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Preguntas de los pediatras en la revisión de los 10 años: ¿bebes?, ¿fumas?, ¿tienes redes sociales?

Uno de cada cuatro menores de 13 años consume contenidos pornográficos y el primer contacto con ellos se produce ya a los 8 años.

Imagen de archivo de jóvenes usando móviles.
Imagen de archivo de jóvenes usando móviles.
Luis Gimeno

“Cuando la pediatra le preguntó a mi hijo de 10 años si bebía, fumaba o tomaba drogas, me quedé helada. Es muy fuerte”, confiesa Marta Gimeno. Esta zaragozana acompañó a su hijo a la revisión pediátrica que pasan todos los niños a esa edad pero no se esperaba el contenido de algunas de las preguntas. 

“En general fueron preguntas normales, pero algunas sí que me llamaron la atención. Sobre todo el que se preguntara ese tipo de cuestiones a un niño tan pequeño”, explica Gimeno. “La pediatra me dijo que lo preguntaba a los 10 años porque a los 12 ya veía de todo, incluidos problemas con el juego”, relata esta madre zaragozana.

Los pediatras aragoneses siguen una guía para los profesionales del Gobierno de Aragón, que les sirve de referencia para hacerles las preguntas a los niños en las revisiones, pero “no es exacta. Es solo una guía”, explican desde el servicio de Salud de la DGA. 

“A los 10 años se suele preguntar por el consumo de pantallas y el ejercicio físico, porque el objetivo es promocionar un estilo de vida saludable. A los 14 sí que se les pregunta sobre consumo de sustancias, principalmente de alcohol”, afirman desde el Salud.

Sin embargo, hay pediatras que deciden adelantar estas preguntas por diferentes razones. "Les preguntamos sobre el consumo de tabaco y alcohol a partir de los 12 años porque nos encontramos con menores que se inician a los 12 o 13 años", explica Elena Javierre, pediatra y presidenta de la asociación aragonesa de pediatría de Atención Primaria

Javierre ve con buenos ojos que se puedan añadir otras preguntas en las revisiones si el pediatra considera que "hay una situación familiar de riesgo o un entorno no saludable", insiste Javierre.

Pornografía desde los 8 años

No solo eso. Al alcohol, las drogas, el tabaco y el juego se suma otra variable que también preocupa a los pediatras: la pornografía.

“En la revisión de los 10 años les preguntamos si tienen móvil, acceso a Internet y redes sociales. Si es así, intentamos prevenirles sobre el mal uso del teléfono y sus peligros, como el acceso a contenido pornográfico", dice María Isabel Lostal, pediatra del centro de salud Actur Oeste y miembro de la junta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil. 

“Lo hacemos porque sabemos que los niños que tienen un móvil con datos a esa edad acceden a contenido para adultos. No es que lo busquen, es que les llega", afirma Lostal. 

La edad media de acceso a la pornografía es de 8 años según la Agencia Española de Protección de Datos. Además, uno de cada cuatro menores de 13 años consume contenidos pornográficos en España y el primer contacto con el porno se sitúa en los 8 años según un estudio realizado por la Universitat de Illes Baleares y por la Red Jóvenes e Inclusión Social en 2019.

Son datos que pueden parecer sorprendentes pero que “son una realidad”. “Empiezan a consumir pornografía en 5º de Primaria o incluso antes, cuando tienen su primer teléfono móvil que es el regalo estrella en la Primera Comunión”, confirma Olga Lázaro, psicopedagoga.

 “Muchos de estos niños todavía creen en los Reyes Magos y al mismo tiempo ven porno a través de sus móviles”, continúa Lázaro. “Hay un desfase entre lo emocional y sus acciones, ya que, madurativamente, no están preparados”, explica la psicopedagoga. 

“Los padres lo niegan al principio. En la mayoría de casos ni siguiera han tenido con ellos conversaciones sobre sexo, por lo que existe una falta de información y de comunicación en las familias”, constata la experta.

El móvil como culpable

Para esta psicopedagoga el culpable tiene un nombre: “El acceso a los móviles a edades demasiado tempranas”. Estos niños tienen también “muchas dificultades sociales para mantener relaciones con sus iguales y tienden a distorsionar la realidad”, explica Lázaro. 

La consecuencia es que “separan el afecto, el respeto y el cariño de las relaciones afectivas y no asocian el sexo con otras emociones complementarias y previas”, asevera la psicopedagoga. 

Para ella la solución también es clara: “Los niños no deben tener móvil en la Educación Primaria”. “Hasta 2º de la ESO no sería adecuado que lo tuvieran, pero si es necesario, puede hacerse en el tránsito entre la primaria y la secundaria, que también supone para los niños un cambio físico y emocional”, continúa Lázaro. Eso sí. “los padres tienen que mantener un supercontrol de lo que ven y hacen sus hijos con el teléfono”, concluye esta experta.

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