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El conflicto laboral del transporte público de Zaragoza se enquista en la recta final de un año de huelgas

El comité del tranvía convoca nuevos paros hasta diciembre ante la falta de avances en la negociación. Los sindicatos del autobús urbano y Avanza se reúnen el miércoles con las posturas aún lejanas.

La huelga conjunta del bus y del tranvía complica la movilidad en hora punta
La huelga conjunta del bus y del tranvía complica la movilidad en hora punta
Oliver Duch

El transporte público de Zaragoza afronta la recta final del año igual que lo comenzó, con un conflicto laboral en sus dos principales servicios que sigue lejos de resolverse. La firma de un nuevo convenio colectivo que mejore sus condiciones laborales y salariales ha llevado a las plantillas del bus y del tranvía a convocar paros parciales desde enero, tras más de dos años de infructuosa negociación con las empresas. Estas, por su parte, mantienen que las reclamaciones sindicales son imposibles de satisfacer, y más en un contexto de crisis como el actual, en el que la demanda se mantiene un 30% por debajo de lo habitual por culpa de la pandemia.

En los últimos días, las partes han hecho esfuerzos por acercar posturas y tratar de acabar con uno de los conflictos laborales más largos de la historia de la ciudad. Por un lado, el comité del bus urbano ofreció a la concesionaria Avanza suspender la huelga indefinida que debía comenzar el pasado lunes si se sentaba de nuevo a la mesa de negociación. La empresa aceptó y el primer encuentro fue prometedor, con avances en cuestiones como mejoras en el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE), aunque las principales diferencias siguen siendo las salariales.

En cualquier caso, tan solo dos días después, empresa y trabajadores volvieron a distanciarse. Las partes se han citado a un nuevo encuentro el miércoles día 3, y de no haber acuerdo, el comité retomará la convocatoria de huelga a partir del domingo 8. En principio, los sindicatos habían planteado, tras la semana del Pilar, un conflicto indefinido de lunes a viernes en semanas alternas, en horario de 12.30 a 16.30.

Nuevos encuentros

Sería el séptimo periodo de huelga en tan solo un año, primero en periodos cortos por las restricciones sanitarias que imperaban hasta el verano, pero luego más prolongados, ante la evolución favorable de la pandemia. Tanto la empresa como el comité, eso sí, mantienen la voluntad negociadora.

En una situación similar se encuentra el conflicto del tranvía. Tras meses de duros ataques entre la empresa y los trabajadores, al menos ahora mantienen un calendario de reuniones que podría abrir una puerta a la esperanza. Sin embargo, las posturas siguen alejadas. El miércoles, el comité presentó en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) una propuesta para reescribir el convenio laboral que la concesionaria del servicio está analizando.

Dará una respuesta el próximo jueves día 4, aunque según una "primera valoración", las nuevas reivindicaciones podrían suponer un incremento de los costes superior al 40%, un planteamiento "lejano a cualquier contexto de negociación actual", según expresó la empresa a la plantilla.

Si no hay acuerdo, los trabajadores votarán el lunes 8 en referéndum un nuevo periodo de paros parciales que comenzaría, de ser respaldado, al día siguiente, y se prolongaría hasta el 10 de diciembre. En este caso, la huelga sería de lunes a viernes en diferentes tramos horarios de mañana y al mediodía.

Mediación política

Mientras, el debate político se centra en el papel del Ayuntamiento como mediador de un conflicto que va camino de sumar un año completo de afecciones a los ciudadanos en las paradas. Por un lado, el gobierno PP-Cs defiende que los actuales contratos de concesión le impiden intervenir en el conflicto, más allá de instar a las partes a negociar. La concejal de Movilidad, Natalia Chueca, ha requerido en numerosas ocasiones tanto a la empresa como a los trabajadores "esfuerzos" para terminar con la huelga. El alcalde, Jorge Azcón, se alejó de esa imparcialidad al manifestar que la última oferta presentada por el tranvía a la plantilla era "la mejor de la historia", lo que crispó a los sindicatos.

Por su parte, los grupos de la oposición le recordaron al alcalde que, cuando estaba en la oposición, él pedía al gobierno medidas contras las huelgas. La izquierda reclamó en el último pleno un papel más activo a PP-Cs en una moción que no obtuvo la mayoría necesaria.

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