MEDIO AMBIENTE

Flores golosas, multas ejemplares

Zaragoza Florece inunda la ciudad de macizos de plantas que embellecen el espacio público. Cortarlas y llevárselas está sancionado y puede conllevar multas de hasta 250 euros.

Uno de los macizos de flores recién colocados en la Gran Vía.
Uno de los macizos de flores recién colocados en la Gran Vía.
Heraldo

Zaragoza cuenta las horas para el estreno de una nueva edición de Zaragoza Florece. De hecho, hace días que las calles y algunos edificios emblemáticos se están engalanando con petunias y hortensias como preludio del florido festival. Después de algunos ‘desaguisados’ en los parques y jardines en la edición del año pasado, es oportuno recordar que cortar flores o chitos para llevárselos a casa es una infracción sancionada con multas de entre 50 y 80 euros.

“Sucede, sobre todo, en primavera. Quizá porque las flores son más vistosas, pero -vaya- cada temporada nos encontramos con el mismo problema. Es algo que se remediaría con educación y civismo”, comentan desde el Ayuntamiento, donde insisten en que “la conservación del espacio público es una responsabilidad de todos porque los parques también son de todos”.

Zaragoza Florece contará este año con un buen puñado de actuaciones en el parque Grande y con las consabidas casetas y ‘foodtrucks’ que tan bien funcionaron el año pasado. Para ir calentando motores y para llevar el festival más allá del parque Grande, el Consistorio ya he ido colocando ornamentos florales en las paradas del tranvía y en algunos edificios emblemáticos. Hay decoración en las sedes de Caja Rural de Aragón, HERALDO DE ARAGÓN, el Gran Hotel, el Teatro Principal y la Cámara de Comercio. También la profusión floral ha llegado a algunos comercios como Love Story, en la Gran Vía, gracias a Zaragoza Dinámica, a la sede del Cepyme en la plaza de Roma o a varios escaparates del Tubo, con el patrocinio de Zaragoza Esencial.

El caso es que los ciudadanos deberían ser escrupulosos al máximo con esta decoración y vencer cualquier tentación de llevarse una flor a casa porque “entre todos se hace un esfuerzo para disfrutar de un espacio público más cuidado y entre todos hay que mantenerlo”, dicen desde el área de Servicios Públicos.

El año pasado cuatro mujeres fueron sorprendidas mientras se guardaban en varias bolsas de plástico algunos adornos florales el día después del cierre de la primera edición de Zaragoza Florece. Se llevaron recién plantadas hortensias azules de los maceteros junto a las escaleras del monumento al Batallador, aunque no lo hicieron a la brava sino bastante metódicamente para salvaguardar las raíces. En el Ayuntamiento apuntan que algunas decoraciones son de flor cortada que no duran más de una semana y que otros adornos, al cierre del festival, no se destruyen sino que en la medida de lo posible son recuperados y replantados en otros puntos de la ciudad.

Desde la Policía Local recuerdan que estos actos son sancionables porque los ornatos florales son de pertenencia municipal y están cuidados y protegidos por los servicios de Parques y Jardines del Ayuntamiento. De hecho, en la ordenanza municipal de Uso de Zonas Verdes hay un punto específico dedicado a la ‘protección del entorno’ donde se detalla que “cortar flores”, así como “talar, apear, podar, arrancar o partir árboles” es una vulneración que está sancionada con multas de entre 50 y 250 euros. También, por cierto, pisar el césped de carácter ornamental (aquel que sirva como fondo para jardines de tipo y en los que intervenga la flor, el seto recortado o cualquier otro tipo de trabajo de jardinería) también puede ser sancionado. ¿De qué depende que se aplique una cuantía a la multa u otra? De la gravedad del acto incívico, obviamente, aunque “si la acción se califica finalmente como hurto se trata de un ilícito penal que conlleva multas de mayor cuantía”.

Los responsables de parques de Zaragoza tienen anécdotas y conocen casos de todo tipo y condición. Desde los jubilados que echan mano de una escalera para coger higos o varear olivos en plena calle, hasta turistas que se llevan de recuerdo alguna de las naranjas del patio de la Aljafería. También se ha producido, incluso, la detención de algún ciudadano por robar huevos de los patos del Canal e intentar venderlos después.

Tradicionalmente, una de las zonas donde mayores problemas ha habido para su mantenimiento y conservación han sido los macizos en flor del paseo de la Constitución, habituados a pequeños hurtos constantes. También en la zona de la estación de Goya o en algunos tramos de la traza del tranvía han desaparecido misteriosamente plantas que, después, por arte de birlibirloque asoman en algunos balcones. Peor fue el caso de la plaza de Santa Engracia, que pocos días después de su remodelación, fue objeto de los vándalos, que destrozaron varios parterres. La Policía tuvo que lanzar una campaña de especial vigilancia de parques y jardines para disuadir y perseguir a los infractores, cuyos malos hábitos suponen un incremento de los costes de mantenimiento de las zonas verdes y una degradación de su imagen.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión