¿Un 'Stonehenge aragonés' en la sierra de Guara?
Descubiertos dos fenómenos de asoleo en el solsticio de invierno que pueden remontarse al Neolítico, a hace más de 7.000 años
A las 11.22 de este martes, día del solsticio de invierno, un rayo de sol se filtró por un pequeño agujero del Tozal de Mallata, en el término municipal de Colungo, Huesca, e iluminó durante unos minutos la ermita de San Martín, ya en el término de Lecina, a varios cientos de metros de distancia. La cosa podría pasar por una sorprendente casualidad, si no fuera porque el tozal tiene varios abrigos con arte rupestre, algunos con aparente carácter sagrado, y porque la ermita está edificada sobre un antiguo santuario, de la que es heredera.
El hallazgo lo ha realizado el escalador Álex Puyó, licenciado en Historia y miembro del equipo de especialistas que hace unas semanas identificó doce nuevos abrigos con pinturas rupestres en el Parque Cultural del Río Vero.
"Fue un descubrimiento casual que hice hace un tiempo –relata–. Me encontraba en la ermita de San Martín y de repente el sol la alumbró a través de un agujero en la roca. Existe la creencia generalizada de que esta zona del río Vero era un lugar sagrado en la Antigüedad pero no se sabía por qué. Esa zona de la confluencia del barranco de la Choca con el río Vero tuvo una gran importancia en la Prehistoria".
El solsticio de invierno tiene lugar en el hemisferio norte siempre entre el 20 y el 23 de diciembre (20-21 de junio en el hemisferio sur), cuando el Sol está en el cielo a la mayor distancia del ecuador, lo que hace que sea el día más corto del año. Tradicionalmente, y sobre todo en las culturas antiguas como Roma o el Egipto de los faraones, los solsticios se asociaban a ritos de fecundidad y cultos solares, y se solían organizar celebraciones y fiestas.
Algo parecido ocurre en el solsticio de verano, con un fenómeno mundialmente famoso: en Stonehenge, Reino Unido, un rayo de sol se filtra entre las piedras e incide en una de ellas, la Piedra del Talón.
"Unas horas después del asoleo en la ermita de San Martín, ocurre prácticamente lo mismo en la cercana cueva de la Mezquita (entre 15.30 y 16.30) también con restos arqueológicos –añade Álex Puyó–. Allí, a través de un agujero en la roca, el sol penetra hasta el fondo de la cueva en el solsticio".
"La importancia de este lugar sería que se trataría de uno de los escasos vestigios localizados en el mundo de un ritual asociado con el solsticio al estilo de Stonehenge (hay algunos más en Sicilia y sur de Italia)", concluye.
