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agricultura y ganadería

El pacto entre Ucrania y Rusia para exportar cereal ayudará a garantizar el suministro a Aragón

Las organizaciones agrarias lo ven «beneficioso» siempre que sirva para estabilizar el mercado y no para bajar precios

Un agricultor, José Yagüe, en Villastar muestra el impacto del calor en el cultivo de cereal.
J. E.

Todo lo que sea recuperar la normalidad en el suministro de cereal desde Ucrania, considerado el granero de Europa, es «positivo» para España Y Aragón, aseguró José María Alcubierre, secretario general de UAGA. «Frente a la psicosis de desabastecimiento, que al final no fue tal, que hubo al inicio de la invasión rusa de Ucrania, y que provocó un fuerte incremento de precios» la salida de grano ucraniano puede suponer ahora cierta estabilidad en los mercados. Eso sí, precisó, «siempre que no se especule y que la llegada de este cereal no suponga bajar los precios, algo que pondría en riesgo la estructura productiva del cereal en Aragón». Igual que «UAGA dijo en su día que no se podía especular con la alimentación –con un alza no racional de precios– vuelve a pedir que no se especule y que el Gobierno y la UE introduzcan elementos correctores de mercado».

José Manuel Roche, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), coincidió en lo «beneficioso» del acuerdo entre los dos países por la importancia que el maíz ucraniano (del que España importa el 30%) y la torta de girasol (de la que se importa el 60%) tiene. «El impacto es brutal. Somos deficitarios y llegó un momento en que se pensó que no iba a haber pienso para animales. Se subsanó con la apertura al maíz argentino».

La salida del grano de Ucrania, antes de la guerra, siempre se hacía por Odesa, a orillas del Mar Negro, pero al tener ahora Rusia controlado ese puerto, se barajaba sacar el grano por un corredor por Polonia (a través del mar Báltico) o hacerlo por Turquía y dadas las mejores relaciones de Rusia con este país, se ha decidido que el corredor alimentario se abra por ahí, comentó Roche que, en calidad de representante de las organizaciones agrarias estuvo en la reunión del Comité Económico y Social Europeo el pasado 19 de julio en Cracovia. «Es beneficioso», repitió, «que salgan de Ucrania los 25 o 30 millones de toneladas de cereal acumuladas de la campaña anterior. No tenían ya capacidad de almacenamiento y así llega a terceros países y se evitan distorsiones en los mercados», afirmó.

Que no se especule en precios

Roche recordó que la producción anual de cereal de Ucrania es de 86 millones de toneladas, repartidas en 42 millones de toneladas de maíz, 32 de trigo y 9 de semilla de girasol. «De cada 100 toneladas de maíz que llegan a España, 30 son de Ucrania y aunque hubo que abrirse al mercado argentino, el objetivo siempre fue recuperar el ucraniano», máxime, explicó el máximo responsable de UPA, cuando este año se estima una pérdida de la cosecha del cereal en Aragón superior al 30% por la ola de calor en mayo. «Con la llegada de cereal ucraniano aseguraríamos los suministros de piensos a precios razonables siempre que se consiga frenar la especulación».

Fernando Luna, presidente de Asaja Huesca, aplaudió también la vuelta a la normalidad que supone volver a importar grano ucraniano «ya que ha no se ha controlado la trazabilidad del cereal brasileño, americano, argentino y canadiense que ha estado entrando por el puerto de Tarragona y que tenemos prohibido cultivar en Europa». Si bien, advirtió, tardará en hacerse realidad: «No es cuestión de días que se materialicen este tipo de acuerdos», apostilló.

Jorge Valero, presidente de Araga, valoró «este acuerdo entre los dos países enfrentados, que permite garantizar el suministro de cereal y que se reduzcan los problemas de piensos para la cabaña ganadera y alimentación para las personasn». No obstante, avisó de que «hasta que no veamos el grano saliendo en los barcos de Ucrania, no estaremos seguros del alcance del acuerdo». «A ver cómo lo asume el mercado», señaló, a la vez que mostró su deseo de que «las lonjas no aprovechen la mayor disponibilidad de grano en el mercado para bajar los precios». Para Valero, la UE debería cambiar sus políticas y en lugar de seguir promoviendo el abandono de tierras y las bajas producciones, favorecer los cultivos por si al final no llega de fuera y apoyar la soberanía alimentaria.

«Después de lo que ha pasado con la guerra en Ucrania todo lo que sean acuerdos es del agrado de todos, añadió José Víctor Nogués, de FACA (Federación Aragonesa de Cooperativas Agrarias), de cara a que el mercado se regularice.

El consejero de Agricultura, Joaquín Olona, consideró «positivo para todos» el acuerdo y deseó que «resulte eficaz especialmente para conjurar la amenaza de hambruna en los paises menos desarrollados a consecuencia de la escasez y encarecimiento excesivo de los cereales».