El calor perjudica seriamente (y cada vez más) a la salud: así se mide su impacto en Aragón

Los informes de Salud Pública muestran “una clara relación” entre las olas de calor y el incremento de fallecimientos y atenciones en urgencias.

OLA DE CALOR ( ZARAGOZA ) / ALTAS TEMPERATURAS / 16/07/2022 / FOTO : OLIVER DUCH[[[FOTOGRAFOS]]]
Imagen de la ola de calor de estos días en Zaragoza
Oliver Duch

De un tiempo a esta parte, el calor ha pasado a ser un elemento de preocupación. De hecho, antes de la llegada de la covid era uno de los factores perjudiciales más emergentes contra la salud de los aragoneses. Unas jornadas de verano cada vez más cálidas durante cada vez más días han venido provocando -de forma más o menos directa- un incremento de las atenciones en urgencias, de los servicios del 061 y, también, un aumento de la mortalidad esperable en condiciones normales.

Por ello, desde hace casi dos décadas se hace un trabajo de vigilancia de los efectos de las temperaturas extremas sobre la salud de los aragoneses. Y la conclusión es clara: “Los episodios de calor extremo y mantenido en el tiempo tienen impacto en la mortalidad, y eso es algo que tiene que preocuparnos a todos”, apuntan desde el Servicio de Vigilancia en Salud Pública del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, encargados de hacer este seguimiento.

Según cuentan sus responsables, las alarmas se encendieron tras la ola de calor de 2003, que causó miles de muertos en toda Europa. En Aragón, poco después se comenzó a hacer un seguimiento más detallado del impacto de las altas temperaturas en la salud de la población, en base a la repercusión que tienen en las atenciones por estos motivos en Urgencias, en los servicios del 061 y en el aumento de la mortalidad. Casi tres décadas después, los informes anuales del Servicio de Vigilancia muestran que claramente se ha ido a peor.

El aumento de las temperaturas ha tenido sus repercusiones en este tiempo. Solo entre 2004 y 2019, en Zaragoza capital subieron 1,5 grados, un aumento similar al de Huesca y al de Teruel. Puede parecer poco, pero es “muchísimo”, como comentan desde este servicio. Especialmente, porque este aumento global no se distribuye uniformemente durante todo el año, sino que  se concentran en verano, cuando llegan las temperaturas extremas. “Esto es algo que preocupa y que tenemos que pensar todos como sociedad. Nos tenemos que preparar para cambios porque esto tiene repercusiones de todo tipo”, advierten desde este servicio de Salud Pública.

En el caso de la salud de las personas, la experiencia acumulada ha permitido establecer unas ‘temperaturas umbrales’ a partir de las cuales se puede disparar la mortalidad, que son 36 grados de máxima y 20 de mínima en Zaragoza, 34 y 20 grados en Huesca -respectivamente- y 36 y 17 en Teruel. Unos valores que han sido ampliamente superados durante las olas de calor de este verano, lo que ha provocado un aumento de las atenciones en urgencias por calor y de las muertes, a la espera de que el paso del tiempo confirme oficialmente los datos exactos.

Los informes analizan cómo aumentan durante el verano las atenciones en urgencias. Este dato ha estado influenciado en los dos últimos años por la pandemia, aunque también se ha podido disgregar que en 2021, por ejemplo, hubo 87 atenciones en urgencias hospitalarias por patologías relacionadas con las altas temperaturas. En 2019, último año sin covid, dos fuertes episodios de calor hicieron que esta cifra se dispara hasta las 159. Ese año, hubo una jornada (el 29 de junio) en la que en los hospitales de las tres capitales se atendieron a 26 personas por este motivo. Fue el día en el que se batió el récord histórico de temperatura máxima en Zaragoza, con 43,2 grados. Esa semana de 2019 en Zaragoza hubo 192 fallecimientos, casi 40 más de los esperables en condiciones normales.

No se puede afirman cuántas de estas muertes son achacables al calor, pero la relación es evidente. “Los dos indicadores que usamos -las atenciones en urgencias y los fallecimientos- son grandes, poco susceptibles de moverse en el largo plazo. La gente se muere a un ritmo determinado, y a no ser que pase algo extraordinario, los datos tienen un comportamiento estable. Con las urgencias pasa lo mismo”, comentan desde el Servicio de Vigilancia de Salud Pública, desde donde concluyen que “hay una relación clara, fácil de ver, entre el aumento de las temperaturas y el incremento del número de fallecidos”.

En este contexto, los responsables de este servicio creen que “es importante que todos seamos conscientes de que esto es algo que nos afecta”. Y que, además, toca especialmente a los más vulnerables, como suele suceder con muchos factores de riesgo para la salud. Los pisos pequeños en los que viven muchas personas, los que tienen mala ventilación o falta de aire acondicionado, las personas solas, mayores o enfermas… “Hay que hacer un esfuerzo para llegar a la persona final a la que más le puede afectar esta realidad”, comentan las citadas fuentes.

Según comentan, el “cambio ambiental” que incluye esta subida de las temperaturas está “delante de nuestras narices” y se está produciendo de forma “rapidísima”: “Salvo en el caso de guerras o de pandemias, estos cambios les cuesta décadas o siglos, pero en este caso todo está pasando muy rápido”, concluyen.

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