bastante menor" a estas alturas que otros años.

A pesar de esta situación, Alfaro asegura que por lo menos, hasta ahora, no han tenido que reducir el número de artículos con los que ayudan a las familias como ha ocurrido en otras grandes ciudades como Barcelona.

Las cuentas sí empiezan a flaquear. "Las grandes aportaciones económicas de la pandemia han desaparecido y aunque todavía estamos tirando de ese dinero está ya acabándose", asegura Alfaro. Lo que sí surgió y se mantiene, añade su homóloga de Huesca, son "los donativos de particulares que nos llegan vía bizum".

Marcada por la incertidumbre

Los responsables de los tres bancos de alimentos de la Comunidad coinciden en que esta gran recogida volverá a estar marcada por la incertidumbre, tras la de 2021 en la que la recaudación bajó un 40% y faltaron voluntarios. Por eso están echando el resto en la captación de colaboradores. En Zaragoza se necesitan 3.000, lo que supone multiplicar por mucho los 145 que habitualmente trabajan de forma desinteresada, en Huesca 800 y otros 200 en Teruel.

Hay grandes cadenas, como Mercadona y El Corte Inglés, que durante los días de la recogida solo admitirán las donaciones a través de los vales en las cajas. En otros supermercados se seguirá manteniendo el habitual formato de kilo a kilo. Si hay suficientes voluntarios se va a intentar que en estén presentes en la mayoría de establecimientos, independientemente del sistema, para informar y animar los clientes a tener un gesto altruista.

Las estanterías del Banco de Alimentos de Zaragoza están más vacías de lo habitual esperando lo que se recaude en la cercana gran recogida
Las estanterías del Banco de Alimentos de Zaragoza están más vacías de lo habitual esperando lo que se recaude en la cercana gran recogida
Rubén Losada

Tampoco hay una certeza sobre lo que va a ocurrir en 2023 con los Fondos Europeos de Ayuda a los Más Desfavorecidos (FEAD) que este año ya han limitado sus tres repartos anuales a dos. Se plantea ampliar la alimentación con otros productos como el aseo personal, material escolar o calzado, además de pasar la gestión a las autonomías o incluso implantar las tarjetas monedero.

Más de 32.000 personas en la Comunidad comen gracias a ellos

En Aragón más de 32.000 personas comen actualmente gracias a la ayuda que reciben de los tres bancos de alimentos. Desde el de Zaragoza a finales de agosto se atendía a 22.665 personas y se habían repartido 2.244.648 kilos de alimentos a través de 149 entidades sociales de la provincia. En Teruel se llega a 4.200 usuarios, un número que se ha estabilizado tras los momentos más duros de la pandemia, y en Huesca a unos 5.400.

Es en el banco altoaragonés donde más se ha dejado sentir el aumento de personas nuevas que necesitan de las entidades para llenar su nevera. "Hemos tenido fluctuaciones dependiendo de la llegada, por ejemplo, de refugiados ucranianos y de otros países que atienden comarcas y ayuntamientos - comenta su presidenta -. Y nos estamos encontrando con personas que trabajan y necesitan un refuerzo".

La Federación de Bancos de Alimentos de España calcula que la coyuntura económica actual va a originar un repunte de un 20% de las personas que necesitarán ayuda. Alfaro, presidente de la organización en Zaragoza y vicepresidente de la agrupación nacional, confía en este incremento sea algo menor en Aragón, ya que "después del País Vasco y Navarra somos la comunidad con menor tasa de pobreza". No obstante, en la entidad se reciben desde hace ya meses "un chorreo de llamadas, una media de cinco o seis a la semana" pidiendo que les echen una mano. Desde esta oenegé se las deriva a las entidades sociales con las que trabajan y que puedan tener más cerca. Si la situación va a peor en 2023, confía en que los bancos aragoneses puedan mantener su capacidad de respuesta. Dependerá, en buena parte, de la respuesta a la próxima gran recogida.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión