Decreto de ahorro energético

El ocio nocturno de Aragón se resiente por las "altas temperaturas" del aire acondicionado

Algunos negocios creen que es "difícil" llevar a cabo el decreto de ahorro energético.

Imagen de archivo del ambiente en uno de los bares del Casco Antiguo de Zaragoza.
Imagen de archivo del ambiente en uno de los bares del Casco Antiguo de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Los sectores aragoneses aceptaron con resignación las medidas del decreto de ahorro energético. El de la hostelería, en un verano marcado por las altas temperaturas durante un tiempo prolongado, acató el cambio en la temperatura del aire acondicionado a pesar de lo "incómodo" que puede resultar comer con calor. No obstante, algunos negocios de ocio nocturno aseguran tener "menos ingresos" por culpa de no poder enfriar el local cuando se producen aglomeraciones de clientes.

"La gente se queja por las altas temperaturas del aire acondicionado. Les dices que no podemos bajarla y por ahora parece que la clientela está aguantando", detalla Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza. No cree que los clientes se vayan antes a pesar del calor que se puede acumular en los locales, aunque reconoce que "si vienes de la calle, donde hay poco más de 20 grados, y entras a un local que está a 27 o más, es incómodo".

Miguel Ángel Salinas, gerente del Grupo Canterbury, asegura que es "muy difícil" llevar a cabo las medidas del decreto de ahorro energético. En su caso, debe aclimatar los locales antes de abrirlos para que alcancen una temperatura agradable, antes de que empiece a acumularse la gente. "Pongo el termostato a 19 grados hasta que abrimos. A la 1.00 tengo el establecimiento lleno de clientes y ya empieza a hacer calor otra vez", explica.

Salinas opina que "es una norma que para centros comerciales o instituciones públicas es fácil de implementar, pero no para locales que tienen aforo y se llenan de gente en seguida, que encima tienen que estar pegados y bailando". Además, debido a las altas temperaturas que se generan en el ambiente, los clientes sudan y se crea "un olor fuerte", que se extiende por la sala y puede llegar a ser "insoportable". "El decreto puede favorecer a que pagues menos luz, pero por el contrario ves los ingresos reducidos", sentencia. Lo mismo opina David Puertas, dueño de La Taberna del Spit de Zaragoza, quien asevera que "si no climatizas un local y entran 40 personas de golpe, hace un calor horrible".

Algunos bares de Huesca siguen de resaca tras San Lorenzo. "Durante las fiestas no encendimos el aire acondicionado porque estaba todo abierto y había tanta gente que no habría hecho efecto", dice Carlos Bordonaba, que regenta El Palmar, La Cantina y Casa Juan. No obstante, este fin de semana vuelve a abrir los locales y teme que va a hacer "mucho calor". "Esto es como un gimnasio, la gente viene a quedarse un rato, no 10 minutos, y se producen aglomeraciones", expresa Bordonaba. Si colocan el termostato a los 25 grados que pide el decreto, el establecimiento puede llegar a una temperatura ambiente "de casi 40 grados" cuando está lleno. Por ello, el propietario de los tres bares situados en la plaza Lizana ha adaptado las extracciones para evitar la humedad que se produce.

Flexibilidad en los bares

La Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, precisó a principios de mes que bares y restaurantes pueden limitar el uso del aire acondicionado al "entorno de los 25 grados", frente a los 27 que contempla el decreto de medidas de ahorro y eficiencia energética del Gobierno.

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