hostelería

De la foto de la desolación a la imagen de la esperanza

En el aniversario la famosa instantánea del Bodegón Azoque -que simbolizó la crisis total de la hostelería-, sus protagonistas ven el futuro con optimismo… y prudencia.

José María Fontanellas e Iván Trasobares, con la famosa foto en la zona recién remodelada del Bodegón Azoque.
José María Fontanellas e Iván Trasobares, con la famosa foto en la zona recién remodelada del Bodegón Azoque.
Toni Galán

José María e Iván lo confiesan: “Le cogimos manía a la foto”. Sin embargo, la instantánea ahora cuelga a buen tamaño y con marco de madera en una de las paredes principales del Bodegón Azoque. La imagen, que este lunes ha cumplido un año, dio la vuelta a España y se convirtió en un símbolo de la desesperación del sector de la hostelería por la pandemia y las restricciones que se han ido aplicando. Un año después, la fotografía actualizada de José María Fontanellas e Iván Trasobares es la de dos socios y trabajadores puestos en pie, orgullosos y optimistas, aunque con la prudencia que recomiendan estos tiempos aún inciertos.

Ambos recuerdan ese 25 de octubre de 2020 como “un día durísimo” en el que recibieron “un golpe emocional tremendo”. Las nuevas medidas forzadas por la pandemia les obligaron a echar la persiana una vez más. “Terminamos de recoger, salimos a la calle y estuvimos hablando del menú que haríamos cuando reabriéramos, teniendo en cuenta lo que habíamos podido congelar. Pero era tremendo, porque no sabíamos cuándo íbamos a poder volver, ni si luego nos volverían a cerrar”, recuerda Iván.

Guillermo Tixe, un camarero, hizo la foto. La colgaron en Instagram, se hizo viral… y el resto es historia. A la mañana siguiente eran reclamados por todas las televisiones nacionales, convertidos en símbolo de todo un sector con decenas de miles de afectados. “Todavía viene gente de fuera de Aragón que nos comenta que han llegado por la foto”, señala José María.

Tras las medidas decretadas por el gobierno autonómico fueron muchos los establecimientos que, como este, sin terraza exterior se vieron obligados a cerrar sus puertas durante, el menos, 15 días. Se trataba de una situación dramática. Así lo plasmaban en una fotografía publicada en sus redes sociales el 26 de octubre de 2020 la cual lograba hacerse viral en tan solo unas horas.

Finalmente pudieron reabrir el el 15 de diciembre, más de un mes y medio después del cierre. Y lo hicieron con ese menú que dibujaron en sus cabezas José María e Iván poco antes de hacerse la famosa foto. “Aprovechamos productos de la carta de extraordinaria calidad que congelamos para hacer el menú”. Hubo bacalao gratinado, steak tartar… “La gente estaba encantada”, recuerdan.

El año pasado cerraron con 70.000 euros menos de facturación. Ahora, ya sin restricciones, se ve el futuro “con optimismo”, y este ejercicio esperan cerrarlo al menos al nivel del de los años prepandemia. De hecho, han invertido un buen dinero en  reformar un espacio del local y en dar una vuelta a la cocina. “Somos positivos, creemos que va a ir todo a mejor”, augura Iván. Ahora el problema es que se han juntado las ganas de los clientes por volver a la buena mesa con los problemas globales de suministro de determinados productos. “Casi está yendo todo demasiado rápido”, dice José María. "Hay carnes y pescados frescos que no llegan, y que lo que llega es caro, por lo que piensas si subes los precios... Es complicado", confiesan.

Tras meses de cierres y restricciones, se han acumulado “muchos eventos”. Por eso, se ven “comidas de bautizos en las que el bautizado ya anda” y comuniones en las que les cuentan “que han tenido que arreglar dos veces el traje para estirarlo”. En estos últimos meses están detectando una clientela que les ha “arropado”, que han estado con ellos “a muerte”. “La gente viene con ganas, se nota”, apunta.

Aún así, el Bodegón Azoque no canta victoria todavía. “Para manejar una empresa, aunque sea pequeña como esta, hay que analizar muchas cosas, tener una visión de futuro, pensar en el personal que necesitas… Y con la incertidumbre actual es complicado. Yo veo que suben los casos en el Reino Unido y ya pienso en si va a llegar aquí, si nos van a reducir aforo o si nos van a cerrar”, reflexiona Iván. Por si acaso, ahora compran casi “día a día”, para evitar acumular producto fresco.

La foto a la que cogieron manía se mantendrá en su lugar de honor actual. “Hace unos meses lo pensamos y razonamos que, más allá de lo que se viralizó, no dejaba de ser un momento vivido para nosotros, una parte de la historia del local”, cuentan.

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