Aragón

Aragón

Los altos costes y la guerra de Ucrania impulsan el cultivo de girasol en Aragón

La superficie declarada para siembra este año aumenta un 85%, pero solo se utiliza un 1% del barbecho.

Campo de girasol en una explotación de la provincia oscense.
J. B.

Todavía no ha comenzado la siembra del girasol de segunda cosecha en Aragón. Se realizará una vez que se recoja el cereal de invierno porque esa es la superficie que suelen dedicar los agricultores para esta oleaginosa que, aunque tuvo tiempos de esplendor, ha ido perdiendo terreno. Hasta ahora, porque los elevados precios a los que cotiza, impulsados por la guerra en Ucrania -el principal productor-, pero también por los altos costes de producción (semillas, abonos, agua y energía) están provocando el avance de este cultivo, especialmente en tierras de regadío.

Así lo dicen al menos las declaraciones de la PAC presentadas para esta campaña, que muestran cambios significativos en las superficies dedicadas este complicado año a los distintos cultivos objeto de ayuda comunitaria. Según los datos de la consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, los agricultores aragoneses han declarado su intención de sembrar esta campaña un total de 26.174 hectáreas, lo que supone un incremento del 85% frente a las 14.115 de la pasada campaña.

Loading...

El avance de esta oleaginosa en las tierras de regadío es "espectacular". Los agricultores han declarado su intención de siembra para un total de 14.487 hectáreas, una superficie que triplica la del pasado año. También hay incremento en el secano, aunque de manera menos significativa, ya que se han declarado 11.688 hectáreas, algo más de un 20% más que en la anterior campaña.

También se incrementa la superficie de colza, que aumenta un 64% respecto a la campaña anterior, al pasar de las 5.017 hectáreas sembradas en 2021 a las 8.206 declaradas en la PAC de 2022. Y aunque es mucho menos significativo destaca también el aumento de la superficie dedicada al trigo blando -con el que se produce la harina para elaborar pan y repostería-, que alcanza este año las 193.767 hectáreas, casi 3.000 más que hace un año, gracias a las 4.700 más que ocupa en las tierras de secano, porque el regadío pierde superficie, un total de 1.893 hectáreas.

El cereal que acusa este avance es el maíz, cuya superficie declarada ha retrocedido un 3% hasta quedarse en 91.012 hectáreas, unas 3.000 menos que en 2021.

No hay una única causa que explique estos datos. El director general de Producción Agraria, José María Salamero, insiste en que es complicado llegar a conclusiones concretas, pero reconoce que el complicado momento que está viviendo el sector está en el fondo de las decisiones mostradas por los agricultores en sus declaraciones PAC.

"Puede ser por la guerra de Ucrania, pero hay otros factores, seguro, entre ellos el coste de las semillas, del agua, de la energía y de los fitosanitarios, incluso también la incertidumbre sobre la disponibilidad de recursos para el riego", señala Salamero, que destaca además que una hectárea de maíz requiere una inversión mucho mayor que la que supone cultivarla de girasol.

Excepcionalidad de Bruselas

Lo que no parece haber despertado demasiado interés es la decisión de Bruselas que, dado que la invasión de Rusia en Ucrania ha cerrado las puertas del granero de Europa, permite cultivar maíz y girasol en los hasta ahora obligados barbechos.

Los datos del Gobierno de Aragón demuestran, sin embargo, que solo se ha utilizado la marca ‘Ucrania’ -con la que se declara acogerse a dicha excepcionalidad- para la siembra de 4.226 hectáreas, una cifra "escasamente significativa", señala el director general de Producción Agraria, ya que apenas representa el 1% de las 400.000 hectáreas de barbechos que existen en la Comunidad. De esta superficie, 1.142 estaría ocupada por girasol y 1.523 se utilizaría para cultivar maíz.

"Hay buenos precios, pero el gasto es mucho y no sabemos qué hacer"

José Miguel Abenia, agricultor cerealista de Quinto (Zaragoza)
J. M. A.

José Miguel Abenia es un agricultor de Quinto, en la comarca de la Ribera Baja del Ebro que, como muchos otros cerealistas, ha decidido este año declarar su intención de siembra de girasol en 40 hectáreas. Pero no tiene nada claro que finalmente cuando llegue el momento de echar el grano lo haga realmente.

"No dejamos de darle vueltas al asunto, no hablamos de otra cosa y estamos un poco a expensas de lo que sucede con los costes de producción, especialmente con la electricidad", explica Abenia que junto con su hermano trabaja 180 hectáreas de regadío y 170 de secano.

Porque, como explica Abenia, es cierto que el cultivo "se ha puesto interesante" ya que incluso antes de que comience la siembra hay compradores que les han ofrecido hasta 750 euros por tonelada, el doble que otros años, "e incluso se han comprometido que si sube más, pagarán más", añade.

Hay, sin embargo, peros. El precio de los abonos -la urea ha pasado de costar 300 euros la tonelada a 800- casi se ha triplicado, como ha sucedido también en el coste de riego por elevación, por lo que "apenas resulta rentable realizar la siembra", explica Abenia.

Por eso, en opinión de este productor zaragozano, son muchos los agricultores que todavía no tienen claro qué harán, porque "los precios del girasol son elevados pero los gastos son muchos", insiste.

Queda tiempo para tomar la decisión. Como explica José Miguel Abenia, lo habitual es que esta oleaginosa se siembre en segunda cosecha en tierras utilizadas por cereal de invierno, por lo hay que esperar que termine la cosecha, y eso será ya octubre.

Reconoce, además este agricultor, que el avance podría desplazar ligeramente al maíz, ya que el coste de producción de este cereal supone una inversión de 2.200 euros por hectárea y "no tiene todavía precios asegurados", mientras que la oleaginosa exige un desembolso de 1.200 euros por hectárea "y hay quien lo quiere comprar ya por 750 euros la tonelada".

En cualquier caso, Abenia reitera que "hay que hacer muchas cuentas". En su caso aún no ha decidido si en esas 40 hectáreas declaradas habrá girasol. O "nada".