Pradilla y Boquiñeni viven sus horas decisivas con el Ebro con más de 8,6 metros

Los técnicos de la CHE analizaron la situación hasta bien entrada la noche. Lo peor se espera este lunes.

Los vecinos de Pradilla contemplaban los trabajos para reforzar el dique que protege el casco urbano
Los vecinos de Pradilla contemplaban los trabajos para reforzar el dique que protege el casco urbano
Oliver Duch

Pradilla y Boquiñeni están preparados para recibir a lo largo de este lunes la punta de la riada tras un domingo en el que la aparente calma dio paso en unas horas a la incertidumbre, obligando a tenerlo todo preparado ante una posible evacuación. Al cierre de esta edición, el nivel del agua en Pradilla se situaba ya en los 8,61 metros.

Con la noche se instaló en el ánimo de los habitantes una desazón que contrastaba con las impresiones de quienes durante las primeras horas de la tarde miraban el espectáculo que ofrecía el río. A las 16.00, Sebastián Sancho oteaba el medidor de las riadas a la entrada de Pradilla. "Cada una tiene sus cosas. El sábado teníamos más temor porque anunciaron que iba a ser grande y casi daban ganas de hacer la maleta", comentó. A la hora del café eran muchos los habitantes que seguían de cerca los trabajos para reforzar el dique que protege el casco urbano a lo largo de unos cuatro kilómetros.

Las afecciones de la riada, por municipios
Las afecciones de la riada, por municipios
HA

Un rato antes, Carlos Aranda y Rosa Ibáñez, prismáticos en mano, contemplaban las huertas inundadas en los alrededores de Gallur desde un recodo de la carretera a Mallén que se convirtió en un mirador para decenas de ciudadanos. "Esas casetas y granjas que ahora se ven, en 2015 desaparecieron, pero parece que lo peor aún está por llegar. Es una pena que pase cada dos por tres", opinó Aranda, agricultor "de toda la vida" ya retirado.

Cerca de la medianoche, en Boquiñeni faltaba alrededor de un metro para alcanzar los temidos niveles de 2015. El Ayuntamiento emitió un bando en el que previene de una posible evacuación para este lunes a la vez que transmitió un mensaje de "calma". El colegio, la guardería y el resto de los servicios municipales, no obstante, permanecerán cerrados. Los técnicos de la CHE analizaron la situación hasta bien entrada la noche. "Vamos a estar vigilantes y si se considera necesario, se actuará para reforzar las defensas", aseguró su alcalde, Juan Manuel Sanz.

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