Vuelven los Pikachu y las limusinas: así se reactivan las despedidas de soltero

Con menos participantes y combinando disfraz con mascarilla, este tipo de fiestas se asoman de nuevo a las calles tras unos meses desaparecidas.

Un grupo de amigas, frente al Mercado Central de Zaragoza.
Un grupo de amigas, frente al Mercado Central de Zaragoza.
Javier Cebollada/EFE

Tímidamente está resurgiendo. Con la llegada del buen tiempo no sólo florece el parque Grande y vuelven a brotar los niños vestidos de Comunión, sino que también las despedidas de soltero recuperación su animación. Parecía este un fenómeno herido de gravedad con la pandemia, pero el pasado fin de semana volvieron a verse en Zaragoza no pocos grupos de jóvenes disfrazados (bajo las mascarillas) y las limusinas que acogen algunas de estas fiestas circularon de nuevo.

“En realidad, no hemos dejado de hacerlo, hemos ido trabajando bastante bien. Es verdad que los grupos son más pequeños, pero ahora los clientes aumentan su capacidad presupuestaria y buscan más la calidad antes que la cantidad”, explica Javier Millán, responsable de la empresa Limusinas Zaragoza Eventos Aragón

Antes podían tener “grupos masivos” de hasta 15 o 20 personas que se subían al vehículo y ahora “suelen ser seis o siete, más allegados, que acompañan la experiencia después con un buen restaurante o algún espectáculo”, cuenta Millán, que explica que circulan “viernes, sábados y hasta domingos”, que era un día que antes no era muy demandado. “También ha influido mucho los últimos meses el toque de queda. No se podía salir tanto por la noche y la mayoría de los alquileres se hacían al mediodía. Además, la experiencia de ir en limusina ya no se circunscribe solo a las despedidas de soltero, sino que si la abuela cumple 90 años o la nieta los 18 también se regalan viajes como algo distinto y novedoso”. Más que las populares ‘hammer’, los modelos más demandados son las limusinas de Christler y la Lincoln, “más pequeñas y elegantes, y también más idóneas para tiempos de crisis sanitaria”.

Una pareja de novios con mascarilla y en limusina en el parque Grande.
Una pareja de novios con mascarilla y en limusina en el parque Grande.
Eventos Aragón

Buena parte del ocio ha estado cerrado hasta hace escasas fechas, pero ¿qué alternativas se encuentran durante la pandemia para celebrar una despedida sin correr excesivos riesgos? Las propuestas siguen siendo las consabidas pero con aforos reducidos. Los ‘spas’, los ‘karts’, los ‘paintballs’ y los centros de belleza mantienen su tirón, si bien hay opciones más novedosas como los ‘scape rooms’, cuya demanda vuelve a crecer lentamente. “Hemos tenido grupos de hasta 16 jugadores que se enfrentan en modo batalla”, cuenta Miguel Giménez, uno de los responsables de HuntZaragoza, el primer juego de este estilo al aire libre de Zaragoza. “Los participantes suelen aparecer disfrazados, algunos de soldados romanos, otros de detectives… En función de la temática del juego. El otro día tuvimos un grupo de chicas en el que la novia iba de Ash de Pokémon y el resto de chicas con un gorro de Pikachu”, cuenta Giménez, que informa de que “el récord actual de tiempo mínimo en desvelar el enigma lo tiene uno de los modos batallas de una despedida porque se suelen picar bastante entre ellos”.

Un grupo de 'Pikachus' participantes en el 'scape room' al aire libre.
Un grupo de 'Pikachus' participantes en el 'scape room' al aire libre.
HuntZaragoza

En una de las webs de referencia de estas actividades, la página www.despedidassoleros.es, se comprueba cómo la oferta se ha ido diversificando y especializando con el paso de los años: ahora a los consabidos packs de cena y ‘tuppersex’ se añaden también desde pruebas como las del programa humorístico de los años 90  ‘Humor amarillo’ hasta karaokes y visitas a bodegas.

No obstante, la opción preferida este 2021 para celebrar despedidas de soltero es alquilar durante un fin de semana una casa rural. “Todo son ventajas. Es un grupo burbuja reducido, no molestas a nadie y tampoco tienes tantos controles”, explican fuentes del sector, que añaden que tras cada nueva visita las casas se limpian y desinfectan a fondo. El fin del estado de alarma y la posibilidad de viajar entre provincias ha disparado esta oferta, porque “tras tantos meses encerrados en las ciudades la gente tiene ganas de estar al aire libre y ver paisajes diferentes”. Es por esto que las casas rurales de la zona del Matarraña o del pre Pirineo aragonés están logrando este mes cifras de ocupación nada despreciables.

“Ya tuvimos que posponer la boda el año pasado y la verdad es que no me hacía nada de gracia hacer una fiesta y exponerte ahora que estamos otra vez en capilla, pero, claro, si te dan la sorpresa, tampoco te puedes negar”, explica Mercedes Asensio, que dejará atrás la soltería en dos semanas. La celebración de esta ‘despedida’ tuvo que amoldarse a las restricciones aún presentes por la crisis sanitaria, pero -eso sí, de casualidad- se benefició de que los bares en el exterior ya pudieran reunir grupos de hasta diez personas. “Éramos solo ocho, pero mejor estar en una que en dos mesas”, cuenta. Para coger ideas sus amigas estuvieron mirando no pocos blogs y revistas, en las que “sugieren hacer fiestas en ‘petit comité’ o de forma virtual a través de ‘videoconferencias’, pero no es lo mismo. Aún sin darnos muchos abrazos, el estar juntas es lo importante”, dice Asensio.

La oferta de la actividad 'Humor amarillo' en una web especializada.
La oferta de la actividad 'Humor amarillo' en una web especializada.
Heraldo

Lo que Zaragoza vetó hace ya unos años son las charangas, que han dejado de molestar a los vecinos, y que constituyeron casi un plaga hace apenas ocho o diez años. Entonces se celebraban hasta veinte despedidas por las calles un mismo fin de semana de grupos llegados de Bilbao, Pamplona, Logroño, Miranda de Ebro… Con las charangas vetadas y el ocaso de los espectáculos de ‘striptease’, ahora uno de los máximos atractivos de la ciudad para estos grupos de amigos -que suelen gastar unos cien euros al día entre copas y espectáculos- es el nuevo negocio de gofres eróticos que acaba de abrir en Gran Vía y que es fácil identificar a pie de calle dado que siempre hay filas a su puerta.

Según la web de bodas Zankyou Weddings, ocho de cada diez parejas continúa adelante con la fecha prevista que tenían para casarse este 2021 a pesar de los condicionantes a los que obliga la pandemia. El 43% de estos enlaces se celebran en los meses de verano por antonomasia mientras que el 31% lo hacen entre septiembre y noviembre. Otra singularidad de las ‘bodas covid’ es que uno de los regalos que ofrecen las parejas es hace un test a sus invitados para tranquilidad de los asistentes. Estas pruebas oscilan entre los 3.000 y los 6.000 euros, dependiendo del número de invitados y de si se opta por un test de antígenos u otro molecular. Aunque en el primer semestre de 2020 se celebraron un 60,83% bodas menos que el año anterior, la demanda ya está volviendo a aumentar y se espera que en 2022 las cifras sean las mismas que las de los años prepandemia. Lo mismo sucede con las empresas dedicadas al ocio relacionado con las despedidas de soltero (desde disfraces al ‘tupper sex’, que tímidamente remontan y continúan con no pocas ganas de gritar el ‘Viva los novios’.

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