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Las cooperativas de Aragón reivindican más servicios en el medio rural para sujetar el empleo

La conmemoración del Día Internacional de estas entidades de economía social ha servido para poner en valor su trabajo.

Foto de familia de los participantes en la presentación del Plan Aragonés de Impulso a la Economía Social, presidida por la consejera Marta Gastón
Foto de familia de los participantes en la presentación del Plan Aragonés de Impulso a la Economía Social, presidida por la consejera Marta Gastón
DGA

Con el lema ‘las cooperativas construyen un mundo mejor’, la Cátedra de Economía Social de la Universidad de Zaragoza quiso ayer rendir un pequeño homenaje al trabajo que desde hace años vienen realizando en Aragón un total de 787 cooperativas, que dan empleo a más de 6.000 personas y que generan un valor añadido bruto (VAB) de 80 millones. "Somos claves para la supervivencia de los territorios", señaló Araceli Sierra, vicepresidenta de la sociedad cooperativa Cereales Teruel, constituida en 1989, que facturó el pasado año 80 millones, pero que por la pérdida de cosecha este año se quedará en unos 45 aproximadamente.

"Nadie va a ir a los pueblos si le cuesta dos horas hacer una distancia de 60 kilómetros. Si no hay servicios, por mucho que quieras hacer, la gente no se va a quedar. Necesitamos que la Administración que ponga servicios", reclamó Sierra, que demandó también planes de formación que permitan el relevo generacional. "Por mucho que quieras incorporar a gente, no encontramos. Hay que darles opciones reales de quedarse porque van a disponer de unos servicios y ciertas condiciones de vida", añadió, orgullosa de contar con 2.500 socios en la zona cerealista del alto Teruel, pero preocupada por la falta de soluciones para esa España vaciada en la que el principal problema es que no hay relevo.

"Nacimos por necesidad. Somos muy territoriales y como en toda cooperativa la toma de decisiones es democrática y de acuerdo a unos valores, pero, aunque regulado de otra forma, no dejamos de ser un tipo de empresa que ha de ser viable y rentable". Ya que les toca hacer "inversiones en sitios donde nadie las haría", reivindicó más apoyo desde la Administración.

"Tendría que haber una reserva de cuota de mercado en las contrataciones públicas para las cooperativas", señaló por su parte Teresa Soro, gerente de la Fundación Picarral durante más de dos décadas y una de las artífices de su creación y consolidación. "Sería bueno crear un sistema mixto que transfiriese el conocimiento de los investigadores de la Universidad de Zaragoza a las cooperativas de emprendedores", planteó esta veterana de la economía social en el día internacional de las cooperativas.

Carmina Marcuello, directora de la Cátedra de Economía Social recordó que ya hay alguna iniciativa en este sentido como la cooperativa Bivo, ubicada en la ermita de Santa Bárbara de Aguaviva (Teruel), integrada en Zoocánica, y que se dedica a investigar tejidos orgánicos, bioestructuras y biomateriales.

Anae Gil Dolz, de Zámpate Zaragoza, pidió que ese momento que, dicen, vive la economía social se concrete en más ayudas. "Con esta cooperativa, que creamos hace dos años 5 socios, integrada en Coopcycle, hemos demostrado que se puede hacer del reparto de comida a domicilio un trabajo digno", destacó.

"Tienen que dotar de más recursos la innovación en economía social", corroboró Ángela Millán, de la cooperativa Tararaina (telaraña en aragonés), que nació en junio de 2021 con el objetivo de apoyar proyectos de emprendimiento en los pueblos que ayuden a mantenerlos vivos.

Impulsar el cooperativismo es determinante para el medio rural, reconoció Ana Blanch, directora de Negocio de Banco y Seguros del grupo financiero Crédit Mutuel en España. "He vuelto al sector cooperativo desde el área financiera. Hace 30 años ya trabajé en la creación de la Asociación de cooperativas aragonesas y en la fundación de la confederación española de Cooperativas de Trabajo Asociado.

A la necesidad de hacer del emprendimiento una disciplina transversal, no ya en la FP o en la Universidad sino mucho antes, se refirió Paloma Bel, directora de la Escuela de Estudios Cooperativos de Madrid, que apostó por "formar a los prescriptores y crear una red de investigadores potentes que hagan crecer el cooperativismo", tan necesario para vertebrar el territorio. "Detrás de las cooperativas de emprendedores –figura recogida en la ley de empresas emergentes del 27 de diciembre de 2021– ha de estar la Universidad", advirtió.Del plan de expansión de la economía social, presentado recientemente por la consejera Marta Gastón, habló Magdalena Sancho, como «una oportunidad para corregir los desequilibrios del mercado de trabajo".

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