coronavirus

La mascarilla está de retirada… o no: este es el resultado del conteo en una calle de Zaragoza

El protector dejará de ser obligatorio en interiores en las próximas horas, pero muchos ciudadanos la siguen usando hasta en los exteriores, donde los expertos dicen que es más prescindible.

Una pareja camina por Zaragoza con diferentes opciones sobre el uso de la mascarilla.
Una pareja camina por Zaragoza con diferentes opciones sobre el uso de la mascarilla.
Oliver Duch

Las mascarillas están en franca retirada… en el Boletín Oficial del Estado. Hace poco más de dos meses dejó de ser obligatoria en los espacios exteriores, y en las próximas ya no será imprescindible tampoco en los interiores, salvo casos concretos. Sin embargo, este elemento de protección que nos acompaña desde hace dos años sigue formando parte del decorado de la vida cotidiana, incluso en los espacios abiertos en los que –en principio– resulta más prescindible, según los expertos en la transmisión de la enfermedad.

En España se volvió a imponer el uso de la mascarilla en exteriores la pasada Navidad, en una decisión controvertida por las dudas sobre su eficacia. Sobre todo, teniendo en cuenta que en muchos espacios interiores como discotecas o restaurantes –donde es más fácil contagiarse que en la calle– no era imprescindible llevarla puesta si se estaba comiendo o bebiendo, y además no había restricciones de aforo. Se daba, por tanto, la paradoja de que se debía ir con la mascarilla por una calle vacía, pero si se entraba a un local abarrotado y se pedía una consumición, se podía dejar de usar sin problema.

El vaivén de cambios de normativas ha terminado por confundir a la ciudadanía sobre la necesidad de portar la mascarilla. Así, más de dos meses después muchas personas siguen llevándola por la calle aunque transiten prácticamente solas, a pesar de que no es obligatoria y de que la mayoría de los expertos consideran que en estas circunstancias no es necesaria.

Mientras unos creen "que es demasiado precipitado", otros opinan que "ya era hora de dejar de usarla". El debate en la calle está servido.

La supervivencia de este elemento en espacios abiertos varía dependiendo de la densidad de población de los núcleos urbanos y de las franjas de edad. Sin embargo, un conteo realizado por HERALDO por las calles de Zaragoza demuestra que sigue teniendo un buen número de adeptos. Durante una hora, en una calle ancha y semipeatonal, sin ningún riesgo de aglomeración, casi pasaron el mismo número de personas con y sin mascarilla: en ese tiempo, de los primeros se pudieron contar 137, por los 145 de los segundos. Además, otros 41 llevaban la mascarilla, aunque bajada a la altura de la barbilla.

"Aplicar la lógica en cada situación"

“Todos tenemos ganas de quitárnosla, pero si no se puede, no se puede. Yo la llevo también por la calle porque me da seguridad. No sé si vale la pena o no, pero yo así voy más tranquila”, apuntaba Mercedes Castillote, una de las personas que sí llevaba mascarilla. Como consecuencia, esta vecina de Zaragoza ve “fatal” que se retiren en los interiores, porque “el bicho sigue aquí”.

Otros lo ven como una decisión "correcta". "Cada uno tenemos que aplicar la lógica en cada situación, y ser prudente donde haya que serlo", apuntaba Alejandro Soriano. Él era de los que no llevaban este lunes la mascarilla por la calle, ya que no lo considera necesario. "Me pareció muy bien cuando la quitaron. Sin embargo, también me parece lógico que ahora haya que llevarla en algunos sitios más concurridos como el transporte público, por ejemplo", señalaba.

"Yo no la suelo llevar por la calle", coincidía Lola Rodríguez. Ella ve bien que se elimine en los interiores, porque "el que la quiera seguir llevando, puede hacerlo". "A mí me agobia mucho", añadía. María José Bardavío, por su parte, apuntaba que trabaja en una tienda y que no se la va a quitar de cara al público. "Mi duda es si puedo obligar o al menos recomendar a los clientes que la lleven", reflexionaba. Cuando va por la calle –como ayer–, sin embargo, solo la usa "si hay mucha gente".

Ahora, el paso del tiempo dirá si los ciudadanos se aferran al Boletín Oficial del Estado y dicen adiós a la mascarilla en los interiores, o si la prudencia y la costumbre hacen que este producto nos siga acompañando en el día a día de forma visible.

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