La DPZ afrontará en noviembre el pago de daños en los pueblos afectados por el fuego de Añón

La institución aprobará en pleno una modificación del presupuesto para arreglas las infraestructuras afectadas. 

Tierra quemada en el incendio de Añón del Moncayo.
Tierra quemada en el incendio de Añón del Moncayo.
Francisco Jiménez

La Diputación Provincial de Zaragoza tiene previsto aprobar en el próximo pleno de noviembre una modificación presupuestaria para hacer frente a los gastos «imprevistos» que han supuesto los daños causados por el incendio del Moncayo a las infraestructuras municipales. La institución provincial anunció que iba a aprobar las ayudas en septiembre pero, según fuentes de la misma explicaron que la valoración de los daños ha llevado más tiempo que el empleado en el incendio de Ateca, por ejemplo, porque hubo más cascos urbanos afectados.

«Hasta finales de octubre no se han tenido los informes definitivos de los técnicos», explicaron fuentes de la DPZ. «Es un tema puramente administrativo, no de fondos, pero está alargando los trámites», añadieron. Insistieron, no obstante, en que como manifestó el presidente, Juan Antonio Sánchez Quero, la diputación pagará el 100% de los daños de las infraestructuras municipales a las seis localidades afectadas (Alcalá de Moncayo, Ambel, Añón de Moncayo, Borja, El Buste y Vera de Moncayo) mediante sendas ayudas de concesión directa justificadas por el indudable interés provincial de las actuaciones.

Mientras, los ayuntamientos los municipios perjudicados siguen esperando las ayudas y la reforestación no ha comenzado, ya que el incendio todavía es muy reciente y no se ha terminado de evaluar los daños.

«Todavía no hemos recibido las subvenciones. Estamos quitando todo lo quemado y el pueblo ya está bastante limpio», detalla Luis Ángel Torrellas, alcalde de Alcalá de Moncayo. La comarca habilitó varios contenedores en los municipios calcinados para que fuera más fácil retirar lo quemado. «Nosotros contratamos técnicos, además de los que aportó la DPZ, que retiraban escombros de todo lo público», indica. No actuaron en los dominios privados, en los que los particulares ya han limpiado la mayoría de los desperfectos de sus espacios.

Según Miguel Ángel Ena, jefe de servicio de Planificación y Gestión Forestal de la DGA, se están centrando en la retirada de materiales cerca de espacios habitados como el entorno del Santuario de la Misericordia. Además, en Ateca, Borja y Nonaspe están a la espera de cerrar la adjudicación a empresas para la retirada de madera quemada, algo que determinará cuánto dinero tiene que poner la DGA en labores de restauración.

«Hay que regenerar el monte público, que es muy costoso, por lo que se necesitan ayudas económicas», añade. En Alcalá, además, todavía persistían problemas de internet un mes después de la extinción del fuego, por lo que el Ayuntamiento se vio obligado a cambiar de compañía a Embou para solucionar el inconveniente.

El alcalde de Añón del Moncayo, José María Vijuesca, explica que, por el momento, no se ha hecho «nada» y está previsto limpiar las acequias. Reconoce que la DPZ ha llevado máquinas y ha ayudado al Consistorio a arreglar algunos caminos. «El Gobierno de Aragón se ha limitado a decir que el que tenga seguro que lo utilice», dice, en relación a la extensión del decreto de ayudas a agricultores y ganaderos.

Vijuesca critica también que «son unas subvenciones en las que la agricultura doméstica no puede entrar porque las condiciones son leoninas y no las cumple el 80% de la población». «La gente está muy decepcionada con estas ayudas», añade.

Ángel Bonel, alcalde de Vera, asevera que el municipio «sigue igual que cuando se quemó». «Se dañaron bastantes instalaciones municipales. Estamos esperando al compromiso de Sánchez Quero -presidente de la institución-, que nos dijo que todas las iba a recuperar», expresa Bonel.

Bayona apuesta por un trabajo forestal los 365 días del año

Por otro lado, el director general de Medio Natural y Gestión Forestal y responsable de Gestión Ambiental de Podemos Aragón, Diego Bayona, dejó clara ayer la necesidad de tener un operativo activo los 365 días del año en Aragón. «La labor de los bomberos forestales no termina tras la época de alta activación, por lo tanto, su contrato tampoco debería hacerlo», dijo en referencia a las tareas de restauración que están llevando a cabo algunas de las cuadrillas forestales en las zonas incendiadas este verano (Nonaspe, Ateca y Añón del Moncayo en Zaragoza y Castejón de Tornos, en Teruel).

Las tareas son clave porque de ellas depende la recuperación de la biodiversidad. De momento, se está retirando la madera quemada, en el caso de Nonaspe y Borja. En el caso de Ateca, además, se están haciendo trabajos de recepe de encinas, es decir, están quitando la parte quemada para que crezcan nuevos brotes sanos y se están usando nuevas técnicas para la restauración como extender paja en el suelo para protegerlo ante la erosión de las lluvias del invierno y la colocación de “barreras antierosión". 

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