EMPRENDEDORES
Elena Jal, de Fiscal al mundo con su agencia de marketing digital
Esta joven emprendedora tiene 28 años y, además de Digitalfis, también regenta un área de pernocta para autocaravanas, furgonetas y campers en su pueblo natal.
Elena Jal tiene 28 años y es de Fiscal (Huesca). Estudió la carrera de Ingeniería de Organización Industrial en Barcelona y al terminarla se fue a Londres a vivir para aprender inglés. De casualidad encontró unas prácticas en una agencia de marketing y, después, trabajó en una agencia con grandes firmas como Levi’s y Dockers. Así fue como, poco a poco, sus conocimientos en este sector se fueron afianzando. Tres años después, con la mochila cargada de experiencia y de contactos, esta joven emprendedora decidió volver a su pueblo, donde desde siempre ha sabido que estaba su sitio.
El sector en el que trabaja le permite desarrollar su profesión desde cualquier sitio por lo que, sin dudarlo, montó su propia agencia de marketing digital con sede en Fiscal. Así es como nació Digitalfis, una empresa cuyos clientes son negocios de cercanía. "Les estoy muy agradecida porque muchos confiaron en mí desde el principio ya que me conocen de siempre y, en ese sentido, están tranquilos y confían en mí. Además, el trato es más personal, hablamos por Whatsapp o nos encontramos en el bar", resume, como ventajas de tener clientes de la zona. Son hoteles y casas rurales, tiendas físicas y online de la zona, empresas de turismo de aventura, la tirolina de Ordesa o el Ayuntamiento de Fiscal.
A esto se suma que Elena colabora como 'freelance' para una agencia londinense que le deriva proyectos para 'ecommerce' de Estados Unidos, Francia, Bélgica o Inglaterra. Esta diversidad es lo que hace especial el servicio de Elena, que tiene claro que va a mantener tanto a sus vecinos del valle como a las firmas internacionales. "Seguir en contacto con empresas grandes del exterior me mantiene en continua formación y trabajando en distintos idiomas. Siempre estoy aprendiendo y puedo aplicar esos conocimientos en las empresas locales", explica.
En estos años de andadura el negocio va viento en popa, de hecho, Elena trabaja ahora con otro emprendedor, Borja Saldana, que le apoya sobre todo en la venta a través de Amazon, un campo en el que es experto. Juntos forman un equipo, pero en la distancia, ya que mientras ella está en Fiscal, él es de Madrid aunque vive en Londres y en diciembre se dejó caer por Laponia. Y es que lo de estar en un sitio fijo no es estrictamente necesario. "Nuestro trabajo nos permite estar en cualquier sitio y, si te organizas, puedes pasar temporadas en otros países", asegura Elena que hace apenas un mes estuvo en Gambia.
"Yo me veo en Fiscal, este es mi sitio"
Pasar de vivir en Londres a un pueblo del Pirineo de unos 250 habitantes puede resultar chocante de un día para otro pero para Elena fue pan comido. De hecho, ella misma tomó la decisión porque tenía claro que quería volver a su pueblo. "Yo me veo en Fiscal, este es mi sitio". Este arraigo por su tierra la ha hecho embarcarse recientemente en otro negocio que nada tiene que ver con la agencia de marketing digital. Se trata de un área de pernocta para autocaravanas, furgonetas y campers.
El Área Ordesa Pirineos entró en funcionamiento en octubre de 2020, como un espacio vallado donde pueden pasar la noche quienes viajan en este tipo de vehículos. Tiene 45 plazas, con suministro de agua potable y de descarga de aguas negras. Hay wifi gratuito en todo el recinto y el sistema es totalmente automático. "Se reserva con el móvil a través de una aplicación y al llegar a la barrera se pulsa un botón y se abre. Una vez dentro, cada uno estaciona en el sitio libre que más le guste", explica Elena. Esto hace posible que el área esté disponible las 24 horas del día y el precio es de 10 euros por noche con todo incluido.
Aunque no es la única instalación así en los alrededores, el auge de este tipo de turismo ha hecho que en temporada alta, la ocupación haya sido muy buena en el área de Fiscal. "En agosto estuvo llena todo el mes y tuvimos que decir que no a mucha gente", recuerda Elena. En este negocio cuenta con la ayuda de su compañera Sara, que suele pasar el fin de semana a dar una vuelta, para que los clientes vean una cara, darles consejo sobre rutas o actividades, así como ayudarles en lo que necesiten. "Aunque el área esté automatizada, nos gusta dar ese servicio personal".
En cuanto al tipo de público que frecuenta esta área de pernocta, muchas son familias con niños y mascotas, y también van parejas jóvenes o jubilados, estos últimos más bien entre semana, cuando todo está más tranquilo. Aunque el público internacional no ha despuntado todavía, principalmente por las restricciones de movilidad del verano pasado a causa de la covid-19, por este lugar ya han pasado alemanes, franceses, ingleses, holandeses, italianos o portugueses. Las perspectivas de cara a esta temporada son buenas, teniendo en cuenta que la situación está más normalizada. "El área está situada en un prado a cinco minutos andando de Fiscal. Todo lo que la rodea es verde y, a veces, incluso hay vacas alrededor. Está cerca del pueblo pero no entre casas", explica Elena, como parte del atractivo de este espacio.
Un espacio que a esta joven emprendedora le sirve también para airearse y desconectar de su trabajo de ordenador. Combinar ambos negocios le permite estar desarrollando su carrera profesional donde siempre quiso, en su pueblo. "Mientras tenga internet y un ordenador puedo trabajar donde quiera. Tener una buena conexión es vital, tanto de internet como de cobertura de móvil. Eso atrae a mucha gente y es de lo que más me preguntan los clientes del área de pernocta", asegura.
