aragón

Talleres Santiago Pasamar, 50 años de historia y tres generaciones arreglando vehículos en Borja

Santiago es el nieto del fundador y, actualmente, es jefe de taller, con cuatro mecánicos a su cargo. Hace unos años se trasladaron a una nave a pie de carretera por el aumento de la demanda.

Santiago Pasamar es la tercera general al frente de este taller de Borja cuyo origen está 50 años atrás
Santiago Pasamar es la tercera general al frente de este taller de Borja cuyo origen está 50 años atrás
H. A.

Santiago Pasamar fue el fundador del taller del mismo nombre que hoy regenta su nieto, que también es Santiago. Esta familia de Borja empezó en este mundo en 1974, cuando el abuelo paterno se especializó en la limpieza de vehículos, los cambios de aceite y el engrasado. 

Eran los servicios que más se demandaban en aquella época y, al tiempo, su hijo, el segundo Santiago, se incorporó al negocio familiar. Ahora, la tercera generación de los Santiago Pasamar está al frente de todo, en una nave más grande a pie de carretera a la que se decidió trasladar el taller ante el volumen de clientes que tenían.

De esto hace cuatro años, cuando Santiago hizo una gran inversión para comprar un terreno de 9.000 metros en la que se levantó la nave de 1.500 donde está el taller. Se sitúa en una ubicación muy buena, puesto que está a la entrada de Borja, enfrente de la gasolinera. Esto es una ventaja: primero, por el espacio del que se dispone, y también porque les da visibilidad. Aunque de esto último, por suerte, en Talleres Santiago Pasamar no están muy necesitados. "Ahora la gente no compra coches y repara absolutamente todo, hasta las cosas que les dices que no lo hagan", asegura Santiago, que no sabría decir cuántas horas al día trabaja pero reconoce que nunca se va a casa antes de las diez de la noche.

"Ahora la gente no compra coches y repara absolutamente todo, hasta las cosas que les dices que no lo hagan"

Además, como suele ocurrir en los pueblos, los horarios de atención al público son relativos. Oficialmente, el taller está abierto de lunes a viernes, mañana y tarde, y los sábados solo por la mañana. Pero no es de extrañar que algún cliente llame por teléfono o incluso a casa un domingo o a cualquier hora. Pero sarna con gusto no pica y Santiago no puede quejarse de tanto volumen de trabajo, sino lo contrario. De hecho, ni siquiera durante la pandemia se vio obligado a despedir a ninguno de sus empleados. 

Son cuatro mecánicos y dos personas en la oficina y, por suerte, el taller mantuvo un buen ritmo de trabajo y todos continuaron con normalidad. Al estar en zona rural hay mucha agricultura y ganadería, por lo que bastante gente siguió trabajando. Aunque se pasó mal porque no se facturaba lo mismo, no cerramos ni un solo día y pudimos trabajar bien", recuerda Santiago.

Lo que sí truncó la pandemia fue el plan que Pasamar tenía de abrir una nueva vía de negocio dedicada a la limpieza de vehículos. "Prestábamos este servicio de toda la vida pero, antes de la covid, queríamos montar un centro de lavado. Con lo que pasó, tuvimos que esperar un poco antes de invertir pero ahora se va a retomar el proyecto", explica. 

A sus 38 años, Santiago lleva prácticamente toda su vida laboral trabajando en el taller familiar de Borja. Tras estudiar mecánica, trabajó brevemente en un taller de Zaragoza y, al poco, volvió al pueblo para ayudar a su padre con un negocio que no paraba de crecer. Buena parte de sus clientes son de Borja y comarca pero también los hay quienes llevan su coche hasta allí desde pueblos de comarcas vecinas, como Gallur o Ejea de los Caballeros, y también de la capital aragonesa.

El reto ahora, estar actualizados con los eléctricos

Desde que el abuelo Santiago abriera su taller hace 50 años los tiempos han cambiado mucho y ahora el reto está en no quedarse obsoleto con los nuevos tipos de vehículos. "Los eléctricos e híbridos son el futuro y son vehículos modernos que tienen tanta tecnología que hay que estar al día de todo. A nivel de maquinaria, tenemos que tener varios ordenadores de diagnosis y, por otro lado, estar siempre haciendo cursos, tanto los empleados como yo", asegura. 

Y eso que él ya casi nunca se dedica a hacer reparaciones, muy a su pesar. "Lo que más hago es atender a los clientes pero el día que me toca mancharme las manos de verdad casi lo agradezco. Cuando trabajo a puerta cerrada es cuando más disfruto", asegura. Y es que para Santiago los coches no son solo un trabajo, sino también una pasión. De hecho, tiene varios vehículos clásicos y de rallies que, con su actual carga de trabajo, no tiene ni tiempo para tocarlos. "Durante la semana voy muy liado y llega el fin de semana y no tengo ganas", reconoce.

"Los eléctricos e híbridos son el futuro y son vehículos modernos que tienen tanta tecnología que hay que estar al día de todo"

Cuando se le habla de posible relevo generacional Santiago asegura que es algo que todavía no le preocupa lo más mínimo porque lo ve muy lejano. "Me quedan muchos años de trabajo por delante", asegura. Muchos años para seguir adelante con las luces y sombras de tener un negocio propio. "La teoría es muy bonita pero en la práctica estás todo el día con el teléfono, sábados y domingos incluidos. Es algo muy exigente y más en los pueblos, ya que tienes confianza con la gente e incluso amistades entre los clientes", reflexiona. 

Mientras tanto, en el Taller Santiago Pasamar siguen haciendo malabares para no repercutir demasiado en el cliente la subida de precios que han experimentado en todo, desde recambios hasta la factura de la luz. Como dice Santiago, "echando todas las horas del mundo" para prestar servicio a una clientela que va en aumento y que, al igual que este negocio, ha ido pasando de generación en generación. Porque lo de llevar el coche a un taller u otro es como ir a la peluquería, una cuestión de confianza.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión