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Tiendas de disfraces sin Carnaval: "Desde febrero de 2020 fue un auténtico desastre. No hemos vendido nada"

El sector intenta capear el temporal ante la cancelación de las fiestas para evitar más contagios de la covid.

Susana y Roberto Moros, propietarios del establecimiento Disfraces Antifaz, en la calle Mayor en Zaragoza.
Los hermanos Susana y Roberto Moros, propietarios del establecimiento Disfraces Antifaz, en la calle Mayor en Zaragoza.
S. M.

En una situación normal, sin coronavirus, y a estas alturas de enero, las tiendas de disfraces de Zaragoza estarían ya trabajando de lleno de cara al Carnaval de febrero: con sus pasacalles, comparsas, desfiles y demás actividades. Sin embargo, la evolución desfavorable de la pandemia ha hecho que esta fiesta también se caiga de la programación oficial, repercutiendo negativamente en las ventas de este tipo de establecimientos; en los que ya llovía sobre mojado.

"No se pudo celebrar la Feria de Abril, ni los mercadillos medievales de primavera-verano, ni las fiestas de final de curso en las guarderías y colegios, ni las fiestas de los pueblos en verano, ni el Pilar. En Halloween empezaron a cerrar perimetralmente la ciudad y en diciembre no ha habido ni festivales en las escuelas ni cabalgatas. A partir de febrero de 2020 y hasta ahora es un auténtico desastre. No hemos podido vender nada porque no se celebra nada. Y a las puertas del Carnaval, como está suspendido a nivel del Ayuntamiento de Zaragoza, no sabemos qué va a pasar; si habrá alguna celebración en alguna guardería", comenta Susana Moros, gerente junto a su hermano Roberto, de Disfraces Antifaz, que el año pasado cumplió 20 años desde su apertura.

Especializada en disfraces y complementos, ropa para peñas, trajes medievales y de flamenco, despedidas de soltero y cabalgatas de Reyes Magos, entre otras categorías, desde la irrupción del virus han visto como han bajado tanto la venta física como la 'online'. "El mes pasado se vendió algún disfraz de regalo de Navidades. Ahora estamos decorando la tienda de Carnaval pensando en las guarderías. Con las nuevas generaciones se está perdiendo la tradición y las tiendas que quedamos somos más profesionales. Y aunque no haya ventas, hay que dar un servicio y estamos metiendo horas en la página web porque lleva mucho trabajo. Esperemos que a partir de junio, algo se pueda hacer: la gente tiene ganas", sostiene Susana.

Por su parte, María Pilar Sancho -propietaria de Disfraces Teresa- también comenta que este sector está "paradísimo". "Después del Carnaval de 2020, no hemos vendido disfraces. Alguno por encargo, que no encuentran en 'online', pero poca cosa. Si no hay fiestas, ¿quién se va a disfrazar si no te puedes juntar?", se pregunta.

Intentando "aguantar"

En su caso,  los arreglos de ropa en general están "salvando" el negocio, abierto hace 21 años en el barrio de Las Delicias. "Además de la venta de disfraces, también alquilamos trajes regionales y medievales. Trabajamos mucho con colegios y peñas de fiestas. Ahora, estamos intentando aguantar porque no se ve una solución", afirma.

Tal y como señala Eduardo Gago, gerente de Aragonesa de Fiestas (con tienda en la calle de Sangenis y fábrica de gigantes y cabezudos en el Polígono Centrovía), el sector de la fiesta está en primera línea junto al de hostelería, el turismo o el de la música. "Está intentando aguantar como muchos otros. Creo que va a ser insignificante lo que va a quedar de la campaña de Carnaval: solo habrá celebraciones particulares y no está habiendo el marco imprescindible para que se puedan hacer", indica.

Aragonesa de Fiestas lleva 35 años comercializando disfraces y cerca de 100 confeccionando gigantes y cabezudos. "La calidad del disfraz es bastante buena y a un precio más que asequible (la mayoría, entre los 15 y 35 euros). La gente dejó de alquilarlos para evitar la molestia de venir a devolverlos", señala Gago, quien resalta que el mundo de los disfraces ha cambiado en los últimos tiempos. "En España han desaparecido bastantes fabricantes; máxime con la crisis de 2008. Ahora, el mercado lo copan los fabricantes de importanción, la mayoría de origen oriental", añade.

"El mercado de disfraces lo copan los fabricantes de importación, la mayoría de origen oriental"

El gerente de Aragonesa de Fiestas prevé a corto plazo para este sector un panorama "tan feo" como el del año pasado tras la irrupción del virus, aunque tiene la esperanza de que las vacunas funcionen y que en verano se puedan celebrar las fiestas de los pueblos. "Sería el mejor escenario posible para mí", confiesa.

Un 2020 "horrible"

Iraia Sorriqueta -encargada de Disfraces Bacanal- califica de "horrible" el recién terminado 2020. "La gente no tenía esperanzas de nada y un disfraz es lo menos necesario que tienen para gastar. Ahora el sector está bastante de capa caída; viene poca gente a comprar en tienda. Este año intentaremos mantenernos y, aunque no haya carnavales, que el espíritu no se pierda", destaca.

Iraia Sorriqueta, encargada de Disfraces Bacanal de Zaragoza.
Iraia Sorriqueta, encargada de Disfraces Bacanal, en la calle Manifestación de Zaragoza.
I. S.

Asimismo, Sorriqueta explica que venden más por el canal 'online' tanto en España como a Europa (Francia, Alemania y Portugal, principalmente). "Va entrando algún pedido de disfraces, aunque la mayoría de los clientes compran telas. La venta por internet ayuda mucho; intentamos dar el mayor servicio y la gente se anima", indica la encargada de Disfraces Bacanal, con 35 años de andadura comercial en el centro de Zaragoza.

Quien vende solo por internet es la compañía aragonesa Funidelia, creada en 2011, con 45 trabajadores en la actualidad y presente en 40 países. Precisamente, esa presencia internacional ha compensado la caída de ventas en el mercado nacional. "Tenemos dos ventajas: que vendemos 'online' -que ha ido mejor que en tienda física- y que en muchos países las medidas frente a la covid no han sido tan fuertes como en España. Los países nórdicos y los del Este son los que mejor nos están funcionando. Si fuera por España estaríamos bastante fastidiados", afirma Carlos Larraz, director general de la empresa.

"Los países nórdicos y los del Este son los que mejor nos están funcionando. Si fuera por España estaríamos bastante fastidiados"

Este directivo de Funidelia subraya que "la industria" del sector en general ha caído al 70%. "Para nosotros Halloween y Navidad han sido bastante aceptables mientras el Carnaval va a ser muy malo en ventas. Estamos sufriendo porque no es un buen año, pero nos hemos librado más que otras compañías. Hemos crecido en cuota de mercado y esperamos que 2022 sea un buen año", avanza Larraz.

Mientras, Susana Moros -de Disfraces Antifaz- insta a buscar momentos alegres con la familia en tiempos tan difíciles de pandemia. "En un entorno seguro, un disfraz es una manera de pasar un rato divertido", recuerda.

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