Heraldo del Campo

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Congelar el presente para asegurar el futuro del ovino

Investigadores del CITA trabajan en la recogida y producción de embriones de ovino para conservarlos congelados y garantizar la pervivencia de razas autóctonas en peligro.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo ovejas Ansotana, Cartera, Maellana y Churra Tensina.
De izquierda a derecha y de arriba a abajo ovejas Ansotana, Cartera, Maellana y Churra Tensina.
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La crisis del sector agrario provocada por factores de diversa índole, ya sea económica, social o sanitaria, y más concretamente, en una actividad como el pastoreo de ovejas, podría provocar la desaparición de algunas razas, pese al gran esfuerzo que los pastores hacen diariamente para mantener su actividad y conservar las razas autóctonas que están mejor adaptadas al territorio.

En este esfuerzo por la pervivencia de las razas autóctonas no solo debe jugar un papel clave el sector productor, sino también la ciencia y la investigación. En Aragón, es el equipo de recogida/producción de embriones del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) el organismo que se encarga de esta labor, en colaboración con diversas asociaciones de producción de ganado ovino. "Nuestro equipo trabaja en mejorar la eficiencia de la producción, pero, sobre todo, en la conservación de razas autóctonas de Aragón", explica Belén Lahoz, investigadora de la Unidad de Producción y Sanidad Animal del CITA.

Recogida y conservación

Tras identificar en las ganaderías los ejemplares más interesantes, que son "los más alejados genéticamente para tener una mayor variabilidad", los animales son trasladados al CITA, donde se les somete a exhaustivos análisis sanitarios y, después, a un proceso de "superovulación" y de inseminación con material de machos de su raza.

Los embriones obtenidos de las ovejas por medio de cirugía se congelan en el CITA en nitrógeno líquido (a 196 grados bajo cero) mediante la técnica de vitrificación, una congelación ultrarrápida que minimiza la formación de cristales de hielo que dañarían las células embrionarias. Los machos se entrenan como donantes de semen por parte de expertos. En total, se han entrenado 36 machos de estas razas.

En caso de que fuera necesario utilizar estos embriones, por ejemplo, porque una determinada raza "se llegase a extinguir", el proceso es, más o menos, el inverso: se descongelarían los embriones y se implantarían en hembras cuyos ciclos reproductivos "se sincronizarían".

Mucho por hacer

Para que una raza pueda ser recuperada a partir de material congelado, se considera que debe contar con, al menos, 3.000 dosis seminales de 25 machos, o bien 280 embriones y 450 dosis de semen de 25 donantes. Esto solo se cumple con creces para la raza Rasa Aragonesa, mayoritaria en Aragón, que cuenta con más de 13.000 dosis seminales congeladas en la actualidad. Además, aún quedan algunas razas autóctonas de Aragón, como la Xisqueta y la Merina de los Montes Universales, de las que todavía no se dispone de embriones congelados. Por ello, los investigadores que trabajan en este ámbito en el CITA inciden en que "aún queda mucho trabajo por hacer".

"Se trata de investigaciones muy laboriosas, no solo para los investigadores, sino también para el día a día de los ganaderos, que contribuyen con la cesión de animales, y, sobre todo, son financieramente muy costosas", explica Lahoz, para quien, "el banco de germoplasma animal debería ser el último recurso. Es necesario trabajar en la conservación ‘ex situ’ (en animales vivos)", recalca.

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