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"El puerto de Sahún tiene restos desde el Neolítico hasta la Bolsa de Bielsa"

Jesús Argudo, profesor de Primaria y Secundaria, coordina un proyecto para dar a conocer la historia del valle de Gistaín.

El zaragozano Jesús Argudo, en el puerto de Sahún.
El zaragozano Jesús Argudo, en el puerto de Sahún.
Heraldo

¿Cuándo llegó al valle de Gistaín para convertirse en un defensor de su historia?

Compré una casa en San Juan de Plan hace 16 años y cuando me jubilé de profesor, al sufrir párkinson, buscaba un sitio tranquilo. Debía hacer ejercicio y tener mucha actividad mental. Un libro sobre los círculos de piedra del Pirineo decía que había en todos los valles menos aquí. Era imposible, me puse a buscarlos y ya encontré varios. El puerto de Sahún es una de las zonas más ricas de la arqueología del Pirineo, con restos culturales e históricos de todas las épocas. Ha sido un lugar de paso, desde los romanos.

Tiene casi una tesis con un proyecto turístico con la historia de los pueblos, Plan, Sahún, San Juan de Plan, Chía y Villanova.

Tenemos restos del Neolítico, de la Edad Media, de los siglos XVI y XVII, de las guerras carlistas del siglo XIX y de la Guerra Civil. Hay una riqueza de fauna y flora inmensa. Estamos un equipo con un arquitecto, un ingeniero, un preparador de educación física… y queremos hacer un proyecto integrado desde la naturaleza a la historia.

Los alcaldes hablan de proteger los hallazgos y de potenciarlos como recorridos turísticos…

Los alcaldes son muy receptivos. Se descubrió un círculo megalítico con rocas grandes, de estilo bretón y doce metros de diámetro. No hay otro igual en el Pirineo. Además, este valle es ganadero y hay tres zonas, desde el Neolítico hasta este siglo. Se uniría con lo hallado en las cuevas de Els Trocs (Bisaurri) y la de Tella sobre la historia de la ganadería trashumante hace 7.000 años.

Es la zona pastoril, a 2.000 metros de altitud.

Proponemos siete itinerarios donde se transmiten estas historias y, sobre todo, para el turismo familiar. Son recorridos no muy largos, de uno o dos kilómetros, sin mucha pendiente.

¿Qué importancia tuvo el puerto de Sahún en el desarrollo de la Bolsa de Bielsa?

Está poco estudiado y nos recomendó José Luis Ona, un arqueólogo que nos asesora, que buscásemos en el Museo del Ejército del Aire. Allí localizamos imágenes de los bombardeos que tomaron los italianos en la Bolsa de Bielsa. También accedimos a todas las órdenes de mando del Ejército de Franco. Hemos realizado una relectura y descubrimos que en el puerto de Sahún se rompió el frente de la Bolsa de Bielsa. Lo contaremos en carteles con código QR. Fueron doce horas continuas de bombardeo con aviones y cañones, las tropas moras y los regulares, que machacaron a los militares republicanos hasta que se marcharon.

Y los visitó el presidente del Gobierno republicano, Juan Negrín.

Fue una visita muy corta. Tenemos localizadas las trincheras, los agujeros de las bombas en medio de ellas y la documentación de lo que ocurrió. Queremos reconstruir lo que pasó allí y colocar las bombas en su tamaño natural. Además, tenemos un dolmen del Neolítico que tiene ocho impactos de bala o un menhir, usados como parapetos de las trincheras. La Prehistoria se junta con la Historia contemporánea.

Y hay vestigios de otros momentos históricos...

Vamos detrás de una batalla de la Guerra de Sucesión en el collado del puerto de Sahún, porque el valle de Benasque era de unos y el de Gistaín, de otros. Hay testimonios de que hubo un cementerio de esa batalla.

¿Cómo va a ayudar este proyecto a la población?

No hemos querido que fuera un turismo masivo. Habrá cinco zonas de miniaparcamientos para que solo puedan entrar veinte coches. Se busca un turismo cultural y familiar. Se puede visitar en dos o tres días para beneficiar al turismo rural. En este valle vive su pionera, Josefina Loste, y además ha servido para el desarrollo de estos pueblos, junto con la ganadería.

¿La historia va a ser un gran atractivo para el valle de Gistaín?

Tenemos partes donde conviven la Prehistoria, la Guerra Civil y la Guerra de la Independencia. Hemos descubierto doce pabellones que albergaron a 500 hombres que mandó el general Palafox para impedir el paso de los franceses.

Escribe también sobre el asesinato de su padre en Zaragoza.

Mi padre murió en un atentado terrorista el 2 de mayo de 1980, trabajando para la GM (General Motors). No se investigó ni se envió a la Audiencia Nacional. Desaparecieron todos los papeles y las pruebas. Para mí es una obligación reconstruir aquel suceso y contarlo, tras ser reconocido como víctima de terrorismo.

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