El tercer curso covid termina en Aragón con los centros educativos a las puertas de la normalidad

Docentes, familias y la Administración coinciden en que se ha tratado de un año "difícil", especialmente, tras la Navidad.

Los escolares y profesores de Aragón terminaron este miércoles el tercer curso covid con la esperanza de recuperar la normalidad. Tras dos trimestres "difíciles", debido a la incidencia de la pandemia, la primavera trajo consigo el fin de las mascarillas y, con él, la recuperación de la sociabilización en las aulas. Medidas que las familias celebraron y que los docentes confían que se mantengan para el próximo curso, que se prevé que esté marcado por la implantación de la nueva ley educativa, la Lomloe.

"Ha sido un curso complicado, que se empezó con tensión por la covid y con pocos recursos humanos y materiales", recordó Pilar García, Asociación de Directores y Directoras de Institutos de Educación Secundaria en Aragón (Adiaragón), quien insistió en que para abordar toda la parte emocional, "muy afectada por la pandemia", es necesario que los departamentos de orientación estén "mejor dotados". "Han sido años muy difíciles y los profesores estamos exhaustos", apuntó.

Ricardo Civera, presidente de la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón (Aedipa), también resaltó las "dificultades" vividas, aunque recalcó lo significativo de acabar las clases restableciendo casi la normalidad. Se han recuperado las excursiones, los trabajos en grupo, las visitas de personas ajenas al centro y se ha hecho "con mucha emoción y alegría". "Hemos vuelto a hacer las cosas que nos caracterizan. La escuela no es solo un lugar donde aprender matemáticas", enfatizó García.

Y la esperanza, según adelantó el Consejero de Educación, Felipe Faci, es que se mantenga para septiembre. Se mostró, no obstante, sorprendido de que se pudiera acabar el curso sin mascarillas, especialmente, después de la Navidad, cuando se produjo una nueva ola de contagios. "Superar esta pandemia y haber eliminado las restricciones supone un motivo de satisfacción y de mirada al futuro", incidió, al tiempo que señaló que las restricciones motivadas por la covid no han tenido un efecto negativo en los resultados académicos de los aragoneses.

Quedan en vigor, recordaron desde los centros educativos, los planes de contingencia activados por la covid. "Es necesario adecuarlos, porque nosotros, por ejemplo, todavía tenemos las entradas diferenciadas", explicó José Luis Sampériz, presidente de Escuelas Católicas de Aragón. En este sentido, la presidenta de la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fecaparagón), Concepción Ibáñez, recordó que la presencia de las familias todavía está limitada en los centros, algo que cree que debería cambiar de cara al próximo curso.

Los retos de septiembre

Un curso que, confían, ya no esté marcado por la pandemia. En su lugar, todos los esfuerzos se centrarán en la implantación de la Lomloe, cuyos currículos todavía no están aprobados. "Estamos planificando el próximo curso según van saliendo", reconoció Sampériz, quien valoró positivamente el año académico que acaba de terminar. En septiembre, la Lomloe entrará en vigor en los cursos impares, mientras que en 2023 lo hará en los pares. Las familias valoran positivamente el carácter competencial, aunque consideran que hay aspectos que mejorar.

Faci recordó que se ha trabajado para tener los currículos a tiempo. Y recordó que se va a seguir trabajando en innovación educativa para que Aragón siga estando "entre los primeros puestos". Además, pronto se aprobará la Ley de Participación Educativa, "que da más autonomía a los centros". Un avance que fue celebrado por Miguel Ángel Sanz, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos Aragón (Fapar), quien destacó la necesidad de que se consolide el banco de libros y que se retome el programa de cocinas propias. Confió, además, en que se presente el nuevo plan de infraestructuras, "con especial atención de los edificios más antiguos". García también espera que, aparte de construir nuevos colegios, se renueven aquellos más antiguos.

Y desde las centrales sindicales se reclama desde hace años la negociación de la reducción de horario lectivo. Faci recordó que es un "tema pendiente" que tiene previsto abordar, aunque todavía no ha definido cuándo se comenzará a trabajar en ello. 

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