Marcos, el aragonés de MasterChef Junior: "Ha sido una experiencia inolvidable"

Este niño de La Joyosa (Zaragoza) descubrió su amor por los fogones cuando hizo sus primeras carrilleras.

Marcos Casarrán, aspirante de MasterChef Junior.
Marcos Casorrán, aspirante de MasterChef Junior.
RTVE

Una calle para Marcos Casorrán en La Joyosa. Esa fue la petición este lunes en MasterChef Junior para el concursante que ha puesto el acento aragonés en la novena edición de este conocido formato. Sin embargo, Marcos tuvo que colgar su delantal en el primer programa.

"Ha sido una experiencia inolvidable, además mis compañeros han sido los mejores, nos llevamos muy bien. Repetiría sin ninguna duda, además se me ha hecho muy corto, me habría gustado que fueran tres meses", ha declarado a HERALDO tras su paso por el programa. "Pasar de verlo a la tele a vivirlo es increíble", insistía entre lágrimas ante las cámaras de Televisión Española tras su expulsión.

Marcos le pedía a sus padres que le inscribieran y este año, tras disfrutar de los campamentos MasterChef, se apuntó al 'casting'. Antes ya había hecho sus pinitos en la cocina, por ejemplo, durante el confinamiento cocinó bizcochos, galletas, pizzas, albóndigas… pero su plato estrella estaba todavía por llegar. "Cuando hice mis primeras carrilleras supe que la cocina me encantaba", sostiene. ¿Cuál es su clave? "Mi secreto es marcarlas bien al principio y, luego, hacerlas muy despacio para que la carne se deshaga", desvela en primicia.

En el recetario de Marcos no falta la seña aragonesa: las croquetas de ternasco asado de Aragón. "Lo más importante es asar el ternasco con paciencia, luego, se deshuesa y hacemos la bechamel. Integramos ambas cosas y dejamos reposar en el frigorífico con un film, para más tarde hacer las croquetas de la manera tradicional: con huevo y si puede ser con panko, mejor que mejor".

A lo de que si es el "rey de la cocina de su casa" responde con rotundidad: "Lógicamente, sí. Sin embargo, solo los fines de semana porque de lunes a viernes hay que estudiar y, además, hace varias extraescolares. "Bueno, aunque alguna cena hago yo", corrige este joven zaragozano. Marcos ha tenido unos buenos maestros, más allá de los jueces del programa: sus tíos Dani y Miguel, ambos cocineros.

Cuando MasterChef comenzó a emitirse, Marcos tenía tres años, es de una generación que se ha criado con este programa en la parrilla televisiva. "En mi casa se ha visto siempre aunque no me dejaban verlo entero, porque acababa muy tarde. Ahora que soy mayor lo vemos con unos amigos. Preparamos las noches de 'marteschef', cenamos y lo vemos, pero no hasta el final", cuenta.

"Me gustaría ser cocinero, escritor o alcalde de mi pueblo"

"Me gustaría ser cocinero, escritor o alcalde de mi pueblo". No obstante, lo de cocinero gana bastante fuerza, algo que ve "bastante sencillo". "Seguramente heredaré el restaurante de mi tío", dice, donde ha compartido de alguna tarde de cocina. Tras conocer su expulsión, junto a las de los aspirantes Sara y Rubén, se reafirmó en la idea: "Quiero tener un restaurante sea como sea". A pesar de terminar la andadura en el primer programa no se fue de manos vacías ni a pie, gracias a su deseado patinete eléctrico.

MasterChef Junior destacó que es "todo un estratega, pero tiene buen perder". Marcos es un apasionado de la cocina, del atletismo y del fútbol, tanto que juega en el PJ Inmobiliaria Colo Aragón XXI –alevín- del Colo Colo Zaragoza.

Pero no todo es deporte para este joven que estudia en el colegio de La Salle Montemolín de la capital aragonesa. No descarta ser escritor, de hecho, ya ha redactado sus primeros cuentos.

Su rincón favorito de Aragón es el Moncayo. "La primera vez que subí tenía cuatro años y guardo un buen recuerdo, porque aquella vez fui con mi hermano", recuerda. Sea con las botas de fútbol o las de montaña, lo que seguro que no se suelta es el delantal.

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