Heraldo del Campo

San isidro labrador

Un día festivo en un año para poca fiesta

Es 15 de mayo, festividad de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores. Y el sector lo vuelve a celebrar -después de dos años en pandemia y con restricciones- con un sentimiento agridulce. Habrá fiesta, aunque el campo no está para muchas celebraciones porque este 2022 está siendo demasiado "raro e incierto".

Imagen de archivo de una de las procesiones que hoy, festividad de San Isidro, recorrerán las calles de muchos municipios de Aragón.
Imagen de archivo de una de las procesiones que hoy, festividad de San Isidro, recorrerán las calles de muchos municipios de Aragón.
R. G.

Es San Isidro Labrador. El campo honra a su patrón, ese santo madrileño al que, según la tradición cristiana, los ángeles ayudaban a labrar la tierra mientras él rezaba. No se celebró en 2020 porque en dicha fecha los agricultores y ganaderos eran de los pocos profesionales que podían (y debían) salir de sus viviendas, pisar la calles y acudir a sus explotaciones para garantizar el suministro a toda la población que permanecía desde dos meses antes encerrada en sus casas para intentar frenar la expansión de un desconocido virus que estaba provocando miles de muertes diarias.

Se festejó tímidamente en 2021, cuando las sucesivas olas de contagios de la covid exigían el mantenimiento de unas restricciones que impedían la movilidad, limitaban los aforos, prohibían las reuniones multitudinarias y obligaban a pertrecharse tras unas mascarillas ya se estuviera en interiores como al aire libre.

Las celebraciones vuelven este año ya sin restricciones ni tapabocas. En la práctica totalidad de las localidades que salpican el medio rural aragonés, hoy hay romerías, el santo procesiona por las calles, se celebran comidas populares, se bendicen los tractores... y los profesionales del sector aparcan sus aperos para aprovechar el día de su patrón para congregarse, especialmente en las cooperativas, y compartir alegrías (no tantas) y (muchas) preocupaciones, para (intentar) resolver incertidumbres y compartir dudas y (si hay quien las tenga) aportar posibles soluciones.

Aseguran las organizaciones agrarias que el campo festejara esta fecha con la alegría propia de las conmemoraciones patronales, pero reconoce que el sector no está para mucha fiesta. Este 2022 está siendo un año "raro", "complicado", "muy extraño" y con "demasiadas incertidumbres". Son los calificativos que utilizan los máximos responsables de UAGA, José María Alcubierre, de Asaja Huesca, Fernando Luna, de Araga, Jorge Valero y de UPAAragón, José Manuel Roche, que reconocen que aunque la tradición de esta fecha es festejar al santo para conseguir buenas cosechas -y en los dos anteriores también salud- la lista de peticiones durante este año es mucho más larga.

Y es que los agricultores y ganaderos aragoneses no han dejado de tener sobresaltos desde que comenzara 2022. Unos los ha traído el cielo, como la profunda borrasca Ciril que recorrió la comunidad aragonesa en los primeros días del mes de abril desplomando los termómetros a niveles desconocidos para dichas fechas, helando frutales, almendros y hortalizas y arrasando a su paso con hasta el 80% de la cosechas.

Otros son efecto de un conflicto bélico impensable en pleno siglo XXI. La invasión de Rusia en Ucrania ha agravado el disparado encarecimiento de los costes de producción por la imparable subida de los precios de la energía, de los carburantes o de materias primas imprescindibles para la producción de los alimentos, como los fertilizantes que cuestan más del doble que hace un año. Lo saben bien los cerealistas que si bien han visto cómo se incrementan los precios de sus producciones han tenido que hacer frente a "la siembra más cara de la historia", mientras cruzan los dedos para que el mes que resta para que llegue la cosecha el tiempo no se convierta en el peor enemigo.

Y todo ello mientras viven con inquietud e incertidumbre la aplicación de una nueva Política Agraria Común (está previsto que entre en vigor en enero de 2023) y que no cumple las expectativas de Aragón, que defendía una reforma en profundidad que diera prioridad en el reparto de las ayudas al modelo profesional.

Los tractores y las carrozas engalanadas son típicas de la celebración de San Isidro Labrador en la localidad monegrina de Sariñena.
Los tractores y las carrozas engalanadas son típicas de la celebración de San Isidro Labrador en la localidad monegrina de Sariñena.
Ayuntamiento de Sariñena

Por eso, sus ruegos al santo miran miran al cielo, no pierden de vista a Bruselas, no quitan ojo a los mercados y ponen también el foco en los representantes políticos a los que piden "cordura y sensatez".

Los líderes de las organizaciones agrarias en Aragón aseguran que no están los ánimos del sector para muchas celebraciones. Lo dicen este domingo, fecha en la que los agricultores y ganaderos honran a su patrón, San Isidro Labrador, después de dos años en los que la pandemia impidió la organización de tan tradicional fiesta.

No hay mucha alegría entre los agricultores y ganaderos porque, asegura José María Alcubierre, 2022 ya comenzó mal desde que el primer día. Bruselas había remitido apenas la jornada anterior el Plan Estratégico Nacional con el que se aplicará la nueva PAC en España para desagrado de Aragón que no ha visto cumplidas las propuesta de un reforma en profundidad por las que tanto había batallado durante los últimos cuatro años. "Fue un duro golpe, porque el ministro reculó y la valentía brilló por su ausencia, con lo que la nueva PAC no será ese necesario colchón para el sector que tanto hubiera servido para amortiguar los desajustes de un momento como el actual", detalla el secretario general de UAGA.

Solo fue el principio de un año "muy extraño" como lo califica el máximo responsable de UPA Aragón que asegura que cunde una sensación "agridulce" entre los productores porque los cereales están alcanzado precios elevados -para desasosiego de la ganadería- pero los disparados costes de producción están comprometiendo las siembras de girasol y de maíz, por no hablar de los problemas que genera este escenario para la viabilidad de las explotaciones ganaderas.

Si la volatilidad de los precios genera incertidumbre, los caprichos del clima provocan inquietud. "Esta siendo un año muy complicado", afirma el presidente de Asaja en Huesca, Fernando Luna, que recuerda que unas inusuales heladas en el mes de abril han puesto en jaque la cosecha de fruta -que está comenzado ahora en las zonas más tempranas- y de la almendra en la práctica totalidad de las comarcas productoras. "Está lloviendo con cuentagotas, aunque es cierto que en una Comunidad como Aragón no es ajustado generalizar", añade Luna que reconoce que ahora lo que preocupa son las altas temperaturas.

No todo está siendo negativo en estos tiempos tan convulsos. Al menos así lo considera el presidente de Araga, Jorge Valero, que reconoce que este es un año "complicado" pero también "de oportunidades". Como prueba destaca que "el cereal tiene perspectivas de futuro y el sector cárnico, a pesar de todos los ataques que tiene que soportar, está mostrando su fortaleza". Reconoce, sin embargo, que la PAC está generando mucha incertidumbre porque lo que cree necesario que se despejen todas las dudas que todavía persisten en torno al Plan Estratégico Nacional.

San Isidro se festeja en muchas localidades aragonesas en torno a una mesa y al aire libre.
San Isidro se festeja en muchas localidades aragonesas en torno a una mesa y al aire libre.
J. L. Pano

Son todas estas preocupaciones las que sobrevuelan en los variados actos con los que se celebra la festividad de San Isidro Labrador en la mayoría de los municipios aragoneses, donde el sector agrario tiene un destacado peso en la economía y el empleo de la zona. Y son también las que centrarán las plegarias al santo, al que tradicionalmente se sacaba a la calle para pedir unas buenas cosechas. Pero este año hay más.

Todos los líderes agrarios de la Comunidad aseguran que las lluvias estarán muy presentes en los ruegos del sector. Porque aunque reconocen que las precipitaciones de abril dieron un respiro a algunas producciones que comenzaban ya a tener sed, lo cierto es que en las últimas semanas algunos cultivos están comenzando a estar justos de humedad. Faltan también reservas en los embalses, lo que impide, de momento, tener asegurada la campaña de riego.

"Lo primero que pedirán los agricultores es un poco de agua", señala Alcubierre. "También unas temperaturas más frescas", coinciden en señalar Luna y Valero. "Pero, sobre todo, que bajen los costes de producción", añade José Manuel Roche. Y es que el desembolso que los profesionales del sector están teniendo que realizar para mantener la actividad es más que insostenible. El precio de las electricidad -tan necesaria para le bienestar de los animales o para poner en marcha los sistemas de riego- se ha disparado más de un 149% y hasta tres dígitos tiene también el encarecimiento de los abonos (cuestan un 138%) con los que se garantiza el buen desarrollo de la producción. Y -en este caso los malparados son los ganaderos- el precio de los cereales mantiene una subida constante que complica la alimentación de los animales criados en intensivo.

Ruegos para la fruta

La campaña de fruta dulce estará este domingo muy presente en las celebración del día de San Isidro Labrador. No solo porque ya ha comenzado la recolección en las zonas más tempranas, sino porque ahora que se inicia la cosecha comienzan a ser más evidentes aún los cuantiosos daños que las bajas temperaturas que durante cuatro primeros días de abril provocaron en los frutos.

Por eso, a buen seguro, serán muchos los fruticultores afectados que rueguen al santo para que los responsables políticos pongan medidas para hacer frente al desastre que provocó el hielo y que Agroseguro ha estimado ya en más de 78 millones de euros. Pero también que incluyan a la fruticultura entre aquellos sectores hacia los que se priorizarán las ayudas que proceden del fondo de crisis de la PAC.

Las organizaciones agrarias también tienen sus ruegos. A UAGA le gustaría ver cumplida una de sus principales reivindicaciones, la supervivencia de las explotaciones familiares. "No podemos ir a una agricultura de fines de semana o de grandes propiedades en manos de fondos de inversión. Está en peligro en modelo profesional y nadie hace nada", señala el secretario general de esta asociación que pide al santo que las palabras de los políticos se demuestren con presupuestos. UPA-Aragón también dirige sus peticiones hacia las Administraciones a las que reclama "sentido común, flexibilidad y paciencia", porque, como lamenta su secretario general, "no entendemos el afán de control y exigencia que están mostrando hacia el sector".

Las ‘plegarias’ de Asaja también ponen el foco en aquellos que deciden las políticas agrarias en Europa, Madrid o Aragón y piden "una mayor simplificación administrativa y una consejería "más de apoyo y menos de control, que no sea la espada de Damoclés del sector", detalla el presidente de la organización en Huesca, mientras que desde Araga lo que se demanda son unas elecciones en el campo que decida una representación real y no aquella que se decidió hace ya más de 20 años.

Calderetada por San Isidro en Huerta de Vero (Huesca).
Calderetada por San Isidro en Huerta de Vero (Huesca).
J. L. Pano

Las cooperativas

A pesar de todo, hoy se celebra San Isidro y se hace especialmente en las cooperativas, que se convierte en el lugar de reunión, encuentro de todos los agricultores. "Habrá fiesta porque además tras dos años de pandemia, de distancia social, de mascarilla y de restricciones, hay ganas de vernos las caras, de juntarnos de celebrar el patrón de los agricultores", explica José Victor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón. Así que por un día, reconoce, se aparcarán los tractores y la preocupación que generan "los precios disparados, la falta de lluvias por el excesivo calor o la incertidumbre en los mercados", matiza.

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