Coronavirus

El ritmo de las terceras dosis cae respecto a las dos primeras en Aragón en todos los grupos de edad

Supera el 90% entre los mayores de 75 años, pero no llega al 65% entre quienes tienen 59 o menos.

Vacunación en el Hospital Militar de Zaragoza.
Vacunación en el Hospital Militar de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El ritmo de las terceras dosis sigue por detrás de las dos primeras en todos los grupos de edad. El propio Gobierno de Aragón reconoce que está costando llegar a los objetivos, con cientos de huecos y vacunas disponibles. Sanidad empezó la pasada semana abriendo agendas para los nacidos en 1978 y la terminó permitiendo citarse a los de 1992, un ritmo mucho más acelerado al que se vivió hace solo unos meses.

Los expertos achacan la situación actual a varios factores. Por un lado, a la explosión de casos provocada por la variante ómicron, que ha obligado a miles de personas a posponer el tercer pinchazo al menos cuatro semanas, y por otro, al hartazgo de parte de la población ante la pronta ‘caducidad’ de los anticuerpos y la necesidad de volver a vacunarse con tan pocos meses de diferencia.

Las terceras dosis comenzaron a administrarse a finales de septiembre en las residencias, siendo actualmente 505.408 los aragoneses que la tienen puesta, el 42,4% de los mayores de cinco años. En el caso de los inmunizados con Janssen, la cifra apenas alcanza el 57%, un dato que contrasta con el 80,8% de los que recibieron la vacuna de Astra Zeneca.

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Pese a las diferencias, ninguna franja de edad ha alcanzado, por ahora, los porcentajes de inmunización previos. Los que más se acercan son los de 75 a 79 años, según los datos del Departamento de Sanidad. En este tramo, la cifra alcanza el 96,8%, mientras que entre los mayores de 79 rebasa el 91%. El problema viene conforme se van bajando escalones. De los 65 a los 69 años se supera, por poco, el 80%, al igual que ocurre con los de 60 a 64. Más bajo es en la franja de 50 a 54 años, con un 52,4%.

Para ver cómo se comporta el resto habrá que esperar unas semanas más. No obstante, las previsiones no son excesivamente optimistas. Sobre todo si se tiene en cuenta que las personas de 39 años o menos han sido hasta ahora las más reticentes a ponerse las dos dosis, con un porcentaje de pautas completas que apenas llega al 78,5% entre los aragoneses de 30 a 34 años.

El Ejecutivo autonómico asegura estar satisfecho con los niveles alcanzados entre los aragoneses de 75 años en adelante, pero es consciente de que, de los 50 a los 60, tramo que también se considera de riesgo, las coberturas son "menores". En declaraciones a este diario, el responsable de Atención Primaria y Hospitales del Salud, Javier Marzo, incidió en que el mejor tratamiento contra la covid-19 "es vacunarse", ya que las terceras dosis "están ayudando a prevenir cuadros graves ". "Oferta hay más que suficiente. Tenemos miles y miles de huecos", expuso.

"Mucha gente no acude"

El propio director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, admitió en su última comparecencia que, "lamentablemente", se está ralentizando el ritmo de solicitudes. "No vamos tan rápido a vacunarnos y conforme vamos bajando grupos de edad se nota más", manifestó.

Expertos como el epidemiólogo veterinario Nacho de Blas creen que los porcentajes de terceras dosis no llegarán a alcanzar los de las segundas. "Va a haber mucha gente, sobre todo reinfectados, que esperará hasta que sea imprescindible y solo se la pondrá si, por ejemplo, tiene que viajar al extranjero", comentó.

El problema, explicó, es que aunque ómicron ha contagiado a un alto porcentaje de la población quedan decenas de miles de personas que no tienen esa protección natural, de ahí la importancia de reforzar sus niveles de inmunidad con la dosis adicional.

Otra de las dificultades que están detectando en los centros de salud es que "muchas de las personas que tienen cita no acuden" y no la anulan. "Nos encontramos con un alto volumen de casos y supone un problema importante. Previamente, nosotros tenemos que calcular vacunas y tiempos. Ocurre fundamentalmente con las primeras dosis, pero también fallan del resto", apuntó la presidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, Teresa Tolosana.

Uno de los motivos más evidentes es haber dado positivo, pero hay otros. "A veces puede ser gente que ha sido contacto estrecho, que tenía reticencias y termina echándose para atrás o que no ha podido por motivos laborales. Si no se puede ir hay que anular la cita. Así se deja hueco a otra persona y se ayuda al centro a saber cuántas dosis necesitará", dijo.

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